Pitos y reproches camino del vestuario
El Bernab¨¦u tard¨® 45 minutos en dedicar los primeros pitos al Madrid de Capello. El ¨¢rbitro silb¨® el descanso y, mientras los jugadores se retiraban por el t¨²nel de vestuarios, las tribunas levantaron la veda de reproches al nuevo equipo.
Un socio que compra un abono en el tercer anfiteatro, una de las zonas m¨¢s econ¨®micas, debe pagar 510 euros por la temporada de Liga. Decenas de estos aficionados juzgaron que la cantidad es demasiado dinero para ver al equipo local buscando rechaces, incapaz de robar una pelota o de manejarla.
Ayer, el Madrid hizo m¨¢s faltas que el equipo visitante y, adem¨¢s, tir¨® menos entre los tres palos.
La consigna de la secretar¨ªa t¨¦cnica madridista, dirigida por Pedja Mijatovic, es que esta temporada lo importante no es el juego, sino los resultados. Esto es como pedir a los seguidores que s¨®lo exijan marcadores favorables.
Por lo visto ayer, la gente quiere algo m¨¢s. O no se conforma con mirar el marcador o duda mucho de que, jugando de esta manera, se pueda finalmente ganar un t¨ªtulo.
Por si acaso, antes del encuentro, Capello se encarg¨® de lanzar mensajes justificatorios: "Hay que esperar 50 d¨ªas. Todav¨ªa no estamos bien f¨ªsicamente".
Dentro de 50 d¨ªas, el Madrid recibir¨¢ al Bar?a. Es de suponer que en ese tiempo el equipo de Rijkaard, como todos los dem¨¢s rivales, tambi¨¦n afine su condici¨®n f¨ªsica.
En el segundo tiempo los decibelios aumentaron. El p¨²blico elev¨® el volumen mientras el partido se consum¨ªa sin nada m¨¢s destacable que la frecuencia de las faltas que hac¨ªan Emerson y Diarra en el centro del campo. El ¨¢rbitro, David Fern¨¢ndez Borbal¨¢n, se mostr¨® comprensivo con ellos.
En la banda, calentaban los r¨¦probos: Cicinho, Robinho y Guti. En el minuto 56, Capello orden¨® un cambio: Guti por Cassano. Nada m¨¢s ver la melena rubia asom¨¢ndose a la raya lateral de la mano del cuarto ¨¢rbitro, la hinchada comenz¨® a vociferar presa del ¨¦xtasis: "?Guti-allez, Guti-allez...!".
Por fin, ante sus ojos, aparec¨ªa un futbolista distinto. Uno capaz de manejar la pelota o de dar un pase de tal modo que quien lo reciba se encuentre con ventaja. Hasta que entr¨® Guti eso no ocurri¨®.
Dos tiros mordidos, de Van Nistelrooy y Cassano, y un lanzamiento de falta de Roberto Carlos, raso y a sus manos, fueron los ¨²nicos balones que tuvo que atrapar Viera. El portero del Villarreal, inseguro como pocos, vivi¨® una de las tardes m¨¢s apacibles de su carrera. S¨®lo debi¨® interponerse en tres tiros. Tres mozzarelas.
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