La tele pierde, consolas y m¨®viles ganan

Elena A. tiene siete a?os y, seg¨²n su padre, "Internet le corre por las venas". Todav¨ªa no tiene m¨®vil propio -pese a que "lo maneja a la perfecci¨®n"- y lo que m¨¢s le gusta del mundo es Pok¨¦mon. Sigue la serie de dibujos en la televisi¨®n o en DVD, juega con estas mascotas animadas en un videojuego de ordenador o busca en el sitio web oficial las ¨²ltimas novedades. No es una ni?a diferente al resto. Para la nueva generaci¨®n "la vida es sencillamente as¨ª", confiesa su padre. "Para nosotros la tele, el ordenador o el videojuego fueron grandes descubrimientos y formas distintas de ocio, pero para los ni?os son una misma pantalla", observa. Al cambio que describe este padre hay que a?adir ahora otra novedad: la reducci¨®n del inter¨¦s de los ni?os por los soportes poco interactivos y con contenidos m¨¢s limitados para ellos. ?El que m¨¢s se empieza a resentir por ello? La televisi¨®n.

"Los operadores no han sido capaces de producir programas para ni?os y j¨®venes"

"Antes los padres controlaban el 90% del ocio de sus hijos. Ahora no saben lo que hacen"

Los m¨¢s peque?os viven el ocio de otra manera: el 72% de los chavales entre 10 y 14 a?os asegura utilizar el ordenador de forma frecuente; el 66% navega por Internet; y el 54% tiene tel¨¦fono m¨®vil, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). En cambio, los ni?os ven la televisi¨®n en la actualidad casi 20 minutos menos que hace diez a?os. Se han pasado a las nuevas pantallas y la tecnolog¨ªa ha cambiado sus h¨¢bitos. La ausencia de programas infantiles en televisi¨®n justifica adem¨¢s esta tendencia.

"Los ni?os se adultizan", apunta el profesor de la Universidad Carlos III Agust¨ªn Garc¨ªa Matilla. Ante la ausencia de programas infantiles, su dieta televisiva es la misma que la de los mayores. "Espa?a es un pa¨ªs at¨ªpico. Los operadores no han sido capaces de producir programas para ni?os y j¨®venes. Salvo la televisi¨®n catalana, no hay informativos para ni?os. En Reino Unido, por ejemplo, se emiten desde hace 30 a?os. Por eso los ni?os espa?oles se decantan por programas para adultos".

Los datos lo demuestran. En lo que va de a?o, s¨®lo la serie animada Los Simpson, aparece entre los 20 programas m¨¢s vistos por ni?os de 4 a 12 a?os. Deportes, culebrones y teleseries del horario nocturno son sus favoritos. Garc¨ªa Matilla lamenta la falta de compromiso de las televisiones espa?olas. "Lo ¨²nico que han hecho es incorporar a ni?os en las series para atraer a ese p¨²blico, como en Cu¨¦ntame. Han despreciado la opci¨®n de trabajar para ni?os y j¨®venes. Es una audiencia que no interesa para el share. S¨®lo Los lunnis est¨¢n pensados para ni?os, aunque para edades muy espec¨ªficas".

"Prefieren las nuevas pantallas, porque delante de la televisi¨®n son sujetos pasivos, mientras que las formas de ocio digital son pura actividad y les permiten convertirse en protagonistas", reflexiona Xavier Bringu¨¦. Este profesor de la Universidad de Navarra ha dirigido un estudio sobre el uso y valoraci¨®n de la tecnolog¨ªa que hacen los ni?os de nueve a once a?os. De 4.000 encuestados, el 47% se quedar¨ªa con los videojuegos antes que con la tele (el 34%). Lo mismo sucede con Internet y el m¨®vil: ambos ganan la batalla a la televisi¨®n entre los m¨¢s peque?os.

"Esto no significa que est¨¦n dejando de verla", matiza Bringu¨¦. "Lo que ocurre es que ahora dedican m¨¢s tiempo libre a todas las pantallas". Las audiencias confirman un descenso en el consumo infantil. De hecho, es el ¨²nico colectivo, junto a los j¨®venes de 13 a 24 a?os, que ha reducido el consumo televisivo. Si en 1995 los menores de 4 a 12 a?os se pasaban 160 minutos delante de la peque?a pantalla, en 2005 fueron 142, seg¨²n la empresa de medici¨®n de audiencias Sofres.

Paralelamente, los videojuegos son uno de los negocios de mayor proyecci¨®n: de un volumen de facturaci¨®n en torno a los 25.000 millones de d¨®lares (19.623 millones de euros) en 2004, se espera que llegue a duplicar esta cifra en 2009, seg¨²n c¨¢lculos de la consultora PriceWaterhouseCoopers. Una industria en la que las grandes multinacionales empiezan a fijarse para insertar publicidad. Un estudio de Mediaedge:cia asegura que los anuncios insertados en los videojuegos ayuda a un tercio de los ni?os a decidir qu¨¦ producto comprar. Un 70% cree que la publicidad real convierte al juego en algo "m¨¢s genuino".

Adem¨¢s, la televisi¨®n est¨¢ siendo desplazada a edades m¨¢s precoces por el tel¨¦fono m¨®vil e Internet, seg¨²n el profesor Garc¨ªa Matilla. "Los ni?os y adolescentes buscan una mayor interactividad. En televisi¨®n supl¨ªan esa carencia mediante la utilizaci¨®n del mando a distancia. Los ni?os cambian con mucha frecuencia de canal para hacerse su propia programaci¨®n". Agrega que Espa?a es un pa¨ªs at¨ªpico. El 60% de los hogares tiene m¨¢s de un televisor, un porcentaje que supera la media europea. Tambi¨¦n es uno de los pa¨ªses con m¨¢s tel¨¦fonos m¨®viles. Y paralelamente, cuenta con las peores cuotas de lectura de peri¨®dicos y menor acceso a Internet.

Pero los operadores siguen dando la espalda a los ni?os. Garc¨ªa Matilla asegura que "las autoridades se han despreocupado de la alfabetizaci¨®n audiovisual y multimedia. Si no se producen programas espec¨ªficos para las nuevas pantallas, ocurrir¨¢ como en los medios convencionales. Y ser¨¢ dram¨¢tico. Los ni?os se adultizar¨¢n a¨²n m¨¢s".

El desconocimiento de las nuevas tecnolog¨ªas entre los adultos y el tipo de juego individual de las videoconsolas fomenta que los ni?os est¨¦n solos cuando juegan. "Hace 20 a?os los padres controlaban el 90% del ocio de sus hijos, ahora no saben qu¨¦ hacen la mayor parte del tiempo", observa Fernando Chac¨®n, profesor de psicolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. Cree que los padres deber¨ªan esforzarse por conocer los contenidos a los que acceden sus hijos. "Otro problema", se?ala, "es que los ni?os tienen ese punto descontrolado, en que todo juego consiste para ellos en un 'cuanto m¨¢s, mejor'. Los mayores son quienes tienen que estar ah¨ª para restringir las horas".

Pese a esta voz de alarma, en Espa?a no se ha registrado a¨²n ning¨²n caso de adolescentes hikikimoris. Este t¨¦rmino japon¨¦s que significa "encerrarse, confinarse en uno mismo" hace referencia a una epidemia que afecta a un 10% de los j¨®venes japoneses; ni?os ultratecnologizados que al crecer dan la espalda a la vida real y se encierran en un mundo virtual. Un estudio demostr¨® que al acabar sus estudios, un 20% de hikikimoris era incapaz de salir de su casa. El 10% no pod¨ªa ni abandonar su habitaci¨®n.