La desmesura de Vicent
El Ayuntamiento de El Campello eleva a problema pol¨ªtico la disputa de un edil con sus vecinos de patio
?C¨®mo es posible que una manifestaci¨®n a la que no acuden m¨¢s de cuarenta personas amenace con colapsar un municipio y desate una cruenta tormenta pol¨ªtica? Aunque pueda parecer absurdo, la receta es bien sencilla: c¨®jase una comunidad de vecinos cabreada con un concejal, de Urbanismo para m¨¢s se?as, al que el Ayuntamiento le ha concedido una licencia de obras de dudosa legitimidad. A?¨¢dase una buena dosis de hostilidad entre el Consistorio en cuesti¨®n, gestionado por el PP, y la Subdelegaci¨®n del Gobierno en la provincia, que resulta que es del PSPV. Para completar el c¨®ctel s¨®lo har¨¢ falta asegurarse de que ninguna de las partes en conflicto mueva un dedo por intentar resolverlo a las buenas.
El vecindario acusa al gobierno local de intentar enfrentarlo con los comerciantes
A priori, la protesta no ten¨ªa visos de pasar a la historia, ni por su magnitud ni por sus consecuencias. La comunidad de propietarios del edificio Residencial del Mar 12, ubicado cerca de la playa de El Campello (L'Alacant¨ª), viene manifest¨¢ndose cada mi¨¦rcoles ante la sede del Ayuntamiento porque entiende que la licencia de obras concedida a siete locales comerciales situados en el inmueble para que puedan abrir puertas que den al patio interior es irregular. Pero da la casualidad de que una de las empresas beneficiarias pertenece al concejal de Urbanismo, Vicent Rubio, y otra es propiedad de su madre. Los afectados se quejan de que el Consistorio autoriz¨® las obras pese a que un informe de un t¨¦cnico municipal advert¨ªa de que los trabajos, al afectar a espacios de titularidad colectiva, deb¨ªan contar con la aprobaci¨®n de la comunidad de vecinos. El gobierno local, por contra, defiende que la licencia es legal.
La protesta de ayer fue distinta a las anteriores. Los vecinos recorrieron varias calles a bordo de una quincena de coches para llamar la atenci¨®n de lugare?os y veraneantes y denunciar meg¨¢fono en mano el "presunto trato de favor" del que, seg¨²n aseguran, est¨¢ disfrutando el edil Rubio. El pasado 17 de agosto, la Subdelegaci¨®n del Gobierno autoriz¨® la marcha. Y al Ayuntamiento, por lo visto, no le sent¨® nada bien. Los responsables municipales emitieron un comunicado en el que tildaban la caravana automovil¨ªstica de "ilegal", asegurando que el permiso se hab¨ªa otorgado sin cumplir los plazos establecidos, un extremo desmentido por la subdelegada del Gobierno, Etelvina Andreu. Adem¨¢s, alertaron de que la protesta era "desmesurada y desproporcionada", ya que podr¨ªa "paralizar por completo el municipio al tratarse de un d¨ªa de gran intensidad de tr¨¢fico y de movimiento de turistas", as¨ª como perjudicar al comercio local. El portavoz del PP, Juan Jos¨¦ Berenguer, fue a¨²n m¨¢s contundente y defini¨® as¨ª la caravana en declaraciones a una radio local: "No s¨¦ si tacharla de terrorismo dirigido".
Al final, el le¨®n no fue tan fiero como lo pintaban. Fuentes municipales informaron al t¨¦rmino de la marcha de que el tr¨¢fico en la zona apenas se hab¨ªa alterado. Los coches circularon a unos 20 kil¨®metros por hora sin mayores incidentes acompa?ados por veh¨ªculos de la polic¨ªa y de la Guardia Civil.
Visto lo visto, el presidente de la comunidad de vecinos, Jes¨²s Gil, mostr¨® su perplejidad por la furibunda reacci¨®n del Ayuntamiento. "Parece que intentan crear alarma social y echarnos encima a los comerciantes, cuando un domingo a esas horas s¨®lo hay abiertas dos tiendas. Total,por una caravana que ni tan s¨®lo va a cortar el tr¨¢fico", subray¨® Gil, que compar¨® la actitud municipal con la de un "cacique de pueblo". En este sentido, la comunidad considera que Rubio ha amenazado con interponer una querella para lograr que los vecinos se asusten y se les vaya quitando la costumbre de organizar manifestaciones.
La trayectoria pol¨ªtica de Rubio tambi¨¦n tiene su miga. Como edil del Bloc, form¨® parte de un gobierno de coalici¨®n con el PSPV. Pero en 2004 decidi¨® cambiar de bando y apoy¨® la moci¨®n de censura que arrebat¨® la alcald¨ªa a los socialistas en beneficio del PP. El color pol¨ªtico del Ayuntamiento cambi¨®, pero las competencias de Rubio, ya como edil del Grupo Mixto tras su expulsi¨®n del Bloc, siguieron siendo las mismas: concejal de Urbanismo.
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