El Empord¨¤ se quema
?Qu¨¦ ha cambiado para que ahora se est¨¦n quemando tantos bosques en el Empord¨¤? Esta ser¨ªa la pregunta del mill¨®n, a la que habr¨ªa que a?adir unas cuantas preguntas m¨¢s y otras tantas respuestas que nos permitan contextualizar lo que est¨¢ sucediendo en este territorio del noreste de Catalu?a.
Es obvio que la sequ¨ªa, la tramontana y el mal estado de los bosques hacen estragos, por lo que la incidencia del fuego es aqu¨ª mayor que en el resto de Catalu?a. La superficie de las dos comarcas (el Alt y el Baix Empord¨¤) es de 2.043 kil¨®metros cuadrados, el 6,4% del territorio catal¨¢n, y en cambio la superficie que se quema habitualmente duplica esta proporci¨®n.
Esta comarca ya est¨¢ demasiado chamuscada por diversas razones, y como se?ala la plataforma Salvem l'Empord¨¤, la causa principal de los incendios es el modelo econ¨®mico que ha generado despoblaci¨®n del mundo rural y abandono de muchas actividades econ¨®micas, junto a una falta de respeto hacia el territorio y el paisaje.
Para prevenir los incendios es necesaria una respuesta social contra la especulaci¨®n y el desarrollo desequilibrado
A pesar de todo, el Empord¨¤ sigue siendo un lugar privilegiado para vivir por diversas razones: calidad del paisaje, clima benigno, un buen nivel de vida, etc¨¦tera. Razones que justifican la visita de cerca de un mill¨®n de personas, tanto en verano como en periodos cortos de vacaciones y fines de semana. Es que adem¨¢s del turismo de sol y playa, las segundas residencias han crecido por doquier, tanto en n¨²cleos urbanos como en urbanizaciones diseminadas por el medio rural en la segunda l¨ªnea litoral, y la Generalitat est¨¢ m¨¢s preocupada por proteger estas residencias que por impedir la extensi¨®n de los incendios.
El Empord¨¤ hab¨ªa conservado hasta mediados del siglo XX su forma de vida tradicional, pero a pesar de estar tocada por los dioses, los peque?os propietarios agrarios se hicieron ganaderos y hay granjas en todas partes: los residuos del cerdo son dif¨ªciles de eliminar y la contaminaci¨®n de los acu¨ªferos es un problema grave. El paisaje tradicional del secano, formado por el cereal, la vi?a y el olivo, ha dado paso a cultivos agroindustriales m¨¢s rentables, como el sorgo, el ma¨ªz y el girasol; y la integraci¨®n ganadera ha hecho el resto: la fragancia de la maquia se cubre de esti¨¦rcol, y a pesar de que el agua todav¨ªa es abundante se est¨¢ convirtiendo en un recurso escaso, con p¨¦rdida de calidad y en conflicto permanente.
En muchas urbanizaciones el alem¨¢n, el ingl¨¦s o el franc¨¦s son las lenguas m¨¢s usadas, y cuando se hace notar a los residentes extranjeros y a los turistas la peculiaridad del catal¨¢n, se extra?an de nuestro escaso sentido pr¨¢ctico al fomentar el uso de una lengua sin futuro. El turismo ha tra¨ªdo riqueza, pero con este uso masivo del territorio m¨¢s preciado se ha ido desgastando gradualmente el patrimonio f¨ªsico y cultural, y por ende el paisaje, que es el reclamo tur¨ªstico m¨¢s importante. La inversi¨®n for¨¢nea en inmuebles ha permitido recuperar mas¨ªas que de otra forma hubieran desaparecido; pero se alterado tanto su arquitectura como el uso de los edificios, y dudo que sus antiguos propietarios las reconocieran; del mismo modo que se ha perdido la historia social, su pasado agr¨ªcola y la memoria colectiva.
Pero el mito del Empord¨¤, su paisaje e idiosincrasia (tan bien descrito por Pla, Dal¨ª, Fages de Climent y Sagarra), sigue tirando del negocio en esta macrourbanizaci¨®n que en el fondo forma parte del espacio difuso de Barcelona y que funciona a tiempo parcial, puesto que a lo largo del a?o tan pronto se ocupa como se abandona. Por tanto, algunas actividades econ¨®micas tambi¨¦n lo son a tiempo parcial (como el propio turismo de temporada), pues el agricultor tambi¨¦n trabaja de alba?il o jardinero si fuera necesario.
Es evidente que el Empord¨¤ es un motor en el desarrollo de Catalu?a, tanto por el turismo como por la construcci¨®n y la industria y otros servicios, y con demasiada frecuencia los c¨¢nones oficiales nos recuerdan que no se puede ni debe parar, con la excepci¨®n de algunas voces (?ut¨®picas?), colectivos como Salvem l'Empord¨¤, Gent del Ter y otros grupos ecologistas y ambientalistas que resaltan la imparable destrucci¨®n del territorio. Adem¨¢s, este crecimiento, ?a qui¨¦n beneficia en primer lugar?, ?acaso la tierra y las viviendas est¨¢n en manos ampurdanesas?, ?qu¨¦ tanto por ciento controla Barcelona?, ?cu¨¢l es el margen de maniobra de la econom¨ªa end¨®gena? Es cierto que nuestra renta per c¨¢pita es superior a la de otras regiones, pero tambi¨¦n pagamos todo mucho m¨¢s caro, nuestros hijos no encuentran viviendas asequibles y los servicios p¨²blicos quedan mermados al haberse de compartir con los turistas. En cuanto a la sostenibilidad medioambiental, hace tiempo que el Empord¨¤ super¨® su capacidad de carga, y eso se ve en la saturaci¨®n de algunas infraestructuras y servicios p¨²blicos, habida cuenta de que los municipios deben dar respuesta a una demanda cinco seis veces superior durante el verano.
Si los principales impactos sobre el paisaje se deben al turismo y la edificaci¨®n, adem¨¢s de los campos de golf y las marinas, ahora se suman la v¨ªa del AVE, la extracci¨®n de ¨¢ridos, los basureros urbanos y la arremetida de las el¨¦ctricas y la Administraci¨®n contra el paisaje, por la l¨ªnea de 400.000 voltios que se quiere construir y que ha encontrado una enconada respuesta ciudadana.
Los incendios de agosto se sit¨²an en la segunda l¨ªnea litoral, donde curiosamente el proceso urban¨ªstico tendr¨¢ m¨¢s fuerza, puesto que tanto en la capital comarcal, Figueres, como en los peque?os municipios de menos de 500 habitantes se prev¨¦ un crecimiento de las viviendas del 50% para los pr¨®ximos a?os. Y el suelo con ventajas ambientales a?adidas es el m¨¢s buscado por los promotores.
Curiosamente, el territorio asolado del Alt Empord¨¤ tiene estas caracter¨ªsticas, adem¨¢s de ser municipios de escaso tama?o (de un total de 68, el 60% de ellos tienen menos de 500 habitantes) en una comarca perif¨¦rica y de baja densidad (70 habitantes por kil¨®metro cuadrado).
El Plan Director del Empord¨¤ aprobado recientemente por la Generalitat, a pesar de que prev¨¦ ampliar el suelo protegido, tambi¨¦n permite que los municipios peque?os crezcan m¨¢s principalmente en el interior; lo cual significa que el suelo potencialmente edificable ser¨¢ cada vez m¨¢s escaso; y de ¨¦ste el que adem¨¢s tenga valores paisaj¨ªsticos, culturales o medioambientales ser¨¢ m¨¢s escaso a¨²n. Por otro lado, las licencias urban¨ªsticas constituyen la principal v¨ªa de ingresos para estos peque?os n¨²cleos, y por desgracia es una de las razones de peso a favor del crecimiento urban¨ªstico, a falta de otras v¨ªas de financiaci¨®n municipal. ?Ha de ser ¨¦sta la principal raz¨®n para crecer, y de qu¨¦ manera? No hace mucho que el alcalde de un peque?o municipio me comentaba: "A la corporaci¨®n municipal, lo que nos preocupa no es aquel particular que quiere hacerse un chalet, sino el promotor de Barcelona que llega acompa?ado de asesores, con los planos de la urbanizaci¨®n en la mano, los terrenos comprados y el convencimiento de que lo va a conseguir".
Son muchas las preguntas y las posibles respuestas a los incendios, las cuales deben llegar no solamente de la Administraci¨®n, sino mediante una toma de conciencia de la sociedad sobre la situaci¨®n del paisaje y el territorio. Es evidente que se debe contar con m¨¢s medios materiales, legales y de planeamiento, pero tambi¨¦n se necesita la respuesta de la sociedad civil contra la especulaci¨®n y el desarrollo desequilibrado del territorio. Indudablemente, la tramontana seguir¨¢ soplando fuerte cada verano, pero contaremos con m¨¢s medios para atenuar sus efectos.
F. Xavier Paunero Amigo es profesor de Geograf¨ªa Humana en la Universidad de Girona.
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