Para entender Espa?a

Espa?a pasa por ser un pa¨ªs que cuenta con muchos historiadores por metro cuadrado. Historiadores de pacotilla, eso s¨ª, que no dudan en retorcer los acontecimientos a su antojo para que todo cuadre en un esquema ideol¨®gico previamente dise?ado. Son aprendices de brujo que desprecian el estudio de los datos, la investigaci¨®n en los archivos o el testimonio de los protagonistas para lanzarse a difundir panfletos con absoluto desprecio de la realidad hist¨®rica. Entre el cainismo espa?ol, por un lado, y las graves deficiencias del sistema educativo, por otro, estos manipuladores encuentran su caldo de cultivo, ya sea para pontificar sobre los Reyes Cat¨®licos, para satanizar la cultura musulmana o para desprestigiar a Manuel Aza?a.

El discurrir hist¨®rico de lo que hoy conocemos como Espa?a ha estado plagado de invasiones, guerras, cambios de reg¨ªmenes pol¨ªticos, rivalidades din¨¢sticas, revoluciones sociales y transformaciones vertiginosas en algunos periodos. Se trata de un pa¨ªs extenso, donde se hablan cuatro idiomas, que fue metr¨®poli de un inmenso imperio colonial, que llev¨® el espa?ol y la religi¨®n cat¨®lica al continente americano, y que tuvo un papel relevante en toda Europa. No resulta, por tanto, f¨¢cil el empe?o de los profesores Julio Valde¨®n, Joseph P¨¦rez y Santos Juli¨¢ de abordar una obra de s¨ªntesis para un p¨²blico no especializado, es decir, para aquellos lectores que buscan un manual que ofrezca una buena panor¨¢mica.

Desde un magisterio recono

cido en los distintos periodos hist¨®ricos, Valde¨®n (Antigua y Media), P¨¦rez (Moderna) y Juli¨¢ (Contempor¨¢nea) intentan presentar una obra con un car¨¢cter enciclop¨¦dico, un estilo ameno y un enfoque que no se limita s¨®lo a la macrohistoria, sino que abunda en aspectos de la cultura, la econom¨ªa o los usos sociales. Al margen del formidable esfuerzo de s¨ªntesis y de amenidad -que s¨®lo puede lograrse a partir de un conocimiento exhaustivo de la historia que se relata-, los tres profesores procuran no reducir el devenir de Espa?a a concepciones metaf¨ªsicas ni mucho menos a "unidades de destino en lo universal", como se ense?¨® en escuelas y universidades durante mucho tiempo con una filosof¨ªa imperial que todav¨ªa perdura.

Para subrayar la amplitud de miras de los autores del libro, baste rese?ar el comentario que Joseph P¨¦rez incluye para definir el decisivo tr¨¢nsito de la Casa de Austria a los Borbones a comienzos del siglo XVIII: "Con los Borbones, Espa?a inicia una nueva etapa de su destino hist¨®rico. Esta Espa?a ya no es una Espa?a plural, como lo era en tiempos de los Austrias. Pero, a cambio, est¨¢ m¨¢s y mejor vertebrada". Toda una muestra de objetividad y ausencia de prejuicios en dos frases.

Por todo ello, cuando en tantas ocasiones los muchos damnificados por la deficiente ense?anza de la historia preguntan por un buen manual, ustedes pueden recomendar el de Valde¨®n, P¨¦rez y Juli¨¢ sin temor a defraudar a los posibles lectores.