El gran d¨ªa de Mercedes Chilla

Mercedes Chilla llega de Jerez de la Frontera y, una tarde tan ventosa que muchos turistas por fin han comprendido por qu¨¦ las azafatas-coristas -las que llevan las medallas y flores en bandejas y cantan los himnos- visten un vestido que en vez de con la l¨®gica falda de libre vuelo se cierra por abajo en extra?o bombacho, se ha convertido en el primer atleta espa?ol -hombres y mujeres: ni siquiera Manolo Mart¨ªnez, el grande, lo ha conseguido- que gana una medalla en lanzamientos en un gran campeonato al aire libre. El vuelo de la jabalina lanzada por su mano tras recibir el impulso de su peque?o cuerpo, de su gran zancada, alcanz¨® 61,98 metros, una distancia que no es la m¨¢s larga que ha alcanzado, una longitud que ni siquiera es el r¨¦cord de Espa?a (que est¨¢ en 62,32 metros), pero que le vali¨® la m¨¢s inesperada de las recompensas, una medalla de bronce. Por delante, la alemana Nerius (1,78m de altura, 72 kilos), oro con 65,82 metros, y la checa Spotakova (1,82 metros, 80 kilos), plata con 65,62 metros. "Ha sido el ¨¦xito m¨¢s sorprendente del atletismo espa?ol en Gotemburgo", certific¨® el presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola, el brujo que todo lo sabe. "Yo la ten¨ªa en mis oraciones, pero como finalista. Pero ha tenido su d¨ªa".

Y tan sorprendido como el presidente estaba la propia atleta, de 25 a?os. "Pues claro que ha sido una sorpresa", dijo la jerezana. "Es que ni lo pod¨ªa so?ar. Esto no se puede so?ar si se viene, como yo, con una marca de 61 metros. Yo, con haber pasado a la final, lo que tambi¨¦n era una primicia para una espa?ola, ya estaba contenta. Y a¨²n no s¨¦ lo que he hecho".

Mercedes Chilla practicaba en Jerez las pruebas combinadas pero la jabalina era lo que mejor se le daba. De acuerdo con su t¨¦cnico, Jos¨¦ Mar¨ªa Vega, se especializ¨® en el dardo. Y a ello le dedica ma?ana y tarde, con absoluta profesionalidad. "Hace cinco a?os eleg¨ª. Dej¨¦ la Universidad -estudiaba Magisterio de educaci¨®n f¨ªsica en Puerto Real: mucha pedagog¨ªa y poca educaci¨®n f¨ªsica- y me centr¨¦ en el atletismo", explica la medallista, que se concentr¨® durante el concurso con los Skunk Anansie a todo volumen en su iPod, que, a falta de su t¨¦cnico, no invitado, se dej¨® guiar por los consejos de la rumana Felicia Trilea, que sabe espa?ol, y que tras terminar se abraz¨® interminablemente con la pertiguista malague?a Dana Cervantes, su amiga.

No hay que ser, evidentemente, finlandesa, griega, brit¨¢nica o de un pa¨ªs del este, la cuna y los territorios en que m¨¢s se ha desarrollado el lanzamiento de jabalina, para llegar a ser de las mejores de Europa. Con esto del atletismo pasa como con los vinos. No hay comarca de Espa?a, por remota, desconocida, despoblada o rica que sea que no sea capa de producir grandes caldos. Incluso cuanto m¨¢s peque?o sea el vi?edo, cuanto m¨¢s inaccesible, cuanta m¨¢s atenci¨®n reclame del viticultor, mejor el vino. Cuantas m¨¢s las dificultades, mayor grado de cabezoner¨ªa, de empe?o, mayor calidad, aunque menor cantidad. No hay que ser de Rioja o Ribera de Duero para triunfar. Tampoco para ser atleta hay que entrenarse en Madrid o Barcelona. M¨¢s bien, al contrario.

Todo puede ser empe?o personal, familiar. Sin moverse de San Sebasti¨¢n, Naroa Agirre, trabajando con su marido y entrenador, Jon Karla Lizeaga, se ha convertido en una saltadora de altura fija en las grandes finales (el s¨¢bado termin¨® s¨¦ptima); en Valladolid, Mayte Mart¨ªnez, de las mejores mundiales del 800, trabaja con su marido, Juan Carlos Granados; y en Toledo a Julio Rey lo entrena su padre; Ruth Beitia, que salta dos metros no se ha movido de Santander, ni Manolo Mart¨ªnez, el eterno lanzador, de Le¨®n, donde su t¨¦cnico, Charly Bur¨®n, ha creado escuela. Marta Dom¨ªnguez no se mueve de Venta de Ba?os, ni Paquillo Fern¨¢ndez de Guadix, ni Garc¨ªa Bragado de Lleida, ni Zulema Fuentes-Pila, obstaculista c¨¢ntabra, de La Albericia ni de su Jos¨¦ Manuel Abascal. Y los hay tambi¨¦n que formando parte de un gran entramado practican una especialidad tan minoritaria que no pueden, aunque quisieran, perder el esp¨ªritu individual, olvidarse de la soledad, dejar de pensar que el atletismo es ante todo cuesti¨®n de fuerza de voluntad y amor. As¨ª, Carlota Castrejana, la triplista riojana afincada en Madrid con el t¨¦cnico Juan Carlos ?lvarez tras pasar por el baloncesto o el salto de altura; o Mario Pestano, el disc¨®bolo canario que ha encontrado nuevas alas en Barcelona con Luis Lizaso.