M¨¦dico y pol¨ªtico

Joan Clos i Mateu naci¨® en Parets del Vall¨¨s (Barcelona) el 29 de junio de 1949. Es m¨¦dico, especialista en anestesia y reanimaci¨®n. Clos comparte con un nutrido grupo de dirigentes pol¨ªticos catalanes la formaci¨®n sanitaria. Adem¨¢s de Bartomeu Robert, m¨ªtico m¨¦dico barcelon¨¦s, tambi¨¦n alcalde de Barcelona en el cambio del siglo XIX al XX, m¨¦dicos son Jordi Pujol; el l¨ªder de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias y tambi¨¦n el primer teniente de alcalde, el socialista Xavier Casas.

En julio de 1998, siendo ya alcalde, Joan Clos dio pruebas de que no hab¨ªa olvidado la pr¨¢ctica de la medicina. Durante una comida con empresarios, uno de los asistentes sufri¨® un infarto mientras estaba en el uso de la palabra. Fue el propio Clos quien le practic¨® los primeros auxilios.

Clos no es hombre exento de sentido del humor, aunque tampoco sea propenso a hacer gracias en p¨²blico. Una de las pocas que se le recuerda es el comentario, durante un mitin electoral, de que, siendo como era anestesista, se hab¨ªa hecho pol¨ªtico porque era mejor dormir a la gente en grupo que de uno en uno.

Pero Joan Clos no pasar¨¢ a la historia de la medicina, salvo variaciones de ¨²ltima hora en su biograf¨ªa. En cambio, s¨ª quedar¨¢ asociado a diversas transformaciones producidas en Barcelona durante los a?os en que ha sido concejal o alcalde.

Algunas de esas modificaciones han contribuido a modificar la cara de la ciudad. Entre sus intervenciones destacables figura la transformaci¨®n de Ciutat Vella, el saneamiento de la econom¨ªa municipal, el impulso metropolitano, la apuesta por la industria aeron¨¢utica y el desarrollo de la zona log¨ªstica que forman el puerto y el aeropuerto y, finalmente, los cambios relacionados con el F¨®rum de las Culturas de 2004.

Entr¨® en el ayuntamiento por el ¨¢rea de Salud de la mano de Pasqual Maragall, y en 1983 se present¨® por primera vez a unas elecciones y fue elegido concejal. Pas¨® entonces a encargarse de Ciutat Vella, la zona m¨¢s antigua de la urbe. A mitad de los ochenta, el barrio viv¨ªa especialmente castigado. All¨ª se concentraba la pr¨¢ctica de la prostituci¨®n, a la que iba asociada la presencia de delincuencia, en buena parte vinculada al tr¨¢fico de drogas.

Clos abord¨® la reforma en una doble v¨ªa: la piqueta y la rehabilitaci¨®n. Por una parte, se estimulaba a los propietarios a invertir en el barrio, recuperando edificios, y por otra se proced¨ªa a esponjarlo para dotarlo de espacios abiertos y edificios de servicios. Al mismo tiempo, se incitaba a instituciones a instalarse en la zona. Hoy, en las calles paralelas a la Rambla hay lo que se llama "Rambla cultural": un continuo de edificios que incluyen facultades de la Universitat de Barcelona y de la Ramon Llull, el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (MACBA), el Centro de Cultura Contempor¨¢nea, la Biblioteca de Catalu?a, el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, el reconstruido Liceu y facultades de la Universitat Pompeu Fabra.

Al amparo de estas novedades se ha recuperado el barrio de una forma radical, atrayendo industrias culturales, servicios y hosteler¨ªa.

La segunda tarea que le encomend¨® Pasqual Maragall fue sanear las finanzas municipales. Unas finanzas peor que maltrechas tras los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. Hoy el Ayuntamiento de Barcelona tiene cuentas saneadas y los expertos sostienen que los responsables directos del asunto son Joan Clos y la persona que ¨¦l puso al frente de la econom¨ªa tras ser nombrado alcalde: Ernest Maragall, hermano del presidente catal¨¢n.

Clos ha defendido siempre que Barcelona es m¨¢s que el mero t¨¦rmino municipal. En esta idea es heredero de los defensores de la "gran Barcelona" que se expande por los municipios lim¨ªtrofes, con los que comparte proyectos de distribuci¨®n de agua, adem¨¢s de grandes infraestructuras, desde el aeropuerto hasta las universidades.

Confiaba en el tripartito para recuperar la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona, disuelta por CiU, pero los avatares de la pol¨ªtica catalana han dejado aparcado este proyecto.

Hay otro aspecto que Clos aporta al Ministerio de Industria y que pesa en el futuro de la Barcelona actual. Es piloto de aviones y ha defendido a capa y espada la oportunidad de desarrollar el complejo que forman el puerto y el aeropuerto. Ha batallado para que Barcelona (y su inmediato entorno) tengan un gran aeropuerto (con tren de alta velocidad), tambi¨¦n una facultad de aeron¨¢utica y un centro de formaci¨®n profesional donde se impartan las especialidades asociadas al aeropuerto.

Clos tuvo que afrontar el F¨®rum, proyecto heredado de Pasqual Maragall. Quedar¨¢ la transformaci¨®n urban¨ªstica de la zona y quedar¨¢ tambi¨¦n la discusi¨®n sobre el acontecimiento. Uno de los momentos m¨¢s duros de su ¨²ltimo mandato fue el hundimiento del Carmel.