Pujol y la Moreneta
?Existen palabras reprimidas? ?Hay vocablos que ocultan y refrenan en exceso sus sentimientos o deseos, especialmente los sexuales, como define el diccionario? Y hablando de todo un poco: ?Catalu?a es una regi¨®n?
Jordi Pujol ten¨ªa 46 a?os -en la foto, ya con frente amplia y pelos a la remanguill¨¦- cuando debut¨® a toda p¨¢gina en este peri¨®dico, de la mano de nuestro entonces corresponsal en Barcelona, Alfons Quint¨¢. Quint¨¢ estaba, al parecer, impresionado por el personaje, del que dec¨ªa cosas como que "por el camino de la reflexi¨®n intelectual -lo cual no es excesivamente frecuente- se convirti¨® en un catalanista activo". Tambi¨¦n, narrando pasajes de su biograf¨ªa, y llevado de contenida ansia de libertad y celo catal¨¢n, nuestro compa?ero contaba que "...en un concierto en el Palau de la M¨²sica Catalana, que en aquellos a?os llevaba el reprimido nombre de Palacio de la M¨²sica...".
Y sobre la llegada de nuestro h¨¦roe a la secretar¨ªa de Convergencia: "Fue la culminaci¨®n de lo que hab¨ªa anunciado en una conferencia memorable, en enero de 1975: pasar del fer pa¨ªs (hacer pa¨ªs) al fer pol¨ªtica (hacer pol¨ªtica)". O sea, de la vicepresidencia de la Banca Catalana a la pomada de la Transici¨®n. Realmente memorable.
Pujol daba ya muestras de su fin¨ªsimo olfato y de su, pese a quien pese, gran sentido del Estado. Y a la pregunta de si ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de solucionar el problema de las libertades democr¨¢ticas o el de las autonom¨ªas, contestaba que el m¨¢s dif¨ªcil ser¨ªa "el de la cuesti¨®n nacional. No ser¨¢, desde luego, el de las libertades democr¨¢ticas ni el de la legalizaci¨®n de los comunistas o el de la libertad sindical". Y dec¨ªa tambi¨¦n: "Tenemos que contribuir a la democratizaci¨®n y al desarrollo econ¨®mico de Espa?a", aunque "ahora aportamos al resto de Espa?a m¨¢s de lo que recibimos".
Quiz¨¢ lo m¨¢s llamativo de la aplicaci¨®n de la moviola sea la gran reivindicaci¨®n que el luego molt honorable hac¨ªa del Estatuto de 1932, en el que se defin¨ªa a Catalu?a como "regi¨®n aut¨®noma dentro del Estado espa?ol", y que ni en financiaci¨®n ni, sobre todo, en competencias, se aproximaba de lejos al aprobado este a?o, y que tantas venturas-desventuras ha provocado al honorable actual.
Menos mal, dir¨¢n muchos catalanes, que nadie desempolv¨® como techo el texto que a Pujol le parec¨ªa entonces lo m¨¢s. A ver si va a resultar que con Maragall se les ha aparecido la Moreneta.
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