Presente y futuro
Los jugadores espa?oles, los t¨¦cnicos y los aficionados anhelan que llegue un partido de verdad
En un campeonato como ¨¦ste y durante la primera fase hay que jugar siempre con el presente y el futuro. Sobre todo, si tienes resuelta la primera tarea: alcanzar los octavos de final. Dado que Espa?a la tiene m¨¢s que superada, los an¨¢lisis de todo lo que ocurre presentan la doble vertiente: lo que significan y lo que pueden significar.
Espa?a lleva dos partidos liquidados de la misma manera que los nueve de preparaci¨®n. Como dec¨ªa aqu¨¦l, el que pueda que me siga. Y, por ahora, nadie ha podido. Su ritmo de juego resulta poderoso y su variedad de recursos convierte cualquier problema en algo hasta bienvenido, tal es la superioridad que muestra. Los contrarios se derriten cual helado en verano, incapaces de plantar resistencia a un colectivo que les obliga a mantener un alto poder ofensivo y una eficaz barrera defensiva, todo ello a gran velocidad y durante 40 minutos.
Jugadores, t¨¦cnicos y aficionados estamos ¨¢vidos de observar un encuentro de verdad antes de que la competici¨®n enfrente a los mejores. Los que juegan, para probarse; los t¨¦cnicos, para sacar conclusiones m¨¢s s¨®lidas, y los aficionados, para poder disfrutar de todo lo que puede dar un buen partido.
El problema no es de Espa?a, pero este engranaje que une el hoy y el ma?ana puede terminar por convertirlo. El baloncesto es un juego de h¨¢bitos y el equipo hace mucho que no disputa un partido a cara de perro. Sin duda, llegar¨¢. Y el riesgo se cifra en que, si ocurre en la fase de no retorno, o sea en los cruces, el funcionamiento es una inc¨®gnita, pues no hay antecedentes. Dice Pepu Hern¨¢ndez que le gustar¨ªa que sus hombres fuesen capaces de superar adversidades. ?C¨®mo prepararse para ello? ?C¨®mo lograr un ensayo de garant¨ªas cuando los contrarios se diluyen como el az¨²car?
En la misma clave hay que leer las dos ¨²nicas malas noticias que hemos recibido. Felipe Reyes y Juan Carlos Navarro tienen problemas f¨ªsicos. Son dos nubarrones que hoy no amenazan, pero s¨ª pueden convertirse en quebraderos de cabeza cuando todos se junten en Saitama para la fase final. Lo de Felipe es un contratiempo serio, pues es el ¨²nico p¨ªvot de verdad que tenemos junto a Marc Gasol, quien, como se vio ayer, no tiene todav¨ªa suficiente consistencia para lo que se vislumbra en el camino. Esto obligar¨¢ a utilizar a Carlos Jim¨¦nez de cuatro y dejar¨¢ a Pau Gasol sin m¨¢s recambio que su joven hermano.
Qu¨¦ decir de una posible merma en la tarea de Navarro. Su valor como anotador, desestabilizador y pesadilla ajena es incalculable. Lo saben hasta sus compa?eros, a los que les cambi¨® el semblante cuando observaron en el descanso del partido de ayer que Navarro, generalmente risue?o como pocos, no pod¨ªa ocultar su des¨¢nimo ante las molestias en su tobillo. Uno por uno, fueron acerc¨¢ndose para preguntarle por su estado. Pau Gasol no era especialmente optimista y disimulaba a duras penas su preocupaci¨®n. Y es que en Navarro no s¨®lo hay puntos e imaginaci¨®n, sino tambi¨¦n tranquilidad y seguridad. La que traspasa a sus compa?eros, que le conocen como nadie y saben lo que supone tenerle en los momentos comprometidos.
Afortunadamente, todav¨ªa el futuro se encuentra a una semana del presente, lo que inspira confianza en el caso de Navarro. Para Felipe, en cambio, el presente ya es pasado y, aunque pueda estar cuando Espa?a tenga que dar lo m¨¢ximo, es probable que acuse su ausencia durante una semana.
No deja de ser curioso que los problemas que no dan los rivales lleguen por otras v¨ªas.
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