La Gran Mutaci¨®n
La ¨²nica tendencia de los Emmy, adem¨¢s de castigar las segundas temporadas de Perdidos y Mujeres desesperadas, es la tendencia cautelar. Aparte de premiar un viejo ¨¦xito que ya no lo es (24), aplazar para otro a?o Anatom¨ªa de Grey y canonizar la boda real entre Channel 4 y HBO (Elizabeth I), estos Emmy no quisieron meter demasiado la pata en vista del diluvio universal (digital) que est¨¢ cayendo y amenaza con mutar de arriba abajo los fundamentos de este negocio, y de paso, los del cine y la m¨²sica.
Porque lo ¨²nico que ha ocurrido esta temporada, aunque por aqu¨ª a¨²n estemos masturbando el viejo ombligo cat¨®dico, es que la tele ya no es lo que era. La verdadera noticia de estos Emmy tan sosos est¨¢ en la nueva categor¨ªa de premios que se han inventado, se entregar¨¢n el pr¨®ximo 12 y est¨¢n dedicados a los espacios TV producidos, emitidos y consumidos al margen de esa Sant¨ªsima Trinidad Cat¨®dica formada por el televisor familiar, el tresillo del cuarto de estar y el maldito prime time. Les presento a los Emmy dedicados a la tele por Internet, el m¨®vil, el iPod y dem¨¢s pantallas n¨®madas.
Los Emmy, al contrario de los acad¨¦micos de Hollywood y de los chicos de la SGAE, han entendido la mutaci¨®n industrial y antropol¨®gica que implica este diluvio digital que no est¨¢ dejando t¨ªtere audiovisual con cabeza. En uno de los ¨²ltimos n¨²meros de Wired se enumeraban las nuevas pantallas que nos rodean y sincronizan y resulta que precisamente la pantalla del televisor es la que dispone de menos ofertas. Los delevry sistems que abastecen al m¨®vil, al monitor Internet o al iPod suman actualmente una cantidad tal de canales video-online que resulta rid¨ªculo, por no decir paleto, seguir confundiendo la tele con esa media docena de canalillos provincianos y encima aislantes que se recibe en nuestros cuarto de estar.
Un d¨ªa contar¨¢n as¨ª la Gran Mutaci¨®n: cuando dejamos de consumir cine en salas, escuchar m¨²sica en ced¨¦s y ver la tele en el tresillo.
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