Oda al batido de vainilla
Uno de mis c¨®cteles preferidos es el Hummer. Podr¨ªa hacerme el interesante y decirles que lo descubr¨ª en una desenfrenada noche con una vampiresa colombiana, pero la verdad es que me lo prepar¨® un coctelero calvo de Reus que trabajaba en un local especializado de la calle Aribau, la calle m¨¢s coctelera de Barcelona. El Hummer lleva Kalhua (licor de caf¨¦), ron blanco, dos bolas grandes de helado de vainilla y chocolate rallado. La receta oficial habla de dos bolas pero, si pueden, pidan que sean tres. O cuatro. O cinco. En esta vida, cu¨¢nta m¨¢s vainilla, mejor. Es cierto que la mezcla del caf¨¦ liquido y la elegante aportaci¨®n del ron y del polvo de chocolate le dan un toque sofisticado, pero lo que realmente prevalece es la perdurable presencia de la vainilla fr¨ªa. Soy, como habr¨¢n deducido, un adicto a la vainilla.
Estas cosas empiezan de peque?o, con los helados de los domingos de verano y de las fiestas de guardar, y luego, como un tatuaje, acaban formando parte de tu personalidad. Como tantos vain¨ªllicos an¨®nimos, de los helados pas¨¦ a los batidos, pero el consumo excesivo de este delicioso brebaje me produjo algunas alteraciones intestinales sobre las que, por decoro, no me extender¨¦. Total: me recomendaron dosificar el vicio y limitarme a excepcionales excepciones que siempre me confirman la superioridad del batido de vainilla sobre cualquier otra bebida.
De todo lo que he le¨ªdo y escuchado sobre la vainilla, me quedo con lo que escribi¨® Diane Ackerman en Una historia natural de los sentidos. Tras recordarnos que los colonizadores espa?oles la llamaron vainilla a trav¨¦s del lat¨ªn vagina, expl¨ªcita denominaci¨®n referida a la forma alongada del grano, Ackerman nos previene: "El aromatizante de vainilla que compramos en la secci¨®n de especias de los supermercados, la vainilla que encontramos en los helados, pasteles, yogures y otras comidas, as¨ª como en champ¨²s y perfumes, es un aroma artificial creado en laboratorios y mezclado con alcohol y otros ingredientes". No se sientan decepcionados y sean positivos: si la vainilla artificial es tan buena, ?c¨®mo debe de ser la aut¨¦ntica!
Y Ackerman remata: "La verdad sobre la vainilla es que es tanto un olor como un sabor. Una vez que la nariz se satura con su perfume, evocador y luminoso, empezamos a gustarla. No es como sentir otros olores a golosinas, sino algo m¨¢s soterrado y salvaje. Con seguridad, se trata de la bestia salvaje misma, la vainilla desnuda que clava sus garras en nuestros sentidos". Leyendo esta sensual descripci¨®n y conociendo la sugerente etimolog¨ªa del invento, ya ver¨¢n como, a partir de ahora, los batidos de vainilla y los Hummers les saben todav¨ªa mejor.
C?CTEL: Whisky sour
Cubitos de hielo, 1 parte y media de whisky, 1 parte de zumo de lim¨®n, media parte de miel de ca?a y una tira de piel de lim¨®n. Agitar el hielo, el whisky, el zumo de lim¨®n y la miel. Pasar por un colador y verter en un caso. Decorar con la piel de lim¨®n. Hongera! (?Salud! en suahili).
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