Yo quiero bailar
- 2001. Se modifica gen¨¦ticamente y por primera vez un primate. El primate resultante es tan listo que logra que el equipo cient¨ªfico que se lo ha currado se afilie a F¨®rum Filat¨¦lico. Europa: segundos despu¨¦s de 2001 se implanta el euro. En principio, eran 166 y pico pesetas, si bien, por problemas de traducci¨®n locales, un caf¨¦, que val¨ªa 100 calas, pasa a costar 1 euro, y un alquiler de 100.000 se rebaja dos ceros hasta 1.000 euros. Toma, moreno. Baja el IRPF y suben los otros impuestos. Elecciones vascas: PSOE y PP se arrejuntan. Se presenta por todo lo alto el concepto no-nacionalismo, que, como todo por aqu¨ª abajo, tiene una traducci¨®n que no es la literal. Pasa, lo dicho, hasta con el concepto 1-euro-son-166-pesetas. Se empieza a utilizar a gog¨® el concepto patriotismo constitucional, adaptaci¨®n libre de Habermas. Que hace exclamar a Habermas, debajo de la cama: "Mam¨¢, tengo miedo". Por lo dem¨¢s, la ciencia-ficci¨®n confiaba que en 2001 la humanidad vestir¨ªa con cremalleras en diagonal y tendr¨ªa los XXXX pelados de ir al espacio. Pero viste con tangas y habla como Chiquito, jarl. Es, en fin, un a?o tan aburrido que la prensa, en verano, habla de aerolitos, cachos de hielo que caen del cielo a toda leche. Hasta que el 11-S lo cambia todo. A partir de ahora, del cielo podr¨¢ caer cualquier cosa, salvo hielo. En verano la canci¨®n fue Yo quiero bailar, del d¨²o l¨ªrico Sonia y Selena, a¨²n un cacho de hielo ca¨ªdo del cielo.
- DOS IGUALES PARA HOY. Sonia y Selena -a partir de ahora, S y S- eran una morena y una rubia. La impresi¨®n es que hab¨ªan donado su cuerpo a la ciencia en vida. Y la ciencia se hab¨ªa empleado a fondo. Llevaban tanta silicona entre pecho y espalda que se lleg¨® a rumorear que en Silicon Valley les hab¨ªan puesto una calle. Aun as¨ª, estaban tan bien calculadas que no parec¨ªa que las hubiera ayudado un cirujano, sino un ebanista. De hecho, ten¨ªan los labios tan operados que hay una leyenda urbana que explica que grabaron Yo quiero bailar y no la canci¨®n Ponme mirando a Pamplona, nene, propuesta por la discogr¨¢fica, ante la incapacidad de pronunciar la palabra Pamplona/Flanflona. En aquella ¨¦poca, en fin, se llevaban los labios gansos. Como los de la tristemente conocida modelo rumana Petra Ceporru. Le tardaban tanto en llegar los alimentos desde los labios a la boca que muri¨® de inanici¨®n. Bueno. Pas¨® el verano y S y S se fundieron como un aerolito. Un a?o despu¨¦s, S o S, la morena, en todo caso, col¨® tema en solitario. En Internet, en donde se encuentra informaci¨®n incluso de Jos¨¦ Feliciano, se puede ver, a¨²n hoy, el arte de S y S en su esplendor. M¨¢s concretamente, c¨®mo, en una actuaci¨®n de S y S, a S -o a S-, una teta se le sale de su ¨®rbita.
- NO S? USTED. Tengo 36 tacos. Asisto al nacimiento del no-nacionalismo. La cosa consiste en unir el concepto Constituci¨®n al concepto unidad nacional y a una ¨²nica lectura determinada de la democracia. Pasan a ser constitucionales actitudes y fantas¨ªas pre-constitucionales. Y pasan a ser sospechosas actitudes democr¨¢ticas que no coinciden con el pack oficial. El no-nacionalismo percibe al nacionalismo vasco y al catal¨¢n como nacionalismos. Incluso, si se calienta, percibe como nacionalismo vasco o catal¨¢n a lo vasco y a lo catal¨¢n. Pero ni siquiera contempla la posibilidad de un nacionalismo espa?ol, que pasa a ser patriotismo constitucietc. El no-nacionalismo igual es ultra-nacionalismo. Pero no se ve, no es llamativo o, incluso, es una idea acertada para el profesional de la cultura, que tiende a estar de acuerdo en todo con el Estado desde el 77. Verbigracia: se instala una bandera gigantesca, de dimensiones de labios de S y S, en la plaza de Col¨®n, y nadie la ve. El tema aparecer¨¢ en la prensa meses despu¨¦s, de la mano de cartas al director / amateurs de la cultura, que alucinan. En las elecciones vascas, glups, pasa a ser la Cosa todo el mundo menos qui¨¦n se?ala a todo el mundo. No col¨® por un pelo. Nuestro modelo cultural, especializado en no crear conflictos, no opinar o dar la raz¨®n al gobernante, snif, tiene serios problemas incluso para discernir entre S y S. Imag¨ªnate con el no-nacionalismo.
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