Atm¨®sfera M-30
Pues ver¨¢s, hubo un tiempo en que lo de tener la calle llena de agujeros nos volv¨ªa locos. El ruido, los atascos, el polvo... todo eso nos estiraba los nervios y nos pas¨¢bamos todo el d¨ªa quej¨¢ndonos. Luego empezamos a verlo de otra manera. No s¨¦ muy bien por qu¨¦, pero el caso es que le pillamos el gusto a observar c¨®mo esa gente pasaba el d¨ªa y la noche construyendo. ?sta era y sigue siendo mi favorita: la M-30.
Me ven¨ªa aqu¨ª con tu abuela cuando empezaba a anochecer y nos qued¨¢bamos hipnotizados mirando lo que hac¨ªan. Estaba preciosa, (tu abuela tambi¨¦n) con sus focos iluminando toda la explanada, los contenedores, el estruendo de las selladoras, las voces de los obreros... Y todo ese mar de gr¨²as como tel¨®n de fondo.
Y no ¨¦ramos s¨®lo nosotros. Recuerdo que un d¨ªa me di cuenta de que hab¨ªa mucha gente que sent¨ªa lo mismo que yo. Acababa de hacer un viaje por Espa?a para el peri¨®dico y pens¨¦ que la ¨²ltima etapa deb¨ªa acabar en las obras de la M-30.
Hab¨ªa una pareja bes¨¢ndose ah¨ª mismo y les pregunt¨¦ si no les molestaba el paisaje para pelar la pava. "No aqu¨ª se est¨¢ bien, de lo m¨¢s tranquilo", me contest¨® el joven. Luego le pregunt¨¦ a un taxista que viv¨ªa por la zona, cerca del Vicente Calder¨®n y me dijo que el ruido de las obras le ayudaba a conciliar el sue?o. "No s¨¦ qu¨¦ voy a hacer cuando las terminen", dec¨ªa. Seguro que aquel hombre durmi¨® bien siempre porque, como ves, a¨²n no las han terminado. Y no lo har¨¢n jam¨¢s.
El caso es que ese d¨ªa me di cuenta de que todos nos hab¨ªamos convertido en adictos a las construcciones. ?Ves a esos tipos de ah¨ª? No, no est¨¢n buscando un monolito, ni cavando su propia tumba, est¨¢n trabajando en la M-30. Llevan as¨ª a?os. Al principio, ellos tambi¨¦n quisieron acabar la obra, pero luego se percataron de que lo mejor era construir sin sentido. Trabajar por trabajar, construir por construir, igual que viajar por el simple placer de desplazarse de un sitio a otro. Son como los curris. ?Te acuerdas de esos personajes? Sal¨ªan en una serie de televisi¨®n para ni?os que te puse hace tiempo. Los curris eran unos seres que viv¨ªan en el subsuelo y que se pasaban el d¨ªa trabajando para que otros seres un poco m¨¢s grandes que ellos, los fraggle, se comieran lo que constru¨ªan. Pues esto es igual. Los ecuatorianos hacen, el Ayuntamiento deshace y nosotros lo observamos todo, hipnotizados, d¨¢ndonos vueltas la cabeza al ritmo de la hormigonera.
Si vieras lo que hacen algunos en verano, te espantar¨ªas. Se van a playas llenas de gente, se pasan todo el tiempo holgazaneando, debajo del agua, mir¨¢ndose el ombligo. Consumen alimentos en chiringuitos, beben alcohol a todas horas... y dicen que es as¨ª como se divierten. Esto s¨ª que es divertido, ?verdad? En fin, no s¨¦ si todo esto que te he contado contesta a tu pregunta de por qu¨¦, otro a?o m¨¢s, no nos hemos ido de vacaciones.
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