El PSC culmina la sustituci¨®n de los dirigentes fundadores con el relevo de Clos

Con la candidatura de Jos¨¦ Montilla a la presidencia de la Generalitat y la de Jordi Hereu para la alcald¨ªa de Barcelona, en sustituci¨®n de Joan Clos, el aparato del PSC culmina el relevo de los dirigentes del partido que han copado las cabeceras de los carteles electorales desde su fundaci¨®n en 1978. Pol¨ªticos formados como municipalistas cuyo principal bagaje es haber servido fielmente a la organizaci¨®n han sustituido ya a todas las figuras con fuerte personalidad y perfil propio, como Raimon Obiols, Pasqual Maragall y Narc¨ªs Serra, en un relevo que no es s¨®lo generacional.

Los primeros l¨ªderes electorales del PSC ten¨ªan el aura de fundadores del partido, exponentes de una generaci¨®n forjada en la lucha contra la dictadura. Su principal n¨²cleo dirigente encabezado por Joan Revent¨®s y Raimon Obiols estuvo formado por j¨®venes universitarios de clase media radicalizados bajo el franquismo, pertenecientes en muchos casos a familias de tradici¨®n liberal y catalanista ya relacionadas con la pol¨ªtica desde antes de la II Rep¨²blica.

Aunque los actuales dirigentes conectan como es l¨®gico con esta cultura interna, sus cartas de presentaci¨®n son otras. La fragua pol¨ªtica de Montilla y Hereu ha sido el municipalismo, en el que lleg¨® a presidente de la Diputaci¨®n de Barcelona, a partir de la alcald¨ªa de Cornell¨¤ de Llobregat. Y su trampol¨ªn ha sido el control de las organizaciones de base del partido. En el caso de Montilla, en la comarca del Baix Llobregat, en el cintur¨®n industrial de Barcelona.

Hereu es el vicesecretario de la federaci¨®n local de Barcelona, la segunda m¨¢s importante del partido, en la que fue promovido por el que fue su hombre fuerte durante muchos a?os, Antonio Santiburcio, y luego ha sido aupado por el actual primer secretario, Joan Ferran.

A diferencia de lo que suced¨ªa con sus antecesores, su perfil pol¨ªtico no permite clasificarles como m¨¢s o menos catalanistas, m¨¢s o menos sindicalistas y en muchos casos no se sabe muy bien si son m¨¢s bien socialdem¨®cratas o liberal socialistas. Su aval es la eficacia en la gesti¨®n, el pragmatismo y la fidelidad a la l¨ªnea de mando. La f¨®rmula hallada para definirles ayer por uno de los miembros de la ejecutiva es esta: "Org¨¢nicos, pero no chusqueros". Un pol¨ªtico en activo en el actual Gobierno socialista, Pere Navarro, director general de Tr¨¢fico, ha dicho de esta hornada de dirigentes del PSC que "no pretenden cambiar el mundo, sino hacerlo m¨¢s razonable" y que para ellos "no hay grandes ideales sino muchos problemas que resolver".

La elecci¨®n de Montilla como primer secretario del PSC en 2000 fue se?alada en su momento como un hito que marcaba el acceso de un exponente de la emigraci¨®n andaluza a Catalu?a a puestos de m¨¢xima representatividad social y pol¨ªtica en su tierra de adopci¨®n. Montilla naci¨® en un pueblo de la provincia de C¨®rdoba, Izn¨¢jar. Este simbolismo se ha vuelto a subrayar ahora, con motivo de su designaci¨®n como candidato a la presidencia de la Generalitat.

La sustituci¨®n de los viejos dirigentes se inici¨® de forma brusca en el congreso del partido celebrado en Sitges en 1994, en el que los secretarios de las federaciones dieron un golpe de fuerza para apear a Obiols de la primera secretar¨ªa. Pero precisamente porque el trauma interno fue muy fuerte, desde entonces se ha desarrollado con una exquisita gradualidad e intentando mantener en activo a los ex l¨ªderes que en su momento han ocupado las cabeceras de cartel. Revent¨®s fue presidente del Parlamento catal¨¢n, Obiols est¨¢ en el Parlamento Europeo. Serra fue primer secretario del partido tras su largo paso por los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez. Ahora se abre la inc¨®gnita sobre el futuro de Maragall, que se ha visto obligado a renunciar a una segunda opci¨®n para la presidencia de la Generalitat.

La inicial distinci¨®n en el PSC entre sectores m¨¢s o menos identificados con el PSOE en funci¨®n de sus respectivos or¨ªgenes pol¨ªticos, sociales o geogr¨¢ficos ha ido perdiendo vigencia a trav¨¦s de los a?os. En la actualidad el patriotismo de partido funciona en el PSC sin poner en riesgo la relaci¨®n con el PSOE de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, al que ha aportado un decisivo apoyo y el segundo granero de votos y diputados en las elecciones de 2004. Una de las dirigentes m¨¢s afines a Montilla, Carme Chac¨®n, se cuenta entre las primeras promotoras de la candidatura de Zapatero a la secretar¨ªa general del PSOE.