La decadencia del campe¨®n
Serbia, traicionada por el ego de sus estrellas y sus querellas internas, cae con estr¨¦pito
El bonito cuento de hadas del baloncesto serbio se ha convertido en una pesadilla para uno de los pa¨ªses que vive con m¨¢s intensidad este deporte. El conflicto latente estall¨® em 2005, cuando la selecci¨®n balc¨¢nica hizo el rid¨ªculo en el Campeonato de Europa ante su propio p¨²blico. Jugadores que se peleaban en la cancha; un seleccionador, Zeljko Obradovic, que dimiti¨® y ech¨® en cara a las estrellas su nefasta actitud; directivos que pusieron de relevancia sus diferencias; ex jugadores y ex t¨¦cnicos que llevaban el agua a su molino...
Aquellos polvos trajeron estos lodos. Se renov¨® por completo el equipo, que, despu¨¦s de concluir en el noveno puesto en Belgrado, necesit¨® una invitaci¨®n especial de la federaci¨®n internacional para poder disputar el Mundial, dado que no hab¨ªa logrado clasificarse. S¨®lo as¨ª pod¨ªa defender el t¨ªtulo que logr¨® en las dos ¨²ltimas ediciones, celebradas en Atenas 1998 e Indian¨¢polis 2002.
Stankovic: "La atm¨®sfera es nauseabunda. Nuestra reputaci¨®n ya no tiene raz¨®n de ser"
Pero el nuevo cuadro encomendado a Dragan Sakota, uno de los pocos entrenadores de prestigio que no han emigrado, no est¨¢ dando la talla en Jap¨®n. Perdi¨® el primer d¨ªa ante Nigeria (82-75) y perdi¨® de nuevo ayer frente a Francia (65-61).
La afici¨®n serbia est¨¢ que trina con unos jugadores que no hace mucho eran idolatrados. El conflicto estall¨® el a?o pasado, cuando, despu¨¦s de perder ante Espa?a por 19 puntos y de ser eliminados por Francia, varios fueron vistos, sonrientes, en locales nocturnos.
"Cuando jugaba con Danilovic, Djordjevic y otros, tambi¨¦n ¨ªbamos a divertirnos a las discotecas. Pero al d¨ªa siguiente sal¨ªamos a la cancha a ganar a todos los rivales", trat¨® de excusarse de forma ingenua Rebraca, una de las figuras que consum¨® el fracaso europeo. No fue el primero. Ya en el anterior torneo, en Suecia, Serbia s¨®lo pudo ser sexta y en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004 concluy¨® und¨¦cima.
El temperamental Obradovic no tuvo pelos en la lengua tras dimitir como seleccionador hace un a?o: "Los jugadores tienen muy malas relaciones personales. Sus egos nos han conducido hasta este vergonzoso final. Mi error ha sido precisamente no excluir de este equipo a tres o cuatro. Nunca antes he visto a gente como ¨¦sta. El odio entre algunos de ellos es tal que no pueden ni verse".
La afici¨®n, los entrenadores, los directivos... Todos se cansaron de los caprichos de los mejores jugadores. Muchos de ellos juegan en la NBA. Varios eleg¨ªan cu¨¢ndo quer¨ªan a la selecci¨®n y pon¨ªan sus condiciones. Sakota hizo tabla rasa ante el Mundial. S¨®lo reclut¨® a tres de los doce que compitieron en el ¨²ltimo Europeo: Rakocevic, Avdalovic y Milicic.
Una colecci¨®n de figuras han dejado la selecci¨®n, como Bodiroga, Gurovic, Rebrama, Scepanovic, Tomasevic, Jaric y Radmanovic, adem¨¢s de los lesionados Vujanic y Milojevic, y de Krstic, que ha dado prioridad a su carrera en los Nets de Nueva Jersey, y la inc¨®gnita de Stojakovic, del que se dice que podr¨ªa regresar en 2008 si la selecci¨®n se clasifica para los Juegos.
Pero la renovaci¨®n no va a ser f¨¢cil. Ha quedado claro a las primeras de cambio en el Mundial.
Durante muchos a?os a Serbia le bastaba con el enorme talento de sus jugadores, pero a sus egos y exigencias hay que a?adir las luchas internas por el poder en la federaci¨®n, el descenso del nivel del trabajo de base debido a la emigraci¨®n de los mejores entrenadores y la p¨¦rdida de potencial por la desmembraci¨®n de las antiguas rep¨²blicas yugoslavas. Y, encima, los dos principales clubes del pa¨ªs, el Estrella Roja y el Partiz¨¢n de Belgrado, est¨¢n enfrentados en los despachos.
Borislav Stankovic, ex secretario general de la federaci¨®n internacional, resume la delicada situaci¨®n en la revista Maxi Basket: "Ese enfrentamiento entre dirigentes ha creado una atm¨®sfera nauseabunda. La reputaci¨®n de excelencia que ten¨ªa el baloncesto yugoslavo ya no tiene raz¨®n de ser. ?Cu¨¢ndo vamos a darnos cuenta de que Serbia es un territorio mucho m¨¢s peque?o? Los progresos de nuestros j¨®venes se han detenido, los mejores emigran de forma prematura y abandonan muy pronto la selecci¨®n".
El panorama no puede ser m¨¢s desolador para un pa¨ªs que domin¨® el baloncesto mundial.
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