El divorcio nacionalista
La decisi¨®n de la Ejecutiva de Eusko Alkartasuna (EA) de presentarse a las elecciones locales y forales de mayo en solitario (y no en coalici¨®n con el PNV, como sol¨ªa), pendiente de ratificaci¨®n en una asamblea, constituye un adelanto de los efectos que podr¨ªa tener en la pol¨ªtica vasca la desaparici¨®n de ETA. Por ahora, la mera expectativa de que tal cosa ocurra ya ha provocado movimientos internos y externos en los partidos nacionalistas, especialmente en el terreno de la pol¨ªtica de alianzas. Hasta Ezker Batua (la IU filonacionalista de Madrazo) est¨¢ en conversaciones con Aralar, la escisi¨®n de Batasuna, con vistas a una posible coalici¨®n.
EA se ha movido desde hace a?os entre dos riesgos: el de la desaparici¨®n por quedarse al margen de las instituciones y el de absorci¨®n por el socio mayor. Asociado al PNV ha conseguido resistir en el Parlamento y en el Gobierno vasco, al precio de un paulatino desdibujamiento como partido. Ahora, un sector de EA piensa que, en el nuevo panorama, existe la posibilidad de constituir un polo soberanista (con Aralar y lo que sustituya a Batasuna) capaz de disputar al PNV su hegemon¨ªa en el campo nacionalista. Si no en el conjunto de Euskadi, s¨ª al menos en Guip¨²zcoa, territorio donde Batasuna ya fue la fuerza m¨¢s votada en las auton¨®micas de 1998 (con tregua) y en el que EA obten¨ªa sus mejores resultados cuando iba por separado. Una mayor¨ªa de ese tipo en las elecciones a Juntas Generales podr¨ªa conseguir el control de la Diputaci¨®n, centro de gran poder por ser la instituci¨®n que recauda todos los impuestos.
La paradoja es que, si se impone esa tendencia radical en EA, favorecer¨¢ al sector m¨¢s moderado del PNV, el de Imaz, inclinado a regresar a la pol¨ªtica de pactos con los socialistas. Sin EA, ¨¦sa ser¨ªa la ¨²nica posibilidad de conservar importantes alcald¨ªas e incluso, en su momento, el Gobierno. En las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas, la coalici¨®n PNV-EA obtuvo 29 esca?os, de los que siete fueron para representantes de EA. Si los conservara yendo por separado, el PNV se quedar¨ªa con 22 en un Parlamento de 75 esca?os, por lo que s¨®lo alcanzar¨ªa la mayor¨ªa pactando con los socialistas, que ahora tienen 18. El sector radical del PNV, representado por Egibar (y en parte tambi¨¦n por Ibarretxe), no podr¨ªa, en esas condiciones, reivindicar la continuidad de la actual pol¨ªtica de alianzas.
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