Muertes con nombre de mujer
Las v¨ªctimas aumentan despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de la ley contra la violencia de g¨¦nero en vigor
Carmen, Idoia, Jeannet... M¨¢s de medio centenar de vidas de mujer perdidas. Javier, Manuel, Driss... Otros tantos hombres, sus parejas o ex parejas, acabaron con ellas. La sangr¨ªa contin¨²a -aumenta, si se comparan los ocho primeros meses de este a?o con el mismo periodo de 2005, cuando se registraron diez v¨ªctimas menos-. Y eso con la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero plenamente en vigor desde hace m¨¢s de un a?o. Aprobada por unanimidad en el Parlamento, incluye penas m¨¢s duras para los agresores y protecci¨®n m¨¢s amplia para las v¨ªctimas. ?Qu¨¦ falla entonces para que al menos 52 mujeres hayan perdido la vida este a?o a manos de quien dijo quererlas?
La primera respuesta de los responsables y expertos consultados es una matizaci¨®n un¨¢nime: Ninguna ley acaba con los delitos, la de violencia de g¨¦nero, tampoco. A?aden otros elementos: se trata de agresiones en el ¨¢mbito de las relaciones sentimentales, en una sociedad que acu?¨® el t¨¦rmino machismo y tiene pendiente erradicar las conductas de dominio masculino y sumisi¨®n femenina. A partir de ah¨ª, los an¨¢lisis difieren. Y hay quien, como en el Partido Popular, habla tambi¨¦n de falta de recursos econ¨®micos.
"Faltan centros que asesoren a las mujeres para denunciar", dice ?ngeles ?lvarez
"Es imposible poner a un polic¨ªa detr¨¢s de cada agresor con orden de alejamiento"
- M¨¢s denuncias, pero no bastan. "La ley tiene una maquinaria engrasada que funciona, pero necesitamos que las mujeres denuncien, porque es el paso imprescindible para protegerlas", afirma la secretaria general de Pol¨ªticas de Igualdad, Soledad Murillo. Para los responsables gubernamentales, el ¨¦xito de la ley debe medirse por el aumento de las denuncias, no por la evoluci¨®n de las muertes. "Es cierto que cuesta dar el paso y denunciar a la persona a la que se quiere, pero mientras se deciden a hacerlo, las mujeres deben romper la clandestinidad y hablar con sus familias o ponerse en contacto con los servicios sociales", a?ade Murillo. "Faltan centros que asesoren y apoyen a las mujeres para denunciar", denuncia ?ngeles ?varez, de la Red de Organizaciones Feministas contra la Violencia.
En los seis primeros meses de este a?o 29.835 ciudadanas han denunciado por maltrato a su pareja o ex pareja, un 3,9% m¨¢s que en el mismo periodo de 2005, seg¨²n la Delegada del Gobierno contra la Violencia, Encarnaci¨®n Orozco. Esta cifra, que excluye los datos de de las polic¨ªas auton¨®micas en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, aumenta a?o tras a?o. "?C¨®mo es posible que las mujeres sigan percibiendo que es m¨¢s peligroso denunciar que tolerar?", se pregunta Luc¨ªa Herranz, de la asociaci¨®n Comisi¨®n contra los Malos Tratos. "Muchas no denuncian por miedo insuperable", plantea Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, de la Federaci¨®n de Mujeres Separadas y Divorciadas.
- Juzgados saturados. Desde finales de junio de 2005, las denuncias por violencia machista van a los m¨¢s de 430 juzgados especializados en violencia sobre la mujer, a menudo saturados de trabajo. Una parte de ellos carecen, adem¨¢s, de unidades m¨¦dico forenses con expertos que valoren el riesgo de que el agresor vuelva a maltratar a la v¨ªctima, lamentan varios consultados.
Las denuncias, que ya mantienen nueve de cada 10 mujeres seg¨²n Encarnaci¨®n Orozco, son el primer paso para activar los mecanismos de protecci¨®n. Uno de los m¨¢s frecuentes es la orden de alejamiento. Puede dictarse sola o inscrita en una orden de protecci¨®n (6.688 acordadadas s¨®lo en el primer trimestre de 2006), un paraguas de medidas m¨¢s amplio.
- Tres de cada diez mueren tras denunciar. De las 52 v¨ªctimas de este a?o, 16 perdieron la vida tras presentar la denuncia. "De ellas, una se desdijo. De las 15 restantes, 10 pidieron medidas de protecci¨®n que se concedieron a nueve", enumera la delegada del Gobierno. "De esas nueve mujeres, tres renunciaron a la protecci¨®n. De las seis restantes, la mitad quebrant¨® el alejamiento dictado por el juez", concluye. En tres casos nada impidi¨® a los agresores acercarse a las v¨ªctimas. Encarnaci¨®n Orozco hace una llamada "de atenci¨®n para que las maltratadas sean conscientes del peligro".
- 15.000 ¨®rdenes de alejamiento. Unas 15.000 mujeres cuentan con la orden que obliga a sus agresores a mantenerse alejados, seg¨²n Soledad Murillo. De ellas, 4.500 disponen del tel¨¦fono m¨®vil (con bot¨®n de alarma y destinado s¨®lo a las mujeres con orden de protecci¨®n) que ofrece el Ministerio de Trabajo. Adem¨¢s, unas 700 mujeres tienen tel¨¦fonos entregados por la polic¨ªa y 3.300 disponen s¨®lo de un n¨²mero de tel¨¦fono para avisar a un agente policial, seg¨²n el Ministerio del Interior.
- ?Qui¨¦n vigila el agresor? Cuando el juez dicta un alejamiento debe comunicarlo a la polic¨ªa o a la Guardia Civil con una valoraci¨®n del riesgo de que se produzcan nuevas agresiones, explican en el Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica del Consejo General del Poder Judicial. Estos agentes son los principales encargados de la seguridad de la v¨ªctima, para lo que pueden contar con el apoyo de los polic¨ªas locales. Seg¨²n Interior, se dedican a ello 1.185 polic¨ªas y guardias (parte de ellos prejubilados) que atienden tambi¨¦n otros delitos familiares o sexuales, as¨ª como "los 50.000 agentes dedicados a seguridad ciudadana". "Es absurdo que cada polic¨ªa tenga a su cargo a 10 o 12 mujeres", afirma P¨¦rez del Campo, quien observa que "faltan recursos econ¨®micos" para atender a las v¨ªctimas pese al esfuerzo realizado.
- Sin escolta. "Es imposible poner un polic¨ªa detr¨¢s de cada agresor con orden de alejamiento o de cada protegida, asegura Soledad Murillo. "Las pulseras de localizaci¨®n para el agresor y la v¨ªctima, no funcionan con fiabilidad", a?ade. La v¨ªctima es, pues, la principal encargada de velar por su seguridad y avisar en caso de peligro. Seg¨²n el Ministerio de Trabajo, ninguna maltratada dispone de escolta de la Polic¨ªa Nacional o la Guardia Civil. Interior descarta financiar escoltas privados para ellas, tal como se hace para algunos cargos p¨²blicos. "Hay que vigilar mejor los alejamientos", plantea el m¨¦dico forense Miguel Lorente, experto del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, que acaba de entrar en funcionamiento. "Para proteger a las v¨ªctimas hay que tener siempre en cuenta el peligro del agresor", a?ade este experto. Con este objetivo, el Partido Popular viene demandando desde hace tiempo planes de protecci¨®n personalizados para cada una de las v¨ªctimas de violencia machista.
4.000 plazas en casas de acogida
"No se puede, ni con pulseras de localizaci¨®n, evitar que un agresor rompa una orden de alejamiento", afirmaba esta semana la consejera andaluza de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro. A?ad¨ªa que el ¨²nico modo de garantizar la seguridad de la v¨ªctima cuando existe un "riesgo inminente" es su ingreso en una casa de acogida.
La creaci¨®n de refugios para las v¨ªctimas es uno de los objetivos de la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero. A ello deben dedicarse en gran medida los 22 millones de euros que entre el a?o pasado y ¨¦ste el Gobierno distribuye a las comunidades aut¨®nomas. En 2004, exist¨ªan 4.144 plazas para las mujeres que hu¨ªan de los malos tratos. Se repart¨ªan entre 100 casas de acogida (2.155 plazas), 128 pisos tutelados (804 plazas) 35 centros de emergencia (463 plazas) y 30 establecimientos mixtos (722 plazas), seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno contra la Violencia.
Otra asignatura pendiente es el plan de prevenci¨®n contra la violencia. "Es urgent¨ªsimo aprobarlo, aunque sus efectos tardar¨¢n una d¨¦cada en verse", plantea ?ngeles ?lvarez, de la Red de Organizaciones Feministas contra la Violencia. Para el m ¨¦dico Miguel Lorente, autor de varios libros sobre las agresiones machistas, tambi¨¦n es urgente "mejorar la prevenci¨®n desde el terreno sanitario".
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