La distancia entre los pies y la cabeza

Durante el Mundial se metieron muchos goles y se pronunciaron muchas frases. Entre los goles, hay uno memorable de Zidane. Entre las frases, una de Maradona acerca, precisamente, del jugador franc¨¦s. Se estaba hablando, antes del Espa?a-Francia, de la edad de Zizou y de las dificultades que tendr¨ªa para hacer frente al ¨ªmpetu juvenil del equipo espa?ol. Entonces intervino Maradona y dijo:

-Zidane s¨®lo tiene un tiempo en las piernas y posiblemente en la cabeza.

Aunque luego demostrar¨ªa que pod¨ªa jugar los dos tiempos con las piernas y con la cabeza, no fue ese error de c¨¢lculo lo que nos llam¨® la atenci¨®n, sino las posibilidades especulativas de la frase de Maradona, que quiz¨¢ sea de uso com¨²n en la jerga futbol¨ªstica, pero que para nosotros resultaba una novedad. Seg¨²n tal enunciado, parec¨ªa factible que un jugador tuviera 45 minutos en una parte del cuerpo y 90 en otra. Llevando la frase a sus ¨²ltimas consecuencias, podr¨ªa darse el caso de que el pie izquierdo poseyera menos ambici¨®n que el derecho, y ambos, a su vez, m¨¢s ¨ªmpetu que la cabeza. ?Ser¨ªan capaces los pies de ganar un partido sin la colaboraci¨®n de la cabeza? ?Podr¨ªa la cabeza sacar adelante un partido tras la dimisi¨®n de los pies?

Fue uno de los mejores jugadores del Mundial, uno de los m¨¢s atractivos en todos los sentidos

Pero, sobre todo, ?es aplicable esta suerte de esquizofrenia a otros ¨¢mbitos de la vida? ?Puede un poeta tener 500 versos en la cabeza, pero s¨®lo 50 en la pluma estilogr¨¢fica? ?Puede un cirujano aguantar una intervenci¨®n de siete horas con las neuronas, pero no con los dedos? ?Podemos hacer proyectos para dentro de 20 a?os cuando s¨®lo nos quedan 10? ?Es posible estar dominado por una ambici¨®n muy superior a nuestras capacidades? O al rev¨¦s: ?puede un ciclista convivir con un deseo de ¨¦xitos inferior al de su potencia muscular? ?Es posible tener m¨¢s ox¨ªgeno en el coraz¨®n que en el p¨¢ncreas, m¨¢s ardor en las neuronas que en los genitales, m¨¢s sangre en la mirada que en las venas? Cuando Maradona se refiri¨® a las piernas y a la cabeza de Zidane, ?estaba hablando de la distancia existente entre los sue?os y la realidad? ?Era su frase un halago, una recomendaci¨®n, un diagn¨®stico? ?Quer¨ªa se?alar que el jugador franc¨¦s deber¨ªa actuar de manera sensata, pleg¨¢ndose a las evidencias de la biolog¨ªa?

Zidane no fue sensato. Nunca sabremos si ten¨ªa 90 minutos en las piernas, pero es evidente que los ten¨ªa en la cabeza (esa misma cabeza con la que puso en su sitio a Materazzi). Fue uno de los mejores jugadores del Mundial, uno de los m¨¢s atractivos en todos los sentidos. Se podr¨ªa haber jubilado como un gran jugador, pero se jubil¨® como un h¨¦roe. Demostr¨® que el deseo manda sobre los a?os, sobre los m¨²sculos, sobre el c¨¢lculo contable, sobre la mezquindad. A Maradona, no hace mucho, le quedaban unos a?os (quiz¨¢ s¨®lo unos meses) de vida en el cuerpo. Pero la cabeza reaccion¨® y sac¨® a su organismo de la sima en la que se encontraba. Hoy parece un tipo feliz, un comentarista deportivo al que de vez en cuando se le escapa una frase genial como la que nos ocupa y que demuestra que el cuerpo es m¨¢s pesimista (y as¨ª le va) que la cabeza. Por eso, hay que hacer caso siempre a la cabeza.