Las mil ca¨ªdas de Jes¨²s Laguna
Vine a Tabernas porque quer¨ªa hablar contigo, Jes¨²s Laguna. Te busqu¨¦ en todos los bares, en Fort Bravo y en Western Leone, aporre¨¦ tu puerta, pero nada, no hubo medio alguno de encontrarte. As¨ª que todo lo que cuento aqu¨ª lo s¨¦ por los dem¨¢s, por la gente del pueblo. Dicen que eres un especialista de los de antes, que te sabes lo del cine de memoria, que eres muy cre¨ªble en eso de las ca¨ªdas, en las de pega y en las de verdad, y que no hay nadie que se levante mejor que t¨². ?C¨®mo no te van a conocer, compadre? Todo el mundo te ha visto caminar solo por el pueblo, camino de no se sabe d¨®nde, siempre con las mismas hechuras, el sombrero, el cinto, las botas altas y ese cacho de barba rubia que llevas desde hace a?os. Rafael, que tambi¨¦n fue de los tuyos, Cristina, la del todoterreno y Fina, la del bar, coincidieron en que eras la persona adecuada para hablar de aquellos a?os m¨ªticos del cine en Almer¨ªa, cuando hab¨ªa tantos rodajes en un mismo poblado que los extras vestidos de romanos se colaban por error en una del oeste. "A ver, el centuri¨®n ese que se quite de en medio, que estamos en pleno duelo al sol". "Quo Vadis, forastero".
Dicen que tienes unos 45 a?os, el verbo f¨¢cil, que no siempre te adaptas a la jefatura y que en m¨¢s de una ocasi¨®n te han largado por defender a un amigo. Que eres un vaquero bohemio, desinteresado y solitario y que en una de forajidos ser¨ªas el bueno. Basta ya de elogios. Que esto va a parecer una eleg¨ªa. Eso me pasa por preguntar en un pueblo donde han visto tantas pel¨ªculas que todo se ve normal. Que un tipo va vestido de vaquero todo el santo d¨ªa, pues vale. Que nos regalan las tiendas de campa?a de Lawrence de Arabia, pues nos hacemos unas s¨¢banas para toda la familia (casi se puede o¨ªr c¨®mo salen los sarpullidos en los brazos de los coleccionistas).
Cuentan que viniste de Catalu?a para hacer la mili en Viator (Almer¨ªa). Un buen d¨ªa te pasaste por los poblados y decidiste que eso era lo tuyo, andar siempre con las botas llenas de polvo, la ropa vieja y la cabeza alta, entre los ca?ones y el Cerro Alfaro. Y es comprensible, porque el desierto de Tabernas (cualquier desierto) es enigm¨¢tico y es f¨¢cil preguntarse eso de por qu¨¦ algo tan muerto parece moverse tanto. Hasta Yola Berrocal se replantear¨ªa aqu¨ª su existencia.
En fin, otra vez ser¨¢. Me han dicho que ahora no est¨¢s trabajando. Ya te levantar¨¢s. En eso, dicen, eres un especialista. Habr¨ªa sido un placer hablar contigo, pero no ha estado mal o¨ªr tu historia desde otro punto de vista. Y c¨®mprate un m¨®vil, que hoy en d¨ªa, por muy vaquero que se sea, uno no puede estar incomunicado.
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