Los acorazados del mar
Son cuellicortas, tienen un bello caparaz¨®n y viajan por el mar desde hace 130 millones de a?os. Pero las cinco especies de tortugas que recalan en nuestras aguas -la¨²d, lora, verde, carey y boba- est¨¢n amenazadas. La pesca, la contaminaci¨®n y las gaviotas est¨¢n acabando con ellas
Playa de Vera, Almer¨ªa. Tres de la madrugada del 27 de julio de 2001. Una hembra de tortuga boba sale del mar Mediterr¨¢neo y camina tierra adentro para depositar bajo la arena casi un centenar de huevos. Algo m¨¢s de un mes despu¨¦s, y tras la eclosi¨®n, s¨®lo 42 tortuguitas consiguen llegar a la orilla.
Por aquellas fechas se dio a conocer cient¨ªficamente el anidamiento completo de una tortuga marina en las costas espa?olas. Adem¨¢s de otras variables de ¨ªndole gen¨¦tica y geogr¨¢fica, la intensa ocupaci¨®n humana de la primera l¨ªnea de playa del litoral peninsular hace imposible que estos reptiles saquen adelante a su descendencia. "Puede suceder que dentro de 20 o 30 a?os alguna de las cr¨ªas sobrevivientes vuelva al lugar de su nacimiento, ya que se les queda marcado como referencia para regresar cuando les toque a ellas realizar la puesta. Pero es algo casi improbable, entre otras cosas porque s¨®lo el 1% de tortugas que salen del huevo logran sobrevivir". Juan Antonio Cami?as, director del Centro Oceanogr¨¢fico de M¨¢laga, dependiente del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO), y uno de los cient¨ªficos que m¨¢s ha estudiado la presencia de estos animales en los mares espa?oles, explica as¨ª algunos de sus patrones biol¨®gicos. "Aunque algunas especies o ejemplares de determinadas poblaciones no retornan necesariamente a la misma playa (fidelidad al lugar de origen), s¨ª lo hacen a la regi¨®n donde nacieron (filopatria)", concluye Cami?as. De ah¨ª que muy posiblemente las cr¨ªas de tortuga boba vuelvan a pisar tierra firme all¨¢ por el a?o 2025 en Turqu¨ªa, Grecia o Libia, lugares de cr¨ªa tradicional para la especie en el Mediterr¨¢neo. Pero, mientras tanto, ?hasta d¨®nde han viajado y c¨®mo y d¨®nde han vivido?
Hay que lograr anzuelos y sedales biodegradables que se disuelvan en el est¨®mago de las tortugas
La celebraci¨®n del A?o de la Tortuga en el oc¨¦ano ?ndico y el Sureste Asi¨¢tico vuelve a poner de actualidad a las siete especies de estos aut¨¦nticos f¨®siles vivientes (hace 130 millones de a?os ya exist¨ªan tortugas marinas), y, con ellas, a algunas de las particularidades biol¨®gicas y evolutivas m¨¢s singulares del reino animal.
La organizaci¨®n WWF/ Adena aprovechar¨¢ para realizar diversas actividades en 10 de los pa¨ªses claves de este entorno (Australia, Filipinas, India, Indonesia, Kenia, Madagascar, Mozambique, Tailandia, Tanzania y Vietnam). No faltar¨¢n estudios e investigaciones relacionados con lo que algunos bi¨®logos llaman "los a?os perdidos", en referencia a las largas temporadas (lustros e incluso decenios) que estos reptiles pasan en alta mar. A finales del pasado a?o, en el Turtle and Marine Ecosystem Centre de Malaisia comprobaron c¨®mo una hembra de tortuga verde realiz¨® un trayecto de 2.400 kil¨®metros en menos de dos meses, partiendo desde el lugar de puesta en este pa¨ªs hasta el mar de Sulu, en Filipinas. En Espa?a tambi¨¦n se marcan ejemplares de tortuga boba que meses despu¨¦s anidan en costas de Nicaragua.
Pocas cosas se desconocen, sin embargo, de los pasos previos y posteriores a la arribada de miles de hembras a las playas de las regiones subtropicales y templadas del planeta para realizar el desove, ¨²nico momento de sus vidas en el que pisan tierra firme. Comienzan a reproducirse entre los 15 y 20 a?os y se mantienen fecundas hasta los 60. Durante el periodo reproductor realizan hasta seis puestas de 100 huevos cada una en menos de 10 d¨ªas, como ocurre con la m¨¢s grande de todas, la tortuga la¨²d. Deborah Crouse, cient¨ªfica norteamericana del Fish and Wildlife Service de Estados Unidos, desarroll¨® junto a otros colegas un modelo poblacional para la tortuga boba en su pa¨ªs seg¨²n el cual son necesarias m¨¢s de 498.000 hembras inmaduras para que se mantenga estable una poblaci¨®n de 1.277 hembras reproductoras.
Se sabe incluso que la temperatura de la arena puede hacer variar el sexo de la futura prole, hasta el punto que por debajo de 29 grados saldr¨¢n m¨¢s machos, pero si el term¨®metro sobrepasa esta marca ser¨¢n mayoritariamente hembras.
Cangrejos, hormigas y gaviotas se abalanzan sobre los huevos durante los 60 d¨ªas de media que dura la incubaci¨®n. A las diminutas tortugas que logran nacer y escalar la pared del nido en busca del mar no les faltar¨¢n perros, mapaches e iguanas que les pongan dif¨ªcil el intento de alcanzar la orilla. Realmente, hasta que el caparaz¨®n no se endurece con el paso de los a?os las bajas no menguan. Entonces, s¨®lo el tibur¨®n tigre le podr¨¢ hincar el diente a estos acorazados marinos.
La declaraci¨®n como ?reas Marinas Protegidas de la isla Derawan, en Indonesia, y de un archipi¨¦lago de Abu Dabi, en los Emiratos ?rabes Unidos, y la paralizaci¨®n moment¨¢nea de la construcci¨®n de una industria gasista en Australia, cerca de un ¨¢rea de desove de la tortuga franca oriental, forman parte de las iniciativas que dan sentido a la celebraci¨®n del A?o de la Tortuga y permiten que sus lugares naturales de puesta queden preservados.
En el Mediterr¨¢neo, un ejemplo de buenas pr¨¢cticas lo protagonizaron hace 10 a?os los due?os de 26 restaurantes playeros de Cirali, uno de los 17 puntos de la costa turca donde acuden las tortugas en ¨¦poca de reproducci¨®n. Los requerimientos de tranquilidad y oscuridad que precisan las hembras para salir del agua y dejar los huevos por encima de la l¨ªnea de la marea alta obligaron a que los restauradores echaran abajo los locales y los levantaran 100 metros m¨¢s adentro. A comienzos de 2000, el n¨²mero de nidos hab¨ªa ascendido de 29 a 40, y los due?os de bares y restaurantes comprobaron c¨®mo el aumento de visitas de las tortugas era directamente proporcional al de los turistas.
Medidas como la declaraci¨®n de espacios protegidos, prohibici¨®n del comercio y creaci¨®n de centros de cr¨ªa en cautividad se convirtieron en indispensables hace 20 a?os, cuando todas las especies de tortugas marinas estuvieron en peligro de extinci¨®n. Aun hoy, las de h¨¢bitos migratorios (la¨²d, lora, carey, oliv¨¢cea o golfina, boba y verde) se encuentran en peligro cr¨ªtico. De las siete especies de tortugas marinas (algunos autores hablan de ocho), s¨®lo la franca oriental o plana, que no es migratoria, se salva de esta peligrosa catalogaci¨®n.
En el Simposio Anual sobre Biolog¨ªa y Conservaci¨®n de Tortugas Marinas celebrado el pasado mes de abril en Creta (Grecia) se demostr¨® la persistencia del grado de amenaza para las seis especies y se elabor¨® el listado de las poblaciones con peor estado de conservaci¨®n. Las m¨¢s afectadas son la tortuga la¨²d del Pac¨ªfico (con un descenso del 90% en los ¨²ltimos 20 a?os); las de oliv¨¢cea en Orissa, India (10.000 adultos muertos al a?o durante la ¨²ltima d¨¦cada); las de lora en el Caribe y golfo de M¨¦xico (descenso del 95% en los ¨²ltimos 50 a?os); las de verdes en el Mediterr¨¢neo (entre el 17 y el 90% menos que hace 20 a?os), y todas las tortugas del Sureste Asi¨¢tico. Hasta los ochenta estaba permitida su captura.
La contaminaci¨®n marina tambi¨¦n hace estragos en algunos ejemplares. La ¨²ltima edici¨®n del informe Destrucci¨®n a toda costa, de Greenpeace, pone de relieve que, en Espa?a, "el 13% de las aguas residuales urbanas e industriales se vierten directamente al mar sin ning¨²n tipo de depuraci¨®n".
Sin embargo, nuestro pa¨ªs no es ajeno a los esfuerzos conservacionistas por conseguir que las cinco especies que recalan en nuestras aguas (la¨²d, lora, verde, carey y, sobre todo, boba) las sigan utilizando como lugar de alimentaci¨®n, en especial el ecosistema pel¨¢gico del Mediterr¨¢neo distribuido entre las islas Baleares y la franja costera de Andaluc¨ªa y Murcia. La Sociedad Espa?ola de Cet¨¢ceos (SEC), junto al IEO, desarrollan conjuntamente desde 2002 el proyecto Life Conservaci¨®n de Cet¨¢ceos y Tortugas en Murcia y Andaluc¨ªa. Una de las acciones tiene por objetivo la reducci¨®n del impacto de las capturas accidentales de tortugas bobas en palangres de superficie, un arte utilizado para la pesca del pez espada y el at¨²n rojo en el que llegan a caer m¨¢s de 20.000 ejemplares al a?o. Ricardo Sagarminaga, portavoz de la SEC, recuerda las medidas para reducir la captura y mortalidad de tortugas marinas, como calar a mayor profundidad los anzuelos, as¨ª como la de cambiar la forma y tama?o de los mismos, equipar y ense?ar a los pescadores c¨®mo liberar a los ejemplares que caigan presa del palangre y sustituir la carnaza actual de pota por otra menos apetitosa para las tortugas, como la caballa.
La CRAM (Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n y Recuperaci¨®n de Animales Marinos), en colaboraci¨®n con WWF/Adena y la Fundaci¨®n Biodiversidad, lleva a cabo una l¨ªnea de investigaci¨®n denominada Proyecto Anzuelo. El CRAM ha contratado los servicios del Centro de Dise?o y Optimizaci¨®n de Procesos y Materiales (Diopma), de la Universidad de Barcelona, para conseguir anzuelos y sedales biodegradables que resulten menos da?inos para los reptiles y que puedan ser digeridos sin perjuicio para su organismo. "Estamos trabajando con derivados de ¨¢cido l¨¢ctico, que es el mismo que se utiliza en cirug¨ªa para cerrar cicatrices interiores y que permiten que el sedal se disuelva en el est¨®mago y no provoque heridas y desgarros en los intestinos", se?ala Ferr¨¢n Alegre, presidente de la Fundaci¨®n CRAM.
Aunque por n¨²mero e impacto las miras se centran en el palangre, no se deben dejar de lado otras artes pesqueras. En el centro del CRAM, en Premi¨¤ de Mar, Barcelona, llegan a menudo tortugas bobas capturadas por redes o con el caparaz¨®n fracturado por la h¨¦lice de una embarcaci¨®n. Las redes de arrastre y de deriva suman tambi¨¦n otros miles de ejemplares de tortugas marinas presas. Este ¨²ltimo m¨¦todo est¨¢ prohibido en la UE y en EE UU debido precisamente al alto n¨²mero de especies que quedan atrapadas en sus redes. Sin embargo, la pesca pirata con redes de deriva contin¨²a. Durante este verano, la organizaci¨®n internacional Oceana, en su campa?a por el mar Tirreno frente a las costas de la pen¨ªnsula It¨¢lica y Sicilia, denunci¨® y facilit¨® la detenci¨®n de decenas de pesqueros que faenaban con 300 kil¨®metros de red.
![En verano y oto?o las tortugas varadas en las playas se recogen y se llevan a centros de recuperaci¨®n. Una vez recuperadas son devueltas al mar.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BOPFCUGSNWADIUBHF4QJSJ3DIY.jpg?auth=0f27216ee190808ad9654b6d29255124e60c41237ae7765e8fdbed27b8389937&width=414)
![Los anzuelos de pesca son los principales enemigos de las tortugas que llegan a las playas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HPYGINICRB4EWTOP2ZW3DFMT3Q.jpg?auth=29d65cedd463a65ccb85335d7609ea5d329cff73f145d898e0b2d8e5f5d41498&width=414)
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