La satisfacci¨®n de Vinok¨²rov, el callado
El corredor kazajo consigue dar al equipo Astana su primera victoria en la ronda
Esperando el domingo de La Cobertoria y San Lorenzo, dos puertos asturianos cuya sola menci¨®n produce escalofr¨ªos en medio pelot¨®n, la Vuelta pas¨® ayer el s¨¢bado distra¨ªda en disquisiciones ling¨¹¨ªstico-idiom¨¢tico-filos¨®ficas en las que se sometieron a debate cuestiones tales como hablar o no hablar, y, si s¨ª, en qu¨¦ idioma o cu¨¢ndo.
Hay veces en que m¨¢s vale quedarse callado, descubrieron unos cuantos. O, como dicen los del mundillo, hablar s¨®lo con las piernas -que s¨ª que se puede-, con los pedales. Quer¨ªa Horrillo, Pedro, el ciclista que tambi¨¦n, tan bien, escribe la columna de la derecha de esta p¨¢gina, que la fuga tampoco llegara ayer. Lo dec¨ªa la v¨ªspera, animado el viernes por la noche, mirada melanc¨®lica a las estrellas tras la cena, el libro de ruta en el regazo. La llegada de Lugo, memorizada, repecho a un kil¨®metro de la meta, curva pronunciada, siempre para arriba. Y un paso anterior por la meta, antes de bordear las murallas romanas, para comprobar si era verdad tanta hermosura. "Ser¨¢ el d¨ªa S", promet¨ªa por tel¨¦fono el polivalente vasco; "en el primer paso, analizar¨¦; en el segundo, actuar¨¦". Diecis¨¦is horas despu¨¦s, modificado el tiempo verbal, futuro por pasado, Horrillo volvi¨® a hablar: "En el primer paso vi que no pod¨ªa con las piernas, as¨ª que me olvid¨¦". Como Horrillo, unos cuantos, aunque la mayor¨ªa, m¨¢s que pregonar sus intenciones a sus amigos, se las anunciaron en voz muy bajita a su interior, con lo que s¨®lo ellos lo saben, s¨®lo tendr¨¢n que aclarar cuentas con ellos mismos.
Jufr¨¦ se cay¨® y sufri¨® un corte en un brazo a causa del guardarra¨ªl. La sangre manaba sin parar
Todos, casi todos, podr¨¢n decir lo mismo, justificarse con la tremenda marcha del pelot¨®n, que los dej¨® exhaustos, tirados al pie de las murallas; tambi¨¦n podr¨¢n se?alar con el dedo al belga Kevin van Impe, que persisti¨® en la escapada pese a la brutal velocidad -m¨¢s de 50 en la primera hora- de los que persegu¨ªan, y tambi¨¦n podr¨¢n disertarle, ya a malas, sobre la degeneraci¨®n de la especie, para qu¨¦ han quedado los descendientes de los ilustres: el hijo de Duclos-Lassalle, monsieur Par¨ªs-Roubaix, se escap¨® el otro d¨ªa llegando a ninguna parte; Kevin, el sobrino de Lucien van Impe, perpetuo rey de la monta?a del Tour, ganador de la edici¨®n de 1976, se escap¨® ayer para ser cazado antes de la meta. A quien no culpar¨¢n de nada, seguramente, ser¨¢ al pobre Josep Jufr¨¦, el escalador del Davitamon, belga, que se cay¨® tontamente y sufri¨® un corte en el brazo derecho con el guardarra¨ªl de la carretera. Gran susto de todos, tambi¨¦n de los m¨¦dicos, al ver c¨®mo manaba sangre sin parar de la juntura del codo. Docenas de gasas empapadas, una v¨ªa con salino en el izquierdo y al hospital.
Tambi¨¦n habl¨®, por los codos, en todos los idiomas, ?scar Pereiro, que se emocion¨® porque por primera vez en su carrera profesional pisaba Galicia con dorsal, que regal¨® a los aficionados una peque?a fuga bordeando las murallas y que volvi¨® despu¨¦s a vestir el maillot de compa?ero modelo.
Pero quien no dijo ni p¨ªo por esa boquita, ni antes, ni casi despu¨¦s, fue Vinok¨²rov, el callado. Antes, porque golpes como el que le infligi¨® Valverde en los 200 ¨²ltimos metros del Morredero m¨¢s vale digerirlos en silencio, como se sufren ciertas dolencias, y tambi¨¦n porque por la distancia ling¨¹¨ªstica con la mayor¨ªa de compa?eros y t¨¦cnicos y por la distancia vital con otros tantos, apenas tiene con quien pelar la pava en su equipo, y tambi¨¦n porque el fen¨®meno kazajo es un hombre, sobre todo, de gestos. Habla con las piernas, con los pedales, qu¨¦ forma de superar a Paolini en los ¨²ltimos metros lucenses, como Valverde la v¨ªspera, como ¨¦l mismo el a?o pasado en los Campos El¨ªseos; habla con los dedos, se?al¨¢ndose la palabra m¨¢gica Astana en su maillot azul turquesa al cruzar la meta victorioso; habla con sus ojillos, felices por fin en un a?o desastroso a su pesar, en la sala de prensa. Y tambi¨¦n, que tampoco es mudo, habla un poco por la boca. Cont¨® que le visitar¨ªa por la tarde Danial Ajmetov, que es su amigo aparte de primer ministro de Kazajst¨¢n y presidente de la federaci¨®n kazaja de ciclismo; dijo que hab¨ªa echado el resto buscando la victoria no por una reivindicaci¨®n de su equipo, tan maltratado, sino puramente personal, para quitarse de la boca la acidez que le dej¨® Valverde, y, ya que el d¨ªa iba de la dificultad de comunicarse en el mundo actual, record¨® que no hablaba con Manolo Saiz, el due?o de la empresa que le paga, desde que les excluyeron del Tour y que no ten¨ªa sentido seguir con ¨¦l despu¨¦s de la Operaci¨®n Puerto.
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