Entornos de alto rendimiento
Durante los ¨²ltimos a?os, las empresas han luchado con denuedo por mantener o mejorar su posici¨®n en el mercado. Para ello, han invertido grandes sumas tanto en tecnolog¨ªa como en mejora de procesos y selecci¨®n de talento. Sin embargo, en este camino muchas han olvidado un elemento que tambi¨¦n resulta fundamental para mejorar su posici¨®n: el propio espacio de trabajo.
?ste no s¨®lo refleja la organizaci¨®n de la empresa y su forma de hacer negocios, sino que puede desempe?ar un papel decisivo a la hora de fomentar la innovaci¨®n. La aplicaci¨®n de esta filosof¨ªa contribuye, en gran medida, al bienestar de quienes habitan esos espacios y a mejorar los resultados.
La innovaci¨®n ha demostrado ser la clave para alcanzar beneficios sostenibles. Pero innovar requiere una vocaci¨®n por la mejora continua y la proactividad al cambio, actitudes ambas que se alimentan de un sutil activo, el capital intelectual.
El espacio es un elemento de fuerte influencia en el clima de trabajo y puede actuar como estimulante
?C¨®mo se crea ese activo intangible de incalculable valor para las empresas llamado capital intelectual? Por un lado, con el capital humano -atrayendo, reteniendo y motivando el talento- y, por otro, con el capital social, entendido como la confianza y colaboraci¨®n entre personas de estilos y competencias diferentes.
Si analizamos conjuntamente la utilizaci¨®n del conocimiento t¨¢cito y expl¨ªcito dentro de la organizaci¨®n formal e informal, veremos que una gran parte de lo que ocurre en la empresa no est¨¢ del todo bajo control y su contenido potencial de capital intelectual necesita ser estimulado de forma no convencional. En otras palabras, hay una organizaci¨®n de red por debajo de la propia organizaci¨®n que es necesario descubrir y saber c¨®mo funciona si aspiramos a fomentar la comunicaci¨®n. Bajo esta perspectiva, el espacio se convierte en un elemento de fuerte influencia en el clima de trabajo y puede actuar como estimulante para las personas.
Para crear valor a trav¨¦s del espacio de trabajo y optimizarlo son necesarias cuatro etapas: identificar los objetivos estrat¨¦gicos, realizar un profundo an¨¢lisis para conocer c¨®mo trabajan las personas, dise?ar las soluciones de espacio y, finalmente, ponerlas en pr¨¢ctica y medir los resultados.
Gracias a esta metodolog¨ªa se pueden conseguir espacios de alto rendimiento, eficientes y eficaces. Los seis principios de dise?o que se proponen est¨¢n relacionados y centrados en las personas y en el tipo de trabajo que desempe?an.
1. Aportar la privacidad necesaria. Equilibrio entre el nivel de privacidad y el de comunicaci¨®n.
2. Hacer evidente el proceso de trabajo. Trasladar el trabajo y la informaci¨®n a las superficies verticales, para hacerla m¨¢s participativa y acelerar el proceso de comunicaci¨®n.
3. Optimizar la relaci¨®n entre las personas y la informaci¨®n (f¨ªsica y electr¨®nica), dise?ando espacios que favorezcan dichas conexiones.
4. Estimular y atraer, transmitir la imagen. Conseguir que la oficina sea atractiva, creando una diversidad de espacios.
5. Gestionar estrat¨¦gicamente los activos. Identificar los objetivos, integrar la arquitectura, el equipamiento y la tecnolog¨ªa y definir el adecuado nivel de flexibilidad.
6. Dar soporte a diferentes estilos de trabajo. Las personas son diferentes en lo que hacen y en c¨®mo lo hacen. Por ello, debemos comprender bien cu¨¢les son las diferentes actividades y tipos de trabajo que se desarrollan.
Combinando estos principios con las aplicaciones, entendidas como agrupaciones de espacios donde las actividades que se desarrollan son similares, conseguiremos crear un espacio optimizado, estimulante y capaz, por un lado, de mejorar la eficiencia y conseguir ahorros (equipamiento m¨¢s eficiente, optimizaci¨®n de superficie y mejoras de productividad); y por otro, conseguir una mejora integral de la eficacia, optimizando la comunicaci¨®n, desarrollando y liberando el talento, acelerando la toma de decisiones y fomentando la innovaci¨®n.
Alejandro Poci?a es presidente y consejero delegado de AF Steelcase.
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