As¨ª se asesina en serie

-Holmes, ?ha visto los ¨²ltimos desarrollos del caso de las palabras crecientes? (ya s¨¦ que no se dice desarrollos, pero esto es una mala traducci¨®n de la ¨¦poca).

-Lo intent¨¦ ayer, Watson, y acab¨¦ tirando The Chronicle a la basura al confundirlo con el de la semana pasada. La se?ora Hudson se disgust¨® remarcablemente al perderse la secci¨®n de digeridos.

-Pero, Holmes, si ha aparecido un nuevo cad¨¢ver. Mire, en el 39 de Leicester Square. Lestrade lleva el caso.

-Pod¨ªa usted haber empezado por ah¨ª. Lea en voz alta, si tiene la amabilidad.

-Desde luego. "Nuevo crimen del asesino de las palabras crecientes".

-?Cu¨¢l es la ¨²ltima palabra?

-D¨¦jeme ver... ?F¨ªjese, Holmes, es negara!

-?Qu¨¦ le parece tan extraordinario?

-Pues que eso da... "y si por tres veces negara". Cada crimen, una letra m¨¢s: ?12345!

-"Y lo que vive muere aunque siempre queramos olvidarlo", como dijo Josef K.

-No le entiendo, Holmes.

-2286. Al menos son pares. Siga leyendo, Watson, o nos acabar¨¢ quitando el peri¨®dico la se?ora Hudson.

-"Tras los seis cr¨ªmenes de esta feroz alima?a, el mensaje y si por tres veces negara se interpreta por Scotland Yard como una clara advertencia al diletante sin ocupaci¨®n conocida Lord St Peter". ?Ha o¨ªdo eso, Holmes?

-No he podido evitarlo, dado el metro y medio escaso que me separa de usted y la manifiesta estridencia de su tono. ?Menciona el reportero d¨®nde dej¨® el mensaje esta vez?

-D¨¦jeme ver... s¨ª, aqu¨ª: "Como viene siendo habitual en su macabro modus operandi, el asesino colg¨® su mensaje del cuello de la v¨ªctima mediante una chapa grabada que cuelga de un tosco cord¨®n". Holmes, esto es muy grave, ?no cree?

-Watson, coja su abrigo.

-Vamos a proteger a Lord St Peter, ?no?

-?Por Dios! Ese hombre necesita tanta protecci¨®n como un vertedero p¨²blico. Vamos a decirle a Lestrade d¨®nde puede encontrar a su asesino palabrero. ?En marcha, Watson!

Hoy la pregunta se la hace Watson: ?C¨®mo pudo saberlo, Holmes?