"Leo unos 25 libros al mismo tiempo y siempre viajo con ellos"
Sabino M¨¦ndez (Barcelona, 1961) tiene mucho que contar. Es autor de algunas de las mejores canciones del rock espa?ol (Rock'n'roll star, La matar¨¦, Cadillac solitario), con Loquillo y Trogloditas vivi¨® en el ojo del hurac¨¢n de la movida, ha sido heroin¨®mano y ha padecido una grave enfermedad de h¨ªgado. Entretanto, ha tenido tiempo de ir madurando una obra literaria s¨®lida, digna de consideraci¨®n.
Hotel Tierra, su nuevo libro, es el diario de 26 a?os de buen rock, sexo satisfecho, drogas en exceso y, sobre todo, literatura, nunca suficiente literatura. Resultado: el retrato de un observador incisivo y febril que entiende la escritura como un intento de conocer el yo. "He llegado a la conclusi¨®n de que el ¨²nico programa posible para la escritura es andar por el mundo y explicar lo que les pasa a los hombres uno a uno: una tarea inacabable", consigna en el diario.
Refugiado en su casa de Sitges, en la costa, M¨¦ndez trabaja ya en su nuevo libro ("a¨²n no s¨¦ ad¨®nde me va a llevar"), que dejar¨¢ listo a finales de verano. Sigue tocando y componiendo alguna que otra canci¨®n, pero su intenci¨®n es dedicarse profesionalmente a la literatura. Quiz¨¢ pronto deje de ser un ex roquero que escribe para convertirse en un escritor que alguna vez fue m¨²sico.
La man¨ªa de escribir
Lo cierto es que la pasi¨®n por la escritura le ha acompa?ado desde siempre, aunque lo ha advertido retrospectivamente. "No me daba cuenta de hasta qu¨¦ punto no era normal. Comparando con mis amigos de adolescencia, me di cuenta de que en mi vida siempre hab¨ªa un rinc¨®n para la escritura que en los dem¨¢s casos no hab¨ªa. Yo tuve suerte porque pude rentabilizarlo pronto escribiendo canciones". Y se aplic¨® hasta el extremo: "El sentido de la vida (...) s¨®lo puede ser intentar explicarla; intentar contrastar por escrito nuestras respectivas informaciones conseguidas al respecto", escribe en Hotel Tierra.
Su recomendaci¨®n para estos d¨ªas es Las vacaciones de Monsieur Hulot, de Jacques Tati. "Es una buena s¨¢tira de las vacaciones masivas, sobre c¨®mo empez¨® todo. Hay que reivindicar a Tati". Tambi¨¦n reivindica a The Clash, la c¨¦lebre banda punk brit¨¢nica. "London calling es un gran disco. Est¨¢ a la altura de los cl¨¢sicos, como los Beatles, los Rolling y Dylan".
Su libro estival es Algo supuestamente divertido que nunca volver¨¦ a hacer, del norteamericano David Foster Wallace. "Es ideal para leer en el aeropuerto mientras se sufren problemas como las cancelaciones. Es una mirada desde fuera sobre c¨®mo practicamos las vacaciones". Sin embargo, M¨¦ndez nunca es tan frugal. "En el sitio donde duermo siempre estoy rodeado por unos 25 libros que me acompa?an all¨¢ donde voy".
Citemos algunos. "A ver, Industria e imperio, de Eric J. Hobsbawm; Relatos de Mosc¨², de Mija¨ªl Bulgakov; Contraban, de Josep Pla; Mi vida en juego, de Lluc Oliveras; Viaje sentimental, de Laurence Sterne; La casa de la vida, de Mario Praz", enumera, mientras recorre la habitaci¨®n. "Escribo porque he le¨ªdo. Ha sido una espiral endemoniada", escribe en su diario, con ecos planianos.
M¨¦ndez recibi¨® la pasi¨®n por la lectura de sus padres. "Ten¨ªan respeto por la lectura como manera de acceder a una mayor cultura y ascender de clase social. Mi padre compraba muchos libros y los amontonaba, pero no ten¨ªa tiempo para leerlos porque trabajaba. Dec¨ªa: 'Los leer¨¦ cuando me jubile'. Eran un perfil de gente que nacieron durante la Segunda Rep¨²blica o la Guerra Civil. Los libros que no le¨ªan los le¨ªmos los hijos y pudimos crecer m¨¢s preparados, fueron la generaci¨®n que cambi¨® realmente este pa¨ªs".
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