La silueta de S¨¦gol¨¨ne Royal
Unas fotos de la precandidata socialista a la presidencia de la Rep¨²blica en biquini abren un debate en Francia sobre la importancia de la imagen para los pol¨ªticos
S¨¦gol¨¨ne Royal, la precandidata socialista a la presidencia de la Rep¨²blica Francesa, es una mujer como las dem¨¢s. Al menos en la playa. Dos semanarios han publicado unas fotos donde se deja testimonio de ello. En biquini, ba?¨¢ndose o saliendo del mar, protegi¨¦ndose del sol con una gorra con visera y gafas de sol. "?Y pensar que tiene 53 a?os!", enfatiza el titular de uno de los semanarios para que no nos quepa la menor duda de: a) que las fotos publicadas no tienen ninguna voluntad ridiculizadora; b) que S¨¦gol¨¨ne tiene un cuerpo impensable -al menos para el autor del texto- para una mujer que es mam¨¢ de cuatro hijos.
No es la primera vez que un l¨ªder pol¨ªtico galo aparece en ba?ador o con poca ropa en alguna publicaci¨®n. Hace tres a?os, Jacques Chirac fue captado por los teleobjetivos en traje de Ad¨¢n, es decir, sin ni tan s¨®lo un slip. El presidente franc¨¦s estaba en su residencia privada de veraneo y las fotos no encontraron comprador en Francia, pero s¨ª en el extranjero. El primer ministro, Dominique de Villepin, seguro de su atractivo f¨ªsico, no dud¨® en invitar a la prensa gr¨¢fica a inmortalizarle en el momento que sal¨ªa de las aguas sinti¨¦ndose como la versi¨®n masculina de la Venus de Botticelli, s¨®lo que en textil. A ese rendez-vous fotogr¨¢fico estaba tambi¨¦n invitado su gran rival pol¨ªtico, Nicolas Sarkozy, 30 cent¨ªmetros m¨¢s bajito y sin melena plateada que agitar. Sarkozy renunci¨® a la foto de pareja. B¨¢sicamente, lo que Villepin quer¨ªa es que la ciudadan¨ªa comparase su elegante esbeltez con la gruesa cintura de Sarkozy, que nunca hace footing si no hay c¨¢maras para filmarle. En el semanario franc¨¦s VSD comparan los cuerpos de ba?istas de S¨¦gol¨¨ne Royal y Nicolas Sarkozy y titulan Duelo al sol.
S¨¦gol¨¨ne ha estudiado querellarse, pero ha renunciado en la medida en que sus hijos o bien no aparecen en la imagen o bien lo hacen detr¨¢s de una bruma difuminadora. En el fondo, la ¨²nica raz¨®n en la que podr¨ªa fundarse una protesta de S¨¦gol¨¨ne es que en ninguna imagen sonr¨ªe. Malo para una candidata a la presidencia.
El proceso de peoplizaci¨®n de la pol¨ªtica francesa parece imparable a ¨²ltimas fechas. De hecho, los candidatos a la presidencia son siempre muy estimados mientras s¨®lo son una imagen, mientras nadie sabe qu¨¦ piensan a ciencia cierta y es posible a?adir a la foto todos los deseos del elector. Raymond Barre o Simone Veil saben de la violencia del choque entre el ideal y la realidad. A S¨¦gol¨¨ne todos le reprochan precisamente sus silencios cuando no le critican sus opiniones. Ahora todos van a quejarse a¨²n m¨¢s, pues la notable firmeza muscular de la precandidata socialista es un insulto para sus adiposos rivales. Strauss-Kahn se olvidar¨¢ de que se hizo operar de un p¨¢rpado ca¨ªdo; Fabius, de la sorprendente desaparici¨®n de las bolsas debajo de los ojos; Chirac, de qui¨¦nes le han ayudado a combatir las arrugas, o Le Pen, de sus 78 a?os, columna vertebral hecha polvo y rodilla claudicante, por no hablar de la pr¨®stata.
La juventud f¨ªsica de S¨¦gol¨¨ne, que sin duda hay que relacionar con la educaci¨®n estricta que recibi¨® y su comprensi¨®n de que hoy la ciudadan¨ªa ya no conf¨ªa en los gorditos afables, sino que reclama tipos reci¨¦n salidos de la piscina o de la pista de tenis, contribuye a envejecer a todos sus competidores. Es obvio que la presidenta de la Rep¨²blica no acudir¨¢ a las reuniones del G-7 en biquini, pero, piensan sus conciudadanos, es mejor que sea capaz de seguir el paso nervioso de falso piloto de un Bush Jr.
El peligro para S¨¦gol¨¨ne no est¨¢ en aceptar que se publiquen sus fotos en ba?ador en cualquier semanario, sino en el sutil equilibrio entre lo people y lo pol¨ªtico. En su d¨ªa ella pos¨®, con su hija reci¨¦n nacida, para Paris Match. Hace poco dej¨® que circulara el rumor de una inminente boda con su compa?ero y padre de sus hijos, el primer secretario del Partido Socialista, Fran?ois Hollande.
?Le conviene o no le conviene? ?Es posible una presidenta madre soltera? La verdad es que hasta ahora todo le ha salido muy bien, quiz¨¢s porque las decisiones concernientes a su imagen las ha tomado ella y su ambici¨®n y ahora puede sentirse tentada a escuchar demasiado los consejos de los expertos que, como todo buen pol¨ªtico debiera saber, no sirven para ganar una elecci¨®n, pero s¨ª son capaces de hacerla perder ellos solitos.
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