El cine y la vida
Su primer filme, 'Azuloscurocasinegro', deslumbr¨® en el Festival de M¨¢laga y ha sido seleccionado para la Mostra de Venecia. Curtido en la escritura de guiones televisivos, este madrile?o de 36 a?os, que estudi¨® empresariales s¨®lo porque "ten¨ªa salidas", lleva a la pantalla historias de la vida misma
El cine tiene un riesgo. Que puede sustituir la realidad. Es peligroso aprender a besar como en las pel¨ªculas, responder a ciertos impulsos de los personajes ficticios, afrontar la vida a la medida de los h¨¦roes que aparecen en pantalla y confundir a sus villanos con la ristra de miserables que se nos va cruzando en el camino el d¨ªa a d¨ªa. Ese peligro es mayor cuando los directores de cine redundan y s¨®lo beben del cine para contar sus historias. Cuando rechazan la fuente de la propia existencia como el aut¨¦ntico y fiable valor de sus pel¨ªculas. Ocurre cada vez m¨¢s entre las nuevas generaciones, que llegan a este arte a trav¨¦s de la universidad, con muy poca calle en las suelas de sus zapatos, ya sean americanas, espa?olas, europeas? La obra de muchos est¨¢ llena de homenajes y plagios, trucos y remakes. Algunos de ellos, plagados de talento, pero son pocos aquellos que hacen saltar vida ¨ªntima en la pantalla y utilizan el cine como lo que debe ser, un poderoso medio de expresi¨®n de sus experiencias y emociones, pero no un fin en s¨ª mismo.
Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo (Madrid, 1970) es una de esas refrescantes y estimulantes excepciones. No supo que quer¨ªa ser cineasta hasta muy tarde, como le pasaba a Bu?uel. No es de ¨¦sos a los que su padre regal¨® una c¨¢mara de v¨ªdeo y desde que les salieron los dientes ya sab¨ªan que quer¨ªan ser directores de cine. No. Daniel fue dando tumbos, como muchos de los chavales de su generaci¨®n, desplazado, agobiado, intruso en un mundo de dif¨ªcil comprensi¨®n, siempre en torno a la calle donde ha vivido toda su vida en tres portales diferentes, cerca de su madre, su t¨ªa y sus padrinos, y que es la misma donde ha rodado su primera pel¨ªcula, Azuloscurocasinegro.
Incluso hizo una carrera como empresariales sin un ¨¢pice de talento, s¨®lo con el aliciente, como ¨¦l mismo confiesa, de que "ten¨ªa salidas". Puede que sean las mismas que ¨¦l ha trasladado a los personajes de sus pel¨ªculas. Siempre ha tenido mucho sentido de la responsabilidad, algo por lo que le ha re?ido siempre su psic¨®logo; ha cargado con mochilas ajenas casi sin preguntar por qu¨¦, justo como el protagonista de Azuloscurocasinegro, que fue la sensaci¨®n del pasado Festival de M¨¢laga de cine espa?ol y que le present¨® como a uno de los cineastas j¨®venes con futuro m¨¢s s¨®lido.
Cuenta que constantemente ha ido dando rodeos a su destino, tambi¨¦n como muchos de los personajes de su pel¨ªcula. Y que, pese a haber nacido en una familia de artistas -con un padre pintor, Jos¨¦ Ram¨®n S¨¢nchez; una madre actriz, Carmen Ar¨¦valo; su hermana Paula, bailarina en el Netherlands Danse Theater, y un hermano realizador de televisi¨®n, Ignacio-, regate¨® sin misericordia sus propias venas creativas. Aunque por las tardes, al salir del colegio Montserrat -uno de los centros p¨²blicos progres de m¨¢s fama en Madrid- con el bocadillo entre los dientes, le entusiasmaba contemplar a su padre pintando en su estudio, silenciosamente. Hoy vive rodeado de cuadros suyos con motivos cinematogr¨¢ficos, y aunque piensa que alguien nos ha robado para siempre la utop¨ªa y se siente v¨ªctima de una generaci¨®n brutalmente desenga?ada, guarda como oro en pa?o los originales que su progenitor hizo para la campa?a del PSOE en 1979, con las ciudades llenas de parques y los ni?os corriendo a sus anchas en un mundo ideal. "?l cre¨ªa en ello, estaba convencido de que iba a ser as¨ª", comenta Daniel.
Entre las pocas cosas que le hac¨ªan re¨ªr y emocionarse estaba la televisi¨®n, las series de su adolescencia, desde Alf y Canci¨®n triste de Hill Street hasta Farmacia de guardia. Esa afici¨®n le llev¨® a escribir en secreto un gui¨®n de la serie espa?ola de Antonio Mercero que decidi¨® dar a leer a su hermano Ignacio. Le gust¨®, y ¨¦ste se las apa?¨® para hac¨¦rselo llegar al director de la serie, que decidi¨® contratarle como guionista. As¨ª, picando piedra en las teleseries, fue como S¨¢nchez Ar¨¦valo ha aprendido el oficio, al tiempo que se las fue apa?ando para hacer sus cortos e ir buscando el camino y amontonando la enjundia que ha desembocado en su primer largometraje, que no ha llegado a los dos millones de euros de presupuesto, algo que responde a alguna de sus aristas vitales. "Estudiar empresariales me ha ense?ado que ahorrar es muy importante", confiesa sin rubor en un mundo donde los l¨ªmites al derroche en nombre de la sacrosanta creatividad resulta un tab¨².
Pero hay m¨¢s pistas expl¨ªcitas de su personalidad en su obra, y todas est¨¢n en sus experimentos de aprendizaje: desde las gamberras y muy originales Gol, Carrefouring y Profilaxis (donde explora un fin¨ªsimo sentido del humor, hijo de sus ¨ªdolos, los Hermanos Marx), hasta la terrible Express -"en la que est¨¢ otra de mis obsesiones, las relaciones paterno-filiales o, en este caso, materno-filiales"-. Ese corto hizo que Julio Medem decidiera apadrinarle para rodar despu¨¦s La culpa del alpinista. "Es donde por primera vez me sent¨ª director, porque mi trabajo estaba al servicio del mundo de Julio", cuenta. El suyo propio, el que desemboca en Azuloscurocasinegro, un t¨ªtulo que seg¨²n ¨¦l es optimista, est¨¢ ya expuesto en las anteriores y en F¨ªsica II, la historia de un portero de finca y su hijo que se revuelve contra la herencia del trabajo seguro que le quiere dejar el padre.
?Cu¨¢ndo supo que quer¨ªa ser director de cine?
Desde que tengo uso de raz¨®n he estado metido en filmotecas o en las sesiones dobles y triples de cine, es algo que mamas y va quedando ah¨ª, pero yo nunca tuve una inquietud art¨ªstica. No dibujaba mal, pero como ve¨ªa a mi padre hacerlo 12 horas al d¨ªa, me dec¨ªa: ?qui¨¦n quiere hacer eso? Me parec¨ªa horrible. Y eso que es un bohemio, sin horarios. Mi madre es actriz; mi hermana, bailarina; mi hermano trabaja en televisi¨®n; pero yo no ten¨ªa inquietudes, de verdad, y me fui al otro lado. Estudi¨¦ ciencias puras en el Bachillerato; quer¨ªa hacer matem¨¢ticas, pero hice empresariales -soy de la generaci¨®n del baby boom- porque hab¨ªa una sensaci¨®n de que si ibas a hacer una carrera ten¨ªas que meterte en algo que tuviera salida.
Entonces, ?c¨®mo llega a este mundo?
En el ¨²ltimo a?o de carrera me puse a escribir guiones de cortos, sin ambici¨®n, por matar el tiempo. Me aburr¨ªa mucho mientras buscaba trabajo en empresas de seguros y bancos. Mi hermano se ley¨® alguno y me dijo que por qu¨¦ no escrib¨ªa alguno para una serie de televisi¨®n espa?ola. Era muy freaky de las series americanas, de Bill Cosby, Los problemas crecen, Cheers, Las chicas de oro, Alf, y la ¨²nica espa?ola as¨ª que me gustaba era Farmacia de guardia. As¨ª que lo escrib¨ª en 15 d¨ªas, y mi hermano se lo llev¨® a alguien en Antena 3. Lleg¨® a manos de Antonio Mercero y me contrataron. Cambi¨® mi vida por completo, dio un giro radical. Me contrataron y no me lo cre¨ªa. Yo recuerdo haber ido a Antena 3 a pedir trabajo, pero en el departamento de contabilidad; luego pas¨¦ a otro programa para ni?os, Trastrestris, donde ten¨ªa que escribir 20 minutos diarios de televisi¨®n. Ficci¨®n, eh. Todo fue muy tard¨ªo, ten¨ªa 22 a?os cuando empec¨¦ a escribir.
Aparte de alimentarse de teleseries, ?qu¨¦ le¨ªa?
Yo nunca he sido un gran lector. Hac¨ªa como mi abuelo: me le¨ªa el principio, la mitad y el final de los libros. He devorado literatura comercial, eso s¨ª. Stephen King, Ken Follet; de peque?o, Los cinco, Agatha Christie; muchos c¨®mics, Tint¨ªn, Ast¨¦rix, El peque?o Nicol¨¢s. Pero tengo un gran vac¨ªo en lo que respecta a los cl¨¢sicos. Mi padre me lo dice. Pero yo le respondo que es mejor leerlos cuando eres mayor, que los disfrutas mucho m¨¢s. Como era de ciencias, esa parte digamos que me la salt¨¦.
Ya, porque la educaci¨®n en Espa?a es blanco o negro. Si eliges ciencias, parece que ya no est¨¢ bien visto que leas novelas.
En Estados Unidos existe la posibilidad de elegir varias cosas, creo que eso es fundamental. A m¨ª, que me hicieran decidirme a los 17 a?os qu¨¦ quer¨ªa estudiar para los pr¨®ximos cinco no lo ten¨ªa claro.
Al menos le ha servido para crear el personaje de su primera pel¨ªcula: un estudiante de empresariales que trabaja como portero y que est¨¢ obsesionado con comprarse un traje. Debe de haber muchos arquetipos as¨ª en las facultades.
El traje so?ado, lo que representa, entrar en un mundo. Yo estudi¨¦ en Icade, una universidad de jesuitas, cara, donde siempre me sent¨ª muy poco identificado con lo que me rodeaba. Siempre me he considerado moderado en creencias e ideolog¨ªa, pero, claro, en Icade estaba en los extremos, y al terminar la carrera me plantee que si yo hab¨ªa sacado buenas notas y me costaba encontrar trabajo, qu¨¦ ser¨ªa de un chaval de clase baja que ha estudiado a distancia, ha tardado siete a?os, no tiene experiencia en ning¨²n campo de los que le piden?; ser¨ªa directamente imposible.
As¨ª que es una historia que le ronda la cabeza desde hace mucho.
Muchos a?os, s¨ª. Y hasta que no me fui a Estados Unidos a estudiar un a?o de cine en la Universidad de Columbia, con una beca, despu¨¦s de haber trabajado en la tele, no tuve tiempo para desarrollar bien el gui¨®n. La idea original era simplemente un chaval que quer¨ªa conseguir un traje para una entrevista de trabajo; era mi Ladr¨®n de bicicletas, una pel¨ªcula que me dej¨® muy marcado. El traje es un s¨ªmbolo, una fachada, porque no s¨®lo es el traje; si no tienes experiencia, si no tienes enchufe, todo se queda en una apariencia.
Ser¨¢ el h¨¦roe de los porteros del barrio.
No creas. Mi portero ha visto la pel¨ªcula. El de mi casa, Andr¨¦s, tiene mi edad. Pero es como todo, cuando hablas de un gremio ponen peros. En el corto F¨ªsica II, el que m¨¢s ha gustado y el que m¨¢s premios ha tenido, cuando se lo ense?¨¦ al portero me dec¨ªa que claro, que un portero que quema cubos de basura? Es imposible.
Que se ha pasado de la raya. Que nada de met¨¢foras.
Eso. Pero al final no es el hecho de trabajar de portero lo que me interesa, es mostrar lo que puedes tener dentro.
De la basura a lo m¨¢s limpio.
En el caso del protagonista de la pel¨ªcula, lleva la carga de todo, de su familia; no siente que tiene su vida propia, vive para los dem¨¢s.
?Un buen samaritano?
S¨ª, algo que tiene una doble vertiente. Por un lado, qu¨¦ carga m¨¢s jodida, y por otro, qu¨¦ poderoso te sientes al ver que todos dependen de ti. El ser buen samaritano es un arma peligrosa, y yo me siento bastante identificado con la sensaci¨®n de tener que hacerme cargo de la gente que me rodea; es una manera de esclavizarte y al tiempo decir: qu¨¦ t¨ªo. Pero no merece la pena.
Por eso, en 'Azuloscurocasinegro' llama la atenci¨®n que parece una pel¨ªcula de la experiencia, algo muy impropio de su generaci¨®n.
Creo que ¨¦se es un problema serio de mi generaci¨®n, que hemos estado demasiado influenciados por lo audiovisual. Corremos un riesgo de repetirnos porque todos hemos visto lo mismo, y por eso lo ¨²nico que nos salva es tirar de nuestras propias experiencias, cosas que vemos directamente, en mi calle, en mi portero. Ahora vamos al cine y vemos la misma pel¨ªcula mil veces, y lo malo es que a veces es una pel¨ªcula que tiene 40 a?os y todos estamos obsesionados por hacer pel¨ªculas a medio camino entre una y otra. Eso puede llevar a que el cine se agote o que de repente nos interesen m¨¢s los documentales, porque nos cuentan la vida de verdad.
?Cu¨¢les son sus referencias cinematogr¨¢ficas, entonces?
Mis grandes influencias son cinematogr¨¢ficas, desde los Hermanos Marx hasta Lubitsch o Billy Wilder. Tambi¨¦n Spielberg, aunque yo creo que ha hecho mucho da?o. ?sa es una frase de Amen¨¢bar, adem¨¢s: ?cu¨¢nto da?o nos ha hecho Spielberg! La primera vez que en una sala yo sent¨ª que quer¨ªa contar algo parecido a lo que estaba en la pantalla fue cuando vi Haz lo que debas, de Spike Lee; creo que es una pel¨ªcula muy personal. Otra fue La ¨²ltima noche, tambi¨¦n de Spike Lee; la banda sonora la escuchaba todos los d¨ªas cuando escrib¨ªa el gui¨®n de Azuloscurocasinegro. Hombre, Woody Allen tambi¨¦n me ha influido.
?Cu¨¢nto da?o nos ha hecho Woody Allen!
Exacto. Sus historias cotidianas, pel¨ªculas muy peque?as, conflictos muy arraigados en el interior de las personas. Saber decir que no. Qu¨¦ dif¨ªcil es decir que no, como el personaje de F¨ªsica II; a m¨ª tambi¨¦n me pasa mucho, que no s¨¦ decir que no.
Pero, a fin de cuentas, ?qui¨¦n le ha influido m¨¢s, Billy Wilder, Woody Allen o el portero de su casa?
Yo creo que a partes iguales. Unos, en qu¨¦ tipo de historias quiero contar, y el otro, en las propias historias. Lo que no se puede hacer es imitar; cuando imitas, la cagas. Mi padre dice que lo que no es tradici¨®n es plagio, y yo creo que es verdad, que lo que nos diferencia son las visiones personales de las cosas.
Su generaci¨®n lo tiene crudo, de todas formas. Sentir¨¢n la ambici¨®n de crear algo nuevo y la frustraci¨®n de que todo parece ya inventado. ?Han llegado tarde?
Es algo que tenemos muy asumido. Descubrir algo nuevo es trabajo de los genios, y yo tengo muy asumido que no lo soy. Ah¨ª vuelvo a mi padre. Recuerdo cuando estuve con ¨¦l una vez en Nueva York, en el MOMA, viendo a los m¨¢s grandes, y le vi salir muy deprimido diciendo que nunca llegar¨ªa a algo similar. Creo que ¨¦l ha aprendido a vivir con eso, a hacer su trabajo y estar contento.
Por cierto, ?qu¨¦ le han dicho sus padres?, ?se ven ellos tambi¨¦n, o les da miedo que se exponga usted tanto?
Se han emocionado mucho. Yo creo que en cada personaje meto mucho de m¨ª mismo y de lo que me rodea; soy adem¨¢s muy neur¨®tico, y creo que es otra de las cosas que me han ayudado a convertirme en escritor. Llevo 17 a?os psicoanaliz¨¢ndome, desde que ten¨ªa 16, porque ten¨ªa ataques de ansiedad y no sab¨ªa qu¨¦ me pasaba; no pod¨ªa ir a clase, al cole?, ni salir con mis amigos. Me ahogaba, y a partir de ah¨ª me convert¨ª en alguien atormentado. Mi adolescencia no existi¨®.
Eso marca. ?Se siente un bicho raro?
S¨ª, siempre he estado obsesionado con ser normal; que mis amigos no supieran que iba al psic¨®logo, que no pensaran que estaba loco.
?Qu¨¦ es eso, ser normal?
Vivir lo cotidiano; algo anodino, que no existe. En el fondo he acabado valorando mis rarezas. El psicoan¨¢lisis me ayud¨®. Cuando tienes que ir a un sitio y contar algo con cierta coherencia te conviertes en narrador. Ah¨ª tengo conciencia de empezar a ser escritor; aunque el psicoan¨¢lisis es libre asociaci¨®n de ideas, ten¨ªa que armar algo, crear suspense al contar la historia. Mi psic¨®logo vino al estreno de la pel¨ªcula. Hab¨ªa dejado las sesiones justo para rodar la pel¨ªcula, y la experiencia fue bien. Me decid¨ª a no volver, a ver qu¨¦ pasa.
?Y qu¨¦?
Pues que ahora estoy plante¨¢ndome volver, aunque no m¨¢s al psicoan¨¢lisis; probar¨¦ otra rama que me ayude a estar m¨¢s en contacto con mis emociones. Ya no quiero escarbar m¨¢s en el pasado, me cuesta m¨¢s hacerlo en mis emociones.
O sea, que se conoce usted muy bien.
S¨ª.
?Y c¨®mo es?
?Hostia! Pues un buen chaval, b¨¢sicamente.
Eso es lo que pens¨¦ yo al ver su pel¨ªcula.
Como el protagonista, igual. Que mi hermano me pide que me folle a su novia, pues ?hala, venga!
?Es la vida, no? Uno no queda indiferente ante eso, pero se puede comprender.
Hay algo en la peli que es lo que a m¨ª me pasa. Que no hay buenos ni malos, que es gente atrapada en sus circunstancias y hace lo que puede. Yo soy tambi¨¦n as¨ª. He podido ser un cabr¨®n, seguro, pero yo creo que en m¨ª hay una ansiedad por agradar.
Eso es muy duro, aunque conozco gente que le pasa justo lo contrario. Que tiene obsesi¨®n por desagradar.
Me he querido proteger de ellos. A m¨ª me cuesta mucho salir de mi burbuja. He vivido siempre en la misma calle, en el 6, el 17 y el 5. He ido al colegio aqu¨ª atr¨¢s. Aqu¨ª he rodado la pel¨ªcula. Me supone un esfuerzo salir. Hasta ir a ver a mi padre a Santander, donde vive, se me hace duro.
?La pr¨®xima ser¨¢ tambi¨¦n en el barrio?
No, ser¨¢ en Madrid, con el mismo equipo t¨¦cnico y art¨ªstico. Me cuesta mucho imaginarme fuera. Aunque me gustar¨ªa salir un poco de m¨ª mismo, dirigir un gui¨®n que no fuera m¨ªo, siempre que pueda aportar algo personal. Necesito explorar cosas distintas. Voy a abandonar el mundo del portero.
Ya, porque usted ha creado su universo con eso en un corto y un largo. ?Qu¨¦ le atrae?
Creo que la frustraci¨®n, el submundo, vivir en los semis¨®tanos es como vivir pisoteado. Convivir en un entorno de clase media-alta y no pertenecer al mismo mundo creo que produce inseguridad, no poder aspirar a lo que aspiran otros.
Dice que repetir¨¢ tambi¨¦n equipo art¨ªstico. Conf¨ªa mucho en varios actores, como en Antonio de la Torre o en H¨¦ctor Colom¨¦.
A Antonio [que interpreta al hermano del protagonista en el largometraje y protagoniza el corto Profilaxis], desde que lo vi en Poniente, de Chus Guti¨¦rrez, me dej¨® flipado. Tiene esa capacidad de pasar de la comedia al drama, ¨²nica. H¨¦ctor es mi segundo padre. Es la pareja de mi madre desde hace 14 a?os. As¨ª que trabajar con gente de confianza, para m¨ª es fundamental. Yo creo que todos los actores son buenos, y que cuando haces un casting, lo haces para buscar a los que mejor pueden entenderse contigo.
Con ellos ha sido con quien ha conocido el ¨¦xito. ?Le asusta?
No, nada. Me preguntan mucho sobre la presi¨®n de la segunda pel¨ªcula y me parece estupendo haber sido capaz de generar expectativas e inter¨¦s. Tengo los pies en la tierra, para m¨ª ya fue un ¨¦xito hacer la pel¨ªcula como yo quer¨ªa hacerla. Luego ha tenido cr¨ªticas buen¨ªsimas y 170.000 espectadores. Han surgido cosas m¨¢s grandes, pero no encuentro por ahora motivos para irme a ning¨²n sitio ni para dejar de trabajar con mi gente.
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