P¨®ngase la camiseta, forastero
Nosotros somos de Sitges y no andamos por ah¨ª luciendo michelines en plan turista de Benidorm. Aqu¨ª respetamos las normas, forastero. ?No le obligaba el sheriff Wyatt Earp a dejar el rev¨®lver a la entrada de Tombstone? Pues aqu¨ª nosotros le obligamos a ponerse la camiseta. No nos gustan los tipos que van todo el d¨ªa con la barriga por encima del ba?ador, ?entiende? ?sa no es la moda de Sitges. ?No ha visto el cartel o es que no sabe leer? Pues se lo hemos puesto en tres idiomas, ingl¨¦s, catal¨¢n y castellano. Ah¨ª lo pone bien claro, debajo de la foto del chico ese con el torso desnudo y las manos en los bolsillos: "Aquesta no es la moda de Sitges". S¨ª, ya sabemos que alg¨²n v¨¢ndalo le ha pintarrajeado los ojos y el cuerpo sin ninguna creatividad. Seguro que no era de Sitges.
En fin, que ya se est¨¢ usted tapando, porque me sale a m¨ª de la ordenanza municipal. Y si no tiene camiseta, no se preocupe que el Ayuntamiento le regala una, pero no ande por ah¨ª desnudo, hombre.
?Qu¨¦ cu¨¢l es la moda de Sitges? Abra los ojos, joven. Pantal¨®n pirata, chanclas de dedo, y s¨ª, camiseta apretada y de tirantes, pero camiseta al fin y al cabo. Es lo que tiene ser destino gay. Que si no te musculas, desentonas. Pero luego uno se adapta. No es que tengamos nada contra usted. Mire, si ha sido capaz de pagar el peaje de la autopista, es que puede usted veranear por aqu¨ª. Somos uno de los pueblos m¨¢s caros de Espa?a, es verdad, pero limpios oiga. En Sitges somos as¨ª. Los perros no defecan en la calle. Lo pone ese otro cartel. ?Ve lo que pone debajo? Aj¨¢, este perro no es de Sitges. No s¨¦ de donde ser¨¢, pero de aqu¨ª no, desde luego. Los nuestros usan los servicios p¨²blicos y el papel higi¨¦nico. Los tenemos bien ense?ados. Tampoco hay
grafiteros, nuestras casas est¨¢n siempre blancas y tenemos un c¨¦sped que ni el del Camp Nou. Y tenemos m¨¢s costumbres sanas. Lo pone en los otros carteles. No aparcamos en doble fila ni en los lugares reservados a las personas. No tiramos las colillas en la playa, las tiramos en los recipientes habilitados para ello. No hacemos ruido por las noches, porque los locales cumplen todas las normas y porque aqu¨ª lo que se lleva es el ocio tranquilo. No hacemos esculturas de arena en la playa, eso tambi¨¦n lo prohibimos porque, mire usted, hay mucho hippy metido a escultor que nos fastidia el mobiliario urbano. No permitimos los juegos de apuestas con dinero en la calle, ni el consumo de bebidas alcoh¨®licas, ni esos tipos que te encuentras en otras ciudades y que lo mismo te echan las cartas que te hacen un tatuaje o un masaje.
Y luego somos un pueblo muy libre. Ya ve usted que las parejas gays muestran su afecto como quieren. Aqu¨ª nadie les dir¨¢ nada por eso, ning¨²n cafre que les insulte por besarse en p¨²blico. Pero con camiseta, con estilo. No s¨¦ por qu¨¦ pone usted esa cara de sorprendido. ?Deje ya de hacerle fotos a los carteles de la campa?a municipal, b¨¢jese del banco, hombre! C¨®mo se nota que no es usted de Sitges.
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