Canarias: una prueba de solidaridad

Una crisis humanitaria que sufren varios pa¨ªses africanos est¨¢ siendo utilizada para combatir al Gobierno espa?ol y pretender descalificar la que constituye una acertada pol¨ªtica inmigratoria. Lo que estamos presenciando en primera fila desde Canarias es una crisis humanitaria protagonizada y sufrida por j¨®venes africanos que, conscientemente, se juegan la vida embarc¨¢ndose a bordo de embarcaciones no dise?adas para el transporte de seres humanos, con la intenci¨®n de llegar a Europa.

Algunos desde Canarias y desde otros lugares de la geograf¨ªa nacional han pretendido invertir los conceptos y los valores como si fuese que los ciudadanos espa?oles en las islas estuvi¨¦semos jug¨¢ndonos la vida en la mar, sufriendo deshidrataci¨®n durante el d¨ªa y soportando fr¨ªos glaciares en las noches de la dura traves¨ªa. Los canarios no somos las v¨ªctimas del ¨¦xodo que se est¨¢ produciendo: las v¨ªctimas son esos millares de seres humanos que se la juegan para encontrar un futuro en Europa.

Miles de hombres y mujeres desarrollan una encomiable labor que es menester destacar

Frente al drama de los miles de inmigrantes que lo dejan todo arriesg¨¢ndose a no obtener nada y arriesgando desesperadamente la vida en la mar, algunos siguen empe?ados en presentarlo como un problema que sufre Canarias; resulta dif¨ªcil entender las quejas del rico cuando muere el pobre.

En la actual l¨ªnea de acontecimientos, miles de hombres y mujeres espa?oles pertenecientes a distintas administraciones y ONG desarrollan una encomiable labor que es menester destacar en esa constante acci¨®n que ya dura algo m¨¢s de un a?o en el salvamento de vidas en la mar.

Turnos permanentes. Avisos constantes. Salidas en cualquier momento. Avistamientos. De madrugada, a media tarde. La noche, el oleaje. Operativos que parecer¨¢n rutinarios pero que resultan distintos en cada ocasi¨®n. Riesgos para la propia integridad f¨ªsica. El desembarco. La asistencia primaria. El recuento inicial. El traslado. El ingreso en el centro de internamiento... Vuelta a empezar.

Creo condensar en el p¨¢rrafo anterior los pasos o los factores de la cara m¨¢s visible de ese fen¨®meno pand¨¦mico que es la inmigraci¨®n irregular por v¨ªa mar¨ªtima. Es un proceso con el que convivimos los responsables de la Administraci¨®n General del Estado y los servidores p¨²blicos dependientes de sus organismos e institutos, as¨ª como los integrantes de organizaciones no gubernamentales.

Las im¨¢genes pueden parecer repetidas, pero en cada cayuco, en cada patera, hay decenas de historias, decenas de miradas perdidas, decenas de angustias extremas -toda una tragedia- y una infinita prueba de solidaridad, la que acreditan tanto las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado como las entidades de servicios y asistenciales cuyos componentes hacen gala de una abnegaci¨®n digna de todo encomio.

Ese compromiso humanitario, ese papel de entrega y dedicaci¨®n, es el que deseo ponderar con la mayor emoci¨®n. Hay que ir m¨¢s all¨¢ del simplismo "para eso est¨¢n". Cuando el fen¨®meno sigue adquiriendo dimensiones preocupantes -la impunidad de las redes mafiosas sobresale entre las d¨¦biles estructuras pol¨ªticas, institucionales y sociales de los pa¨ªses de procedencia- y cuando se desata un morboso inter¨¦s por saber cu¨¢ntos han fallecido en la traves¨ªa hasta la primera frontera europea -ser¨¢ una cifra imposible de precisar-, hay que destacar el esfuerzo de quienes han podido salvar miles de vidas humanas en el mar y ya en tierra.

Suyo es el valor, suya la pericia. Permitan los lectores que destaque hasta la coordinaci¨®n de la que se ha hecho gala desde una detecci¨®n o un avistamiento hasta el desembarco, pasando por la interceptaci¨®n o el transbordo en alta mar, a veces en condiciones meteorol¨®gicas muy adversas. Suya es la entrega: podr¨¢n, como cualquier ser humano, estar cansados. Pero no se arrugan, no declinan. Saben que tras un operativo, hay otro en ciernes. Siempre est¨¢n dispuestos a escribir, desde el anonimato, un nuevo cap¨ªtulo de una historia de incierto, muy incierto final. Para qu¨¦ negarlo.

Los medios parecer¨¢n siempre insuficientes (y es responsabilidad de quienes gobiernan innovarlos y mejorarlos), pero el esmero en su utilizaci¨®n as¨ª como la entrega constante y sin reservas hacen que esa tarea de rescate, salvamento y atenci¨®n a seres humanos desprotegidos, ¨¢vidos de horizontes a cuya b¨²squeda se lanzaron arriesg¨¢ndose a perder sus vidas, sea acreedora de reconocimiento.

En Canarias, detr¨¢s de cada imagen, de cada foto, de cada informaci¨®n que registra la llegada de una embarcaci¨®n, hay todo un paradigma de solidaridad y de responsabilidad humana: es el que encarnan hombres y mujeres que han comprendido muy bien que quienes llegan a nuestras islas no son culpables. Todos, en sus respectivos puestos; todos, en los cometidos que les han sido asignados; todos, desempe?ando la m¨¢s noble funci¨®n que en la sociedad de nuestros d¨ªas pudieron haber imaginado.

Estoy seguro de compartir el sentimiento de admiraci¨®n de la sociedad canaria hacia los servidores p¨²blicos del Estado, de otras administraciones p¨²blicas y de cuantas instituciones est¨¢n involucradas en el tratamiento de la cara cercana, visible y cotidiana de este fen¨®meno de nuestro tiempo y que precisa, justamente ah¨ª, de respuestas eficaces, plenas de altruismo.

He querido expresar ese sentimiento. Es de justicia.

Jos¨¦ Segura Clavell es delegado del Gobierno en Canarias.