Pienso 'de que' existo
Nada merece la pena, todo es confusi¨®n y estupidez. El rid¨ªculo, el dolor y la tristeza son los sentimientos que realmente definen al hombre. Despu¨¦s, por orden de aparici¨®n, la torpeza, y en la mayor¨ªa de los casos, la mezquindad. Esto no lo digo por una consciencia exagerada de la situaci¨®n pol¨ªtica mundial, o por el hambre y las enfermedades que asuelan el mundo. No. Lo digo porque el pasado mi¨¦rcoles escrib¨ª un art¨ªculo en este peri¨®dico y me colaron una errata. Yo escrib¨ª: "Advierto que est¨¢ llorando". Y ellos pusieron: "Advierto de que est¨¢ llorando". ?Se dan cuenta? ?Mi vida completamente arruinada para siempre! Me metieron un deque en el art¨ªculo. Aunque me justifique, nadie me creer¨¢, porque no parece una errata tipogr¨¢fica. La m¨¢s absoluta humillaci¨®n y el m¨¢s doloroso de los escarnios me acompa?ar¨¢n para siempre. No hay manera de borrar un deque de la memoria de la gente. Y, sin embargo, la persona que transcribe los textos en este peri¨®dico pasa el verano encantada, ajena al drama, feliz en su anonimato. Sin embargo, a m¨ª, ?qu¨¦ futuro me espera? La gente me se?alar¨¢ por la calle. "Es el tipo del deque", cuchichear¨¢n, en voz baja. Advierto de que est¨¢ llorando. ?Es lo peor! Es mejor decir pienso de que existo. As¨ª es la vida. Peque?as desgracias min¨²sculas se depositan poco a poco sobre tu alma, y la van enfangando, hasta que tu cabeza desaparece en el interior de una fosa s¨¦ptica. El pasado mi¨¦rcoles volv¨ªa a casa en avi¨®n y empezaron a repartir los peri¨®dicos. ?Que no elijan EL PA?S, por favor! Un individuo peque?ito y calvo coge el fat¨ªdico peri¨®dico. No sab¨ªa qu¨¦ hacer. ?Se lo quito? ?Se lo arranco de las manos de un tir¨®n? Es mejor que piense que estoy loco a que sepa que soy un idiota. ?Y mis amigos? ?Qu¨¦ dir¨¢n cuando vean el deque? Bueno, a mis amigos que les den. ?Y la gente importante? No, por favor. ?Y si lo lee alguien a quien admiro, respeto y temo profundamente? ?Y si lo lee Javier Mar¨ªas? ?Dios m¨ªo, ay¨²dame! El terror m¨¢s absoluto es el terror al rid¨ªculo. Una vez superado, uno es capaz de todo. Pero ?qui¨¦n lo supera? De peque?o imaginaba situaciones absurdas. Secuestran a tu madre y no la sueltan si no cruzas la calle totalmente desnudo, ri¨¦ndote de la manera m¨¢s est¨²pida, dando brincos y canturreando Heidi en japon¨¦s. ?Alguien se siente capaz? Bueno, pues mi situaci¨®n es m¨¢s terrible. ?Qu¨¦ verg¨¹enza! Lo m¨¢s incre¨ªble es que me lo merezco. Merezco el bochorno y el rid¨ªculo, porque he pecado. He pecado de soberbia. Soy un idiota que exige respeto. Desgraciadamente, nadie es respetable. Todos tenemos un deque grabado a fuego en el coraz¨®n. Reconozc¨¢moslo. Somos paletos vanidosos que creen saber algo, payasos en un mundo sin gracia. Cuando alguien se toma en serio a s¨ª mismo s¨®lo puede darnos pena. Benditos sean los deques de este mundo, porque nos colocan en nuestro sitio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.