?Se van los jueces vascos?
El 30% de los jueces que trabajaban en Euskadi en 2005 abandonaron su destino para desplazarse a otras comunidades aut¨®nomas. El dato se desprende de la informaci¨®n publicada en estas p¨¢ginas hace unos d¨ªas, seg¨²n la cual 62 de los 208 profesionales de la judicatura vasca eligieron nuevo destino en otro lugar el a?o pasado. ?Podr¨¢n los 146 jueces restantes garantizar que la transici¨®n de la larga noche del terrorismo etarra a la Euskadi post-ETA se haga sin menoscabo al manto protector del Estado de derecho?
La informaci¨®n disponible sobre cambios de destinos de jueces que trabajan en la Comunidad Aut¨®noma Vasca no permite sacar conclusiones claras, pero si apunta a una pauta curiosa. En los a?os m¨¢s duros de la muy selectiva estrategia de "socializaci¨®n del sufrimiento" de ETA, tan s¨®lo 19 y 20 jueces vascos, en los a?os 2000 y 2001 respectivamente, eligieron otro destino fuera de Euskadi. El 7 de noviembre de 2001, ETA asesin¨® al magistrado de la Audiencia de Vizcaya Jos¨¦ Mar¨ªa Lid¨®n, pero los jueces vascos tampoco se marcharon. Sin embargo, la cifra aument¨® a 30 en 2004, ya sin atentados mortales, hasta alcanzar la cifra r¨¦cord el a?o pasado de 62 jueces y magistrados que abandonaron sus destinos en Euskadi por otros lugares. La hip¨®tesis por tanto es que, a medida que disminuye la actividad terrorista, palidecen los incentivos para ejercer la judicatura en la C.A.V. Curiosa hip¨®tesis, ?verdad?
Han sido jueces vascos como Lid¨®n quienes nos han protegido de las balas durante a?os
Una primera explicaci¨®n podr¨ªa ser la tesis del "juez-terminator", seg¨²n la cual muchos de los jueces que trabajan en Euskadi lo har¨ªan atra¨ªdos por la idea de combatir a ETA, ya sea movidos por el af¨¢n de ser azote de separatistas o bien, m¨¢s honorablemente, como servidores p¨²blicos al rescate de la ley en momentos de apuro. Desaparecida ETA, terminada la misi¨®n.
Una segunda l¨ªnea de an¨¢lisis podr¨ªa ser la contraria, seg¨²n la cual los jueces (vascos y no vascos) que trabajan en Euskadi tomar¨ªan sus decisiones al margen de ETA, como cualquier otro magistrado en cualquier otro punto de Espa?a: el juez vasco como "juez normal". La Encuesta a los jueces y magistrados en servicio activo, publicada en abril de 2006 por el Consejo General del Poder Judicial (www.poderjudicial.es), indica un creciente descontento en la profesi¨®n. S¨®lo el 68% de los profesionales encuestados dice estar "bastante o muy satisfecho" con su trabajo como juez, mientras que el porcentaje era del 81% en 2003 y del 80% en 1999. Tambi¨¦n ha crecido el porcentaje de quienes estiman que la consideraci¨®n social de su trabajo es muy poca o inexistente: del 45% en 1999 al 48% en 2005. Adem¨¢s, s¨®lo el 17% de los encuestados se muestra satisfecho con su actual nivel retributivo, mientras que el porcentaje ascend¨ªa al 26% en 2003 y al 23% en 1999.
Seg¨²n esta segunda tesis, los jueces que trabajan en Euskadi ser¨ªan homologables al juez medio que muestran las estad¨ªsticas, un profesional crecientemente insatisfecho con su trabajo, que probablemente toma sus decisiones sobre el destino de sus sue?os en relaci¨®n a variables que nada tendr¨ªan que ver con ETA, el clima por ejemplo. Podr¨ªa ser.
Lo m¨¢s probable, de hecho, es que, estad¨ªsticas al margen, los jueces que trabajan en Euskadi, vascos y no vascos, sean al menos tan diversos, plurales y sencillamente humanos como la sociedad en la que trabajan y que, por tanto, la hip¨®tesis que intentamos esclarecer se explique por diferentes razones que operan al mismo tiempo, la del "juez-terminator", la del juez vasco como "juez normal", y todas aquellas que s¨®lo una entrevista ¨ªntima con cada uno de estos 62 profesionales desvelar¨ªa.
Pero existe una tercera opci¨®n m¨¢s desalentadora. Cabe la posibilidad de que entre los 62 jueces que eligieron un destino fuera de Euskadi el a?o pasado, muchos lo hicieran precisamente porque la Euskadi post-ETA no se les antoja un buen lugar para ver crecer a sus hijos. Una sociedad que, al corto-medio plazo, se caracterizar¨¢ por la desaparici¨®n del terrorismo, la legalizaci¨®n y previsible recuperaci¨®n de la izquierda abertzale, la reactivaci¨®n de las tesis soberanistas del nacionalismo gobernante, la negociaci¨®n de un nuevo marco estatutario, y una inc¨®gnita: la capacidad del gobierno central, de las fuerzas vascas no nacionalistas, de la mitad no nacionalista de la ciudadan¨ªa vasca y de las instituciones del Estado de asegurar que todo este proceso no vulnere principios b¨¢sicos como el democr¨¢tico, el del sentido com¨²n, el de no echar por tierra todo lo caminado, y el del tejido de solidaridades y diversidad que define a la sociedad vasca y a Espa?a como Estado.
Y quiz¨¢s esta inc¨®gnita est¨¦ empujando a emigrar a otras tierras a quienes, precisamente, han sido todos estos a?os de violencia terrorista los garantes ¨²ltimos de nuestras libertades como ciudadanos y, por tanto, hay que decirlo, de la dignidad de Euskadi como comunidad. Habr¨¢ que esperar a las estad¨ªsticas de 2006 para comprobarlo.
El estatus de los jueces como cuerpo unitario del Estado ha sido una de las claves de la derrota de ETA a manos del Estado de derecho, al haber realizado su trabajo en aplicaci¨®n de la ley impermeabilizados a la tentaci¨®n del gobierno central y, sobre todo, del auton¨®mico, de condicionar la aplicaci¨®n de la ley a dudosos criterios de oportunidad pol¨ªtica, l¨¦ase al tantas veces manoseado y abusado "contexto" del maldito "conflicto". ?Qui¨¦n habr¨ªa protegido los derechos y libertades de todos los vascos, de los acosados por ETA pero tambi¨¦n -?grande es la democracia?- de los propios terroristas y quienes les apoyaban, en un tiempo en que tantos responsables pol¨ªticos vascos se auto-exculpaban del cumplimiento de sus deberes institucionales mirando hacia otro lado, haciendo "esas cosas que ha habido que hacer aqu¨ª", confundiendo v¨ªctimas con verdugos?
Ser¨ªa muy grave que el 30% de los jueces que trabajaban en Euskadi el a?o pasado decidieran cambiar de destino por el miedo a que un nacionalismo que no ha dudado en retar a un sistema judicial que considera extra?o, en declarar "persona non grata" a tres jueces vascos (Jos¨¦ Antonio Rubalkaba dixit), o en acusarles de una "alianza estrat¨¦gica con el PP" (Jos¨¦ Luis Bilbao dixit), aproveche la coyuntura para recortar la independencia de actuaci¨®n y juicio de uno de los pocos poderes que no controla en Euskadi.
Es la vieja tensi¨®n entre independencia judicial y poder pol¨ªtico la que revivir¨¢ la Euskadi post-ETA, y es esto quiz¨¢s lo que empuje a muchos jueces a marcharse. Espero estar equivocado. Jueces, fiscales y abogados son la ¨²ltima, si no la ¨²nica, instancia de salvaguarda de la dignidad humana en pa¨ªses como Egipto, o M¨¦xico, o Colombia, donde muchos h¨¦roes an¨®nimos viven sometidos al injusto reino del poder de los fuertes, armados y peligrosos. Han sido jueces vascos como Jos¨¦ Mar¨ªa Lid¨®n Corbi (nunca olvidar¨¦ este nombre) quienes nos han protegido de las balas durante los a?os del terrorismo, y tienen que ser ellos tambi¨¦n quienes nos protejan de los desmanes del poder pol¨ªtico en ausencia de terrorismo.
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