G¨¹nter Grass sirvi¨® en las SS
El escritor alem¨¢n, premio Nobel de Literatura, admite por primera vez haber formado parte de las Waffen-SS, la temible unidad de ¨¦lite del r¨¦gimen nazi. La confesi¨®n la ha realizado a un peri¨®dico alem¨¢n
Nunca lo ha ocultado, pero ahora hay algo nuevo. G¨¹nter Grass ten¨ªa 15 a?os cuando el ej¨¦rcito de Hitler lo llam¨® a filas; seg¨²n parece, ahora hay un dato que no se conoc¨ªa y que el escritor revela en una entrevista que ha concedido al Frankfurter Algemeine Zeitung y que se publica hoy. Aparentemente, el autor de Mi siglo, premio Nobel de Literatura de 1999 y nacido en Danzig (ahora Gdansk, Polonia) en 1927, explica, seg¨²n un despacho de Efe, que "sirvi¨® en las Waffen-SS, cuerpo de ¨¦lite y brazo de combate de las SS".
Grass, de 78 a?os, habl¨® con EL PAIS ayer desde Dinamarca, donde descansa, a la espera de que a fines de este mes aparezca el libro en el que cuenta ese episodio, entre otros, de su amplia autobiograf¨ªa. La novela se titula Pelando la cebolla, y la corrigi¨® la primavera pasada mientras pasaba, con su mujer, Ute, una temporada en Espa?a.
El escritor ha puesto ¨¦nfasis en el car¨¢cter no voluntario de su adscripci¨®n al Ej¨¦rcito. "S¨®lo ten¨ªa 15 a?os"
G¨¹nter Grass nunca ocult¨® su permanencia en las filas hitlerianas; ayer mismo explic¨® que entonces ¨¦l ten¨ªa 15 a?os, y era muy dif¨ªcil no atender entonces a la obligatoriedad de ese concurso militar para un adolescente de esa edad. Siempre dijo, y ahora lo reitera, que jam¨¢s dispar¨® un arma; toda su obra -desde El tambor de hojalata- ha sido, simb¨®lica y directamente, de repudio a la figura de Hitler y a la actuaci¨®n que llev¨® a ¨¦ste a destrozar la vida de millones de personas, en Alemania y fuera de Alemania. El autor de El tambor de hojalata indic¨® ayer, hablando desde Dinamarca, que el episodio en el que se refiere a esa parte de su juventud "ocupa una m¨ªnima parte del libro".
La implicaci¨®n de Grass en las Juventudes Hitlerianas y en el ej¨¦rcito era conocida porque ¨¦l mismo la ha revelado varias veces; el nuevo matiz es que form¨® parte de las Waffen-SS poco antes del final de la guerra mundial. [Las Waffen-SS estaban bajo la direcci¨®n de Heinrich Himmler y fueron creadas como unidad de protecci¨®n del partido nazi, y se convirtieron luego en cuerpo paramilitar de combate y fueron especialmente activas en la perpetraci¨®n del Holocausto, resume Efe].
En las biograf¨ªas de Grass se sab¨ªa que hab¨ªa formado parte de las filas del ej¨¦rcito hitleriano como auxiliar de artiller¨ªa. Grass ha puesto ¨¦nfasis en el car¨¢cter no voluntario de su adscripci¨®n al ej¨¦rcito y ha explicado reiteradamente que "s¨®lo ten¨ªa 15 a?os" cuando estos hechos tuvieron lugar.
Esas mismas biograf¨ªas recuerdan que Grass sirvi¨® en las filas del ej¨¦rcito alem¨¢n como artillero de tanques; fue herido y capturado por fuerzas norteamericanas, que luego le liberaron. Trabaj¨® en las mismas, estudi¨® arte en D¨¹sseldorf y Berl¨ªn, y en los a?os cincuenta se fue a vivir a Par¨ªs, donde escribi¨® El tambor de hojalata, un ¨¦xito mundial. Fue El tambor de hojalata -la historia de un ni?o, Oskar, que se niega a crecer y que tiene una facultad extraordinaria: su voz destroza objetos, es ensordecedora- una met¨¢fora contra el nazismo, que despu¨¦s ha sido leitmotiv de toda su obra.
Gran parte de la obra narrativa de Grass, que tambi¨¦n es dramaturgo, poeta, escultor y pintor, tiene car¨¢cter autobiogr¨¢fico, o al menos se basa en su propia biograf¨ªa. Uno de los breves cap¨ªtulos de Mi siglo, en la que recorre lo que fue su vida hasta los 75 a?os (en octubre de 2007 cumple 80), recuerda la tragedia de Guernica, causada en la guerra civil espa?ola por la aviaci¨®n alemana aliada con Franco.
En su reciente visita a Espa?a, donde corrigi¨® precisamente el libro que ahora va a aparecer, Grass record¨® aquella tragedia, a partir del cuadro de Pablo Picasso que vio en el Museo del Prado. "Pocas veces como en el Guernica se ha logrado en la pintura concentrar en una sola imagen el terror y el horror que uno puede sentir en la guerra", nos dijo.
"En mi memoria de esas im¨¢genes yo recuerdo Los horrores de la guerra, de Goya, cuando entraron en Espa?a las tropas napole¨®nicas... Los m¨¦todos de matar cambian, pero el terror que padece la poblaci¨®n civil sigue siendo el mismo; ahora ese terror se plasma en una guerra absurda como la de Irak, y uno siente ante ese cuadro el horror del mundo que sufre sin tener nada que ver con el origen de los conflictos".
En esa misma ocasi¨®n, Grass explicaba que "se tarda en escribir del horror que se ha vivido", y eso pasa en su propia literatura, dec¨ªa, y en la literatura espa?ola. "Yo mismo he escrito de la guerra, en El tambor de hojalata, en El gato y el rat¨®n, pero lo he hecho m¨¢s tarde, con cierta distancia..." Como ahora.
Desde la unificaci¨®n alemana, el escritor ha expresado su deseo de que se conozca "toda la historia" y ha se?alado que con respecto a su pa¨ªs y con respecto al mundo "la verdad est¨¢ malherida". Cuando se produjo la unificaci¨®n alemana, Grass se opuso a la manera en que ¨¦sta se ejecut¨® y declar¨® (a la revista Paris Review): "No, yo no quiero subirme a un tren que nadie gobierna y que no responde a las se?ales de advertencia. Me he quedado de pie en el and¨¦n".
Grass fue uno de los principales apoyos de Billy Brandt, el l¨ªder socialdem¨®crata alem¨¢n, a quien ayud¨® en sus tareas electorales, y con ¨¦l vino a Espa?a a apoyar al Partido Socialista cuando comenzaba la transici¨®n.
Cuando le llamamos ayer, a Dinamarca, Grass se sorprendi¨® de que el episodio del que habl¨®, relacionado con su pasado en el ej¨¦rcito nazi, armara este revuelo. "Ten¨ªa quince a?os, es tan solo una breve referencia en este libro. Esperen a leer el libro".
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