"Volver¨ªamos a hacerlo"
Regresan los pescadores que rescataron a 51 inmigrantes a la deriva en Malta
El Francisco y Catalina, barco que el pasado 14 de julio rescat¨® a 51 inmigrantes de una patera a la deriva en aguas de Malta, lleg¨® ayer a Santa Pola (Alicante) como el autob¨²s que pasea al equipo campe¨®n, entre una multitud de fans que pugnaban por abrazar a la tripulaci¨®n. En el muelle, familiares, curiosos, una decena de autoridades y una nube de periodistas. Jos¨¦ Dur¨¢, patr¨®n del Francisco y Catalina, desembarca con cara de susto, abrumado por el recibimiento. Son las 9.30 de la ma?ana. Casi dos meses en alta mar.
Los familiares avanzan, con timidez, entre c¨¢maras de televisi¨®n: "?Puede pasar la familia, por favor?, ?esto es el acab¨®se!", dice la t¨ªa del patr¨®n, Teresa. Jos¨¦ tarda un poco en localizar a Pepi, su mujer, que lleva 25 a?os yendo a recogerle al puerto: "Desde que ¨¦ramos novios no he faltado ni una vez. Vengo a la hora que haga falta", dice ella. "Hoy, con tanta gente, va a ser un abrazo un poco fr¨ªo, pero ya luego en casa...". El abrazo se produce ante las c¨¢maras, entre ellas la de Laura, de 15 a?os, que filma a su padre. "Estoy muy orgullosa de ¨¦l", explica. Dur¨¢ intenta con escaso ¨¦xito quitar hierro: "Son cosas de la mar, podr¨ªa haberle pasado a cualquiera, y hubiera hecho lo mismo. Volver¨ªamos a hacerlo". ?Cu¨¢l fue el peor momento? "??ste!".
"Dorm¨ªan aqu¨ª, en un pl¨¢stico azul, y com¨ªamos por turnos; ellos, primero", dicen los tripulantes
El resto de la tripulaci¨®n va bajando, pero les hacen subir otra vez. Todo el mundo quiere saber c¨®mo se las apa?aron para colocar a los 51 inmigrantes en una embarcaci¨®n de 25 metros de eslora preparada para pescar gambas. Sin ese medio centenar de sin papeles, el barco parece mucho m¨¢s peque?o. La tripulaci¨®n explica: "Dorm¨ªan aqu¨ª, en un pl¨¢stico azul. Este ba?o era para ellos, y este otro para nosotros. Com¨ªamos por turnos, primero ellos".
Un anciano, vecino de Santa Pola, se acerca al contramaestre, ?lvaro Dom¨ªnguez, para pedirle un recuerdo. ?lvaro le dice que no tiene nada que pueda darle. El ¨²nico rastro de la odisea es la emoci¨®n de los familiares: de la novia del marinero Miguel Bay¨®n, que rompi¨® a llorar cuando vio acercarse al Francisco y Catalina, y de Irene, la mujer de Jaime Valero, el cocinero, que entre risas aseguraba que los inmigrantes hab¨ªan tenido "un chef de restaurante cinco estrellas", mientras abrazaba a su hija.
Entre la multitud est¨¢ un miembro de la tripulaci¨®n, Jos¨¦ Tob¨¢. El 28 de julio sufri¨® un ataque de epilepsia a seis horas de Malta, y tuvo que ser hospitalizado. Le enviaron a su casa en Mux¨ªa (A Coru?a) hace 20 d¨ªas, pero ayer estaba all¨ª para reencontrarse con sus compa?eros. Hace d¨ªas se les averi¨® un motor. La pesca, muy escasa: "Unos 1.600 kilos; lo normal son 10.000", lamenta Jaime, pero aclara: "Volver¨ªamos a actuar igual sin pensarlo". El consejero de Agricultura y Pesca, Juan Cotino, prometi¨® ayer 50.000 euros a la tripulaci¨®n por los ocho d¨ªas que no pudieron faenar por atender a los 51 inmigrantes.
Las autoridades se van, los pescadores descargan las gambas y empiezan a hacer planes. Pascual, de 21 a?os, ir¨¢ el martes a recoger su coche, con nuevo tuneado por lo ganado en la traves¨ªa. Jaime anuncia que ha sido su ¨²ltima salida: "A partir de ahora har¨¦ canastos en tierra". Los gallegos, la mitad de la tripulaci¨®n, organizan el regreso, y todos piensan en la mejor fecha para ir a Lanzarote con sus novias y esposas, invitaci¨®n del cabildo de Canarias. Como Jos¨¦ Dur¨¢ est¨¢ siempre embarcado, para ¨¦l y Pepi ser¨¢ una luna de miel. El d¨ªa 12, vuelta a pescar.
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