Caballo que vuela...

Caballo que vuela no necesita espuela. Esto no s¨®lo es aplicable a la labor de Pablo Hermoso de Mendoza, sino tambi¨¦n a Joao Moura (hijo). Si ayer el jinete portugu¨¦s llega a matar bien, seguro que su triunfo hubiera estado a la altura del conseguido por el navarro Hermoso de Mendoza.

Es verdad que los caballos Chenel, Fusilero y S¨¢rmata, de la cuadra del Caballero de Estella, son capaces de enamorar, una y mil veces, al p¨²blico bilba¨ªno, de tan fervorante admiraci¨®n por ¨¦l. Pero no es menos verdad que el joven lusitano hizo un alarde de monto de muchos vuelos ("caballo que vuela..."). Lo mismo con las banderillas largas, como con las cortas, en especial las puestas "al viol¨ªn" en su primer toro. Su toreo estuvo nimbado por la vibraci¨®n y el riesgo. En sus galopadas consinti¨® mucho a los toros. Tuvo la mala fortuna de no acertar con los rejones de muerte y con los descabellos, cuando ech¨® pie a tierra en su ¨²ltimo toro. Dej¨® un buen regusto. En alg¨²n momento nos brind¨® un recuerdo metaf¨®rico como si Juan Carlos Onetti lo hubiera escrito para la ocasi¨®n: "Un mar con sus caballos de tiza".

Una oreja por cada toro

Parece obvio hablar de Pablo Hermoso de Mendoza y no mentar que sali¨® de Vista Alegre cortando una oreja en cada toro. La primera algo regalada. No obstante, conviene colegir que los p¨²blicos se rompen las manos aplaudi¨¦ndole. Los aplausos surg¨ªan para ¨¦l como m¨²ltiples banderas de alegr¨ªa. Su mejor caballo ayer tiene el nombre de S¨¢rmata. En su segundo toro, fue ese caballo el art¨ªfice del triunfo. Claro que Chenel (¨²nico a la hora de templar) y Fusilero siempre est¨¢n en su l¨ªnea de grandes caballos para el rejoneo.

En cuanto a Joao Moura (padre), hay que valorar su excelente labor al primero de la tarde. Realiz¨® en ese toro un rejoneo de gran perfecci¨®n. No utiliz¨® alardes f¨¢ciles. Tuvo en la sobriedad y en la eficacia uno de sus mejores y emblem¨¢ticos valores. Creemos que no fue comprendida su labor como era merecer. En lo que ata?e al rejoneo, una y otra vez, la sombra de Pablo Hermoso de Mendoza se impone a los dem¨¢s jinetes. Sin duda, ¨¦l ha marcado una ¨¦poca en el toreo a caballo. Con el tiempo los historiadores dedicados al mundo del toreo tendr¨¢n que aludir que existi¨® el rejoneo hasta que lleg¨® la figura de Pablo Hermoso de Mendoza. La ¨¦poca la ha marcado con letras de oro y relinchos de plata en el toreo a caballo.