La brigada de toreros de hierro
Matadores modestos y subalternos tomaron las armas en el bando republicano en 1936
En julio de 1936, pocos d¨ªas despu¨¦s de finalizar los Sanfermines, la Espa?a taurina tambi¨¦n se dividi¨® en dos mitades. Las principales plazas de toros -Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza y Valencia- siguieron siendo republicanas. S¨®lo Sevilla, entre las catalogadas como de primera, cay¨® en manos de los militares golpistas, adem¨¢s de las principales ganader¨ªas de reses bravas, andaluzas y castellanas. A una gran parte de los matadores de toros, el levantamiento militar les sorprendi¨® en el lado republicano, donde torearon numerosas corridas la temporada de 1936. Aunque, cuando tuvieron que elegir, se pasaron al bando del general Franco. Pronto quedar¨ªan retratados saludando brazo en alto al finalizar el pase¨ªllo. S¨®lo algunos modestos matadores y muchos subalternos empu?aron las armas para defender la Rep¨²blica, algunos, en lo que se dio en llamar la Brigada de los toreros. La familia taurina bilba¨ªna sigui¨® id¨¦ntico comportamiento.
Fortuna Chico fue mando de las Milicias Taurinas en el frente de Teruel
En julio de 1936 las tropas del general Franco se levantaron en armas. Unas semanas m¨¢s tarde, el banderillero vizca¨ªno, C¨¢stulo Mart¨ªn Gutiez (Bilbao, 1890-Madrid, 1964), hermano del matador de toros Joselito Mart¨ªn, que ocupaba el puesto de Secretario de la Uni¨®n Espa?ola de Picadores y Banderilleros de Toros, dirigi¨® una carta a la Agrupaci¨®n Socialista de la Casa del Pueblo de la calle Piamonte de Madrid, en la que adjuntaba una relaci¨®n de doce afiliados al sindicato taurino que solicitaban se les entregase las "armas necesarias para defender la Rep¨²blica". A la finalizaci¨®n de la guerra, C¨¢stulo Mart¨ªn fue encarcelado. Muy poco tiempo despu¨¦s, Josetxu Ag¨¹ero, novillero de la calle de San Francisco, y hermano del gran estoqueador Mart¨ªn Ag¨¹ero, defend¨ªa la legalidad republicana en la sierra del Guadarrama, donde result¨® herido de gravedad. Tras la finalizaci¨®n de la guerra, se exili¨® en M¨¦xico. Peor suerte tuvo Saturio Tor¨®n, matador de toros navarro, que perdi¨® la vida en este mismo frente.
Al mismo tiempo, Juan Mazquiar¨¢n Beobide, Fortuna Chico, (San Salvador del Valle, 1907- Alcorc¨®n, 1997), sobrino del matador de toros de Sestao, Diego Mazquiar¨¢n, Fortuna, hab¨ªa cumplido 29 a?os cuando se incorpor¨® como voluntario a las milicias del 5? Regimiento. Se integr¨® en el Batall¨®n Gal¨¢n. En el frente de Buitrago alcanz¨® el grado de cabo. Meses despu¨¦s, luchando en Teruel, fue ascendido a comandante y posteriormente a mayor. En el frente de Teruel era uno de los mandos principales de la que se conoc¨ªa como Brigada de los toreros, o Milicias taurinas, agrupaci¨®n militar en la que combat¨ªan numerosos banderilleros y picadores. Juan Mazquiar¨¢n pertenec¨ªa al Sindicato de Matadores de Toros y Novillos. Durante la guerra civil se afili¨® al Partido Comunista. A esta misma brigada pertenec¨ªa su hermano, Raimundo, un humilde subalterno. Al finalizar la contienda, Fortuna Chico fue internado en el campo de concentraci¨®n Las Isabelas, de Murcia, desde donde le trasladaron a la c¨¢rcel de Colmenar Viejo. Despu¨¦s de que un tribunal militar le condenase a 20 a?os de reclusi¨®n, y tras pasar por la prisi¨®n de Teruel, quedo recluido en Zaragoza durante siete a?os. En 1946 fue puesto en libertad condicional, momento en el que retorn¨® a Madrid, donde viv¨ªan su mujer e hijo. Una vez en libertad, Mazquiar¨¢n Beobide trabaj¨® ocasionalmente de banderillero en la cuadrilla de Victoriano Valencia. Su reintegraci¨®n a la vida social fue muy dif¨ªcil. La mayor¨ªa de sus amigos le dieron la espalda, lo que le oblig¨® a ganarse la vida practicando todo tipo de oficios. Finalmente, encontr¨® empleo de pe¨®n de la construcci¨®n, puesto desde el que ascendi¨® a listero, luego a encargado de obras, y finalmente y hasta su jubilaci¨®n, a administrativo de la empresa.
En el primer a?o de rebeli¨®n militar, el escalaf¨®n de profesionales taurinos en zona republicana lo encabezaba el matador de toros Jaime Noain. Torero de Gallarta, quien, como otros diestros en activo, se mantuvo fiel a la legalidad republicana y actu¨® en todas las plazas leales hasta que, aprovechando un viaje para torear en el sur de Francia, se pas¨® al bando nacional. Posteriormente, el r¨¦gimen franquista le premi¨®, anunci¨¢ndole en casi todos los festejos que se programaron en Vista Alegre entre agosto de 1936 y 1939. Pedro Basauri, Pedrucho de Eibar, el ¨²nico matador nacido en la villa armera, hizo el pase¨ªllo en numerosos festejos y festivales de apoyo a la Rep¨²blica en las dos plazas de Barcelona. Posteriormente reinsertado, dirigi¨® una escuela taurina en la misma ciudad.
Los a?os anteriores a la guerra, Mart¨ªn Bilbao, de Deusto, era un prometedor novillero. Inicialmente form¨® parte del Ej¨¦rcito Popular, adem¨¢s de torear en Albacete y otras plazas bajo dominio del Frente Popular, del que acab¨® desertando una vez liberada la Villa. Mart¨ªn Bilbao reapareci¨® en Vista Alegre el 31 de julio de 1938, tarde en la que realiz¨® el pase¨ªllo gratuitamente para divertimento de los nuevos jerarcas, sin conseguir convencer a la afici¨®n. Posteriormente, se traslad¨® a vivir a Colombia.
Otro novillero, de personalidad extravagante, el busturiano Zacar¨ªas Lecumberri, ya retirado del toreo, se aline¨® desde el primer momento del lado de los militares golpistas. Colaboro activamente con el magnate Juan March transportando en su barco, desde ?frica a la Pen¨ªnsula, armas para el ej¨¦rcito de Franco. Su contribuci¨®n con el ej¨¦rcito rebelde, hizo que, al finalizar la contienda civil, el general Queipo de Llano le impusiese la medalla militar de Servicios a la Patria. En 1954 recibi¨® igualmente la medalla al Merito en el Trabajo. Y otro modesto banderillero, F¨¦lix Garc¨ªa, El chico de La Arboleda, perdi¨® la vida en el frente de Teruel, a finales de 1938, combatiendo con los franquistas.
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