Calder¨®n, uno de los grandes
Lleg¨® el partido contra la Alemania del todopoderoso Nowitzki. Era el primero ante un rival de entidad que ya nos elimin¨® en el pasado Europeo. El primer examen serio que nos iba a dar el verdadero nivel al que est¨¢ nuestra selecci¨®n. Espa?a se mostr¨® intratable, superior en la defensa y el ataque, controlando el ritmo en todo momento, para llegar al final del encuentro con una renta de 21 puntos. Sobresaliente.
Otra vez dio Pepu cancha a todos sus jugadores. Todos cumplieron y la selecci¨®n s¨®lo baj¨® el ritmo cuando Calder¨®n estuvo sentado. Nadie pudo con Pau, que anot¨® siempre que recibi¨® cerca del aro, y Navarro, dudoso por lesi¨®n en un tobillo, nos enga?¨® a todos y atin¨® como quiso -el que parec¨ªa lesionado era su marcador-. La megaestrella alemana Nowitzki no pudo hacer de las suyas porque Garbajosa no le permiti¨® recibir el bal¨®n y sin bal¨®n no se puede anotar. Qu¨¦ gran defensa la del madrile?o.
Y Calder¨®n, sencillamente, ray¨® la perfecci¨®n: casi infalible -err¨® s¨®lo un tiro-, defendi¨® y control¨® el partido con la autoridad de los grandes. Es dif¨ªcil verle hacer algo mal. Si Pau es el l¨ªder natural, el extreme?o es el l¨ªder espiritual. No para de gesticular y hablar a sus compa?eros, ya sea en el campo o desde el banquillo. Su portentoso f¨ªsico -ya me gustar¨ªa tener esas piernas- le permiten estar o parecer siempre fresco y entero. Lo m¨¢s sorprendente es que parece no haber tocado techo incluso despu¨¦s de haber ido a las Am¨¦ricas. Siempre da la sensaci¨®n de que pude hacerlo mejor.
Cuenta un t¨¦cnico que tuvo en su etapa en Vitoria que, como siempre lo hac¨ªa bien, le empezaron a pedir imposibles. Entonces, el chaval, que tiene un nivel de autoexigencia muy alto, se retiraba frustrado al vestuario con l¨¢grimas en los ojos. Pobre... Le llaman psicolog¨ªa de entrenamiento. Lo malo es cuando te piden imposibles y no lo saben. Que a veces ocurre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.