El diablo quiere que engorde

Si usted quiere perder peso para lucir una figura divina en la playa este verano, olvide las dietas bajas en carbohidratos y ac¨¦rquese a su sacerdote de confianza para apuntarse a una de las muchas dietas religiosas, fundamentalmente cristianas. Estos m¨¦todos para adelgazar, que nacieron en Estados Unidos, comienzan a llegar a Europa, especialmente al Reino Unido.

Adelgazar mediante la gracia divina comenz¨® en 1957, cuando el pastor presbiteriano Charles Shedd public¨® Aleja tu peso con rezos (Pray your weight away, en ingl¨¦s), en el que su autor sostiene que la obesidad es un pecado y que la oraci¨®n es el camino hacia la delgadez... y para alcanzar la salvaci¨®n.

"Comenc¨¦ el programa con 102 kilos en diciembre de 2001 y mis ojos se abrieron a la verdad absoluta. Aprend¨ª que no puedes codiciar la comida y alcanzar el cielo", explica Blake Zanoni, que se inscribi¨® al programa con sus padres. Nueve meses despu¨¦s de inscribirse al programa Weigh Down, seg¨²n su testimonio, Blake pesaba 67 kilos. "A trav¨¦s de los talleres de Weigh Down desarroll¨¦ una relaci¨®n con Dios como nunca antes. Cada vez que tengo hambre rezo, leo la Biblia, escucho las cintas de los talleres de adelgazamiento o escribo", asegura Zanoni en la p¨¢gina web del programa.

"Mis ojos se abrieron a la verdad absoluta. No puedes codiciar la comida y alcanzar el cielo", dice Blake Zanoni

La familia Zanoni supo del programa de adelgazamiento por la madre de Blake, Catherine, quien se inscribi¨® en 1999. Despu¨¦s convenci¨® a su marido e hijo para que se apuntaran. "Dios estaba hablando conmigo a trav¨¦s de mi esposa", relata Robert Zanoni. Entre 1999 y 2002, la familia Zanoni perdi¨®, en conjunto, 75 kilos con las dietas religiosas. "Uso traje y corbata todos los d¨ªas para ir a trabajar y recuerdo la verg¨¹enza que pasaba cada vez que ten¨ªa que ir a un sastre para que me ensanchara los pantalones. ?Otra vez! Ahora tengo la dicha de acudir al sastre para que me haga los pantalones m¨¢s peque?os", recuerda el padre de Blake, Robert Zanoni, que ha perdido 19 kilos.

Los talleres que ofrece esta agencia creada por Gwen Shamblin tienen un coste aproximado de 100 d¨®lares (unos 80 euros) e incluyen 17 clases, as¨ª como libros y audiocintas. Quienes se inscriben no tienen restricciones en el tipo de alimentos que pueden consumir -az¨²cares, grasas- y tampoco deben hacer ejercicio. La devoci¨®n total a Dios y la eliminaci¨®n de la codicia por la comida aseguran, seg¨²n sus creadores, la p¨¦rdida de kilos. Weigh Down dice tener un mill¨®n de seguidores en los cerca de 30.000 centros que tiene en todo el mundo.

Los talleres suelen impartirse en iglesias o en residencias privadas. Sus adeptos se re¨²nen semanalmente para una terapia de grupo. Se sientan en c¨ªrculo, en ocasiones frente a alg¨²n icono religioso, y all¨ª comparten su problem¨¢tica relaci¨®n con la comida e intercambian consejos para superar la diab¨®lica tentaci¨®n. Las sesiones tambi¨¦n se realizan cibern¨¦ticamente, mediante una c¨¢mara web.

La posici¨®n de la comunidad cient¨ªfica frente a estas f¨®rmulas milagrosas de adelgazamiento es de cierto escepticismo. Aunque reconocen que la terapia en grupo y la fe son elementos que ayudan a alcanzar metas, estos programas "no integran los ¨²ltimos avances en el campo de la nutrici¨®n y en general carecen de sustento cient¨ªfico", explic¨® a Efe el director del Centro de Trastornos Alimenticios de la Universidad de Yale (en Estados Unidos), Kelly Brownell.

En Estados Unidos se calcula que 58 millones de personas padecen alg¨²n tipo de sobrepeso y 3 millones, obesidad m¨®rbida. No es extra?o, por tanto, que sea en este pa¨ªs en donde proliferan este tipo de f¨®rmulas para reducir talla. First Place es otra organizaci¨®n que ofrece dietas divinas. Fundada en 1981 en Houston, dice tener registrados a medio mill¨®n de miembros en Estados Unidos. La tendencia poco a poco va llegando a Europa, especialmente al Reino Unido. Thin Within tiene 100 grupos de trabajo en Estados Unidos, Canad¨¢ y el Reino Unido.

La obra de Shedd impuls¨® a otros autores a publicar sus trabajos, con t¨ªtulos tan variopintos como Ay¨²dame, Dios m¨ªo, el demonio me quiere gordo; Delgado para ?l y M¨¢s Jes¨²s, menos de m¨ª. Adem¨¢s de esta espesa literatura, las dietas divinas tambi¨¦n ponen a disposici¨®n de sus feligreses productos para alejar la tentaci¨®n del diablo, como v¨ªdeos para hacer ejercicio, vitaminas, joyas -para recordar que la gula es un pecado-, "productos para la alegr¨ªa" y vitaminas para potenciar la memoria.