"Una decisi¨®n hist¨®rica"
"Es una decisi¨®n hist¨®rica de la mayor importancia", asegura David Kessler -que a pesar del apellido no tiene ninguna relaci¨®n con la juez Kessler-. Como comisionado dentro de la Administraci¨®n de Alimentos y Medicinas durante la etapa del presidente Bill Clinton, Kessler lider¨® un esfuerzo sin precedentes para regular el tabaco.
"El fallo pone punto y final al debate sobre qu¨¦ sab¨ªa la industria y qu¨¦ no hizo durante a?os", ha declarado ahora al diario The Washington Post. "Estamos ante la mayor conspiraci¨®n conocida para poner en peligro la salud de las personas y este fallo lo deja absolutamente claro", finaliza Kessler.
Los objetivos de la demanda de 1999 eran Altria Group y su unidad Philip Morris USA, Lorillard Tobacco de Loews, Carolina Group, Liggett Group de Vector Group, R.J. Reynolds Tobacco de Reynolds American y British American Tobacco, una filial de British American Tobacco Investments.
"Pong¨¢moslo de una forma m¨¢s coloquial y menos legal: durante m¨¢s de 50 a?os, los acusados mintieron, distorsionaron y enga?aron al p¨²blico estadounidense, incluyendo j¨®venes a los que ¨¢vidamente buscaban como nuevos fumadores", expone Kessler en su argumentaci¨®n.
La juez a?ade que las compa?¨ªas "suprimieron investigaciones, destruyeron documentos y manipularon el uso de la nicotina para incrementar y perpetuar la adicci¨®n, as¨ª como abusaron del sistema judicial para conseguir su objetivo: hacer dinero con poco o ning¨²n respeto hacia la salud individual o la integridad del sistema legal".
El caso federal visto por la juez Kessler se remonta al discurso con el que en 1999 el entonces presidente Bill Clinton prometi¨® en su discurso de la Uni¨®n que el Departamento de Justicia abrir¨ªa un pleito civil por crimen organizado contra las empresas tabacaleras.
El pleito iniciado ese mismo a?o fue uno de los m¨¢s ambiciosos emprendidos por una Administraci¨®n y se dedicaron ingentes recursos para acusar a las empresas de ejecutar durante d¨¦cadas un fraude a trav¨¦s de publicidad enga?osa.
Pero la llegada al poder del actual presidente republicano George W. Bush en el a?o 2000, quien recibe importantes donaciones de la industria del tabaco, trajo consigo una revisi¨®n del caso.
John Ashcroft, reci¨¦n nombrado entonces fiscal general, calific¨® el pleito de "d¨¦bil" y promovi¨® llegar a un acuerdo fuera de los tribunales.
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