El creacionismo gana terreno en el Vaticano frente al evolucionismo

Juan Pablo II pareci¨® aceptar la teor¨ªa darwiniana de la evoluci¨®n de las especies, cuando la defini¨® como "algo m¨¢s que una hip¨®tesis". Pero en el Vaticano de Benedicto XVI causan incomodidad el evolucionismo y quienes lo defienden. Como el padre jesuita George Coyne, apartado de la direcci¨®n de la Specola Vaticana (el observatorio astron¨®mico papal) despu¨¦s de criticar en diversas ocasiones a las autoridades cat¨®licas que, como el cardenal Christoph Schoenborn, arzobispo de Viena, sostienen que "el darwinismo es incompatible con el credo cat¨®lico" y se muestran comprensivos con el movimiento creacionista, seg¨²n el cual el mundo y el hombre fueron creados exactamente como cuenta la Biblia en el G¨¦nesis.

El cese del padre Coyne, de 73 a?os, director del observatorio vaticano desde 1979, ha tenido una raz¨®n inmediata: sufre un c¨¢ncer de colon, est¨¢ recibiendo quimioterapia y ha pedido la baja por razones de salud. Pero fuentes vaticanas citadas ayer por el Corriere della Sera reconocieron que la marcha de Coyne era deseada, para acabar con sus declaraciones "pol¨¦micas". El sucesor de Coyne, el padre Jos¨¦ Gabriel Fun¨¦s, de 43 a?os, argentino, jesuita, declar¨® al mismo diario italiano que, como director del observatorio, deb¨ªa hablar "de estrellas y planetas, y s¨®lo de eso".

El control divino

La incomodidad vaticana con el padre Coyne, que asesor¨® a Juan Pablo II en el proceso de rehabilitaci¨®n de Galileo Galilei y en el reconocimiento del error cometido con ¨¦l por la Iglesia cat¨®lica, est¨¢ relacionada con las dificultades suscitadas por el debate entre evolucionistas y creacionistas. No porque el catolicismo sea incapaz de convivir con las teor¨ªas de Darwin: el propio cardenal Schoenborn se desdijo el jueves y declar¨® en la reuni¨®n anual de Comuni¨®n y Liberaci¨®n que la "escala de Darwin" describ¨ªa "un proceso evolutivo horizontal", compatible con lo que llam¨® "la escala de Jacob", que seg¨²n Schoenborn aseguraba el control divino de la evoluci¨®n. El problema con Darwin no es teol¨®gico, sino estrat¨¦gico, y procede de Estados Unidos.

El creacionismo es cada vez m¨¢s vigoroso entre los protestantes estadounidenses y empieza a calar hondo en la comunidad cat¨®lica. Para no enajenar a los cat¨®licos creacionistas, el Vaticano se ve obligado a realizar equilibrios. El a?o pasado, en un art¨ªculo publicado por The New York Times, el cardenal Schoenborn pareci¨® abrazar el creacionismo b¨ªblico. Luego matiz¨®, pero el jueves, tras proclamar la compatibilidad, critic¨® sin citarlo al padre Coyne -"No comprendo c¨®mo un cient¨ªfico con formaci¨®n teol¨®gica puede defender el darwinismo", dijo- y critic¨® la teor¨ªa de la evoluci¨®n.

El titular de la cr¨®nica publicada ayer por el diario vaticano, L'Osservatore Romano, era significativo: "Laicismo y evolucionismo, peligros siempre presentes".