La afici¨®n por la lectura exige el compromiso de toda la sociedad, seg¨²n expertos reunidos en Bogot¨¢

S¨®lo en la medida en que exista un compromiso de toda la sociedad, los profesores dediquen un tiempo a leer en su disciplina libros de viajes, de literatura, de m¨²sica, de deporte, y la familia apoye esta din¨¢mica, la lectura estar¨¢ en el centro del aprendizaje y el conocimiento, camino esencial para mejorar las competencias comunicativas en la escuela.

?sta fue, como se?al¨® ?lvaro Marchesi, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Complutense, una de las principales reflexiones planteadas dentro del seminario Educaci¨®n y Lectura que reuni¨®, durante dos d¨ªas, a m¨¢s de 80 expertos en la capital de Colombia.

?La biblioteca forma lectores? Fue otra de las preguntas que gener¨® discusi¨®n en este evento, organizado, entre otros, por la Fundaci¨®n Santillana. El profesor y cr¨ªtico literario colombiano Jorge Iv¨¢n Parra fue rotundo: "La biblioteca no forma lectores". Para este maestro lo fundamental es llenar al alumno de razones para que lea determinado libro: "Hay que persuadirlos; una vez le¨ªdo un autor, ¨¦l por su cuenta, va a buscar otras obras en las librer¨ªas porque se lo quiere llevar a casa; las bibliotecas son para hacer consultas". Y puso un ejemplo: Bogot¨¢, seg¨²n han destacado muchas personas, cuenta con la mejor red de bibliotecas del mundo, con lo que "deber¨ªa ser entonces la ciudad lectora y est¨¢ muy lejos de serlo", dijo Parra.

?lvaro Marchesi -director del seminario- no comparti¨® del todo esta afirmaci¨®n: "La biblioteca no hace lectores, pero ayuda a hacer lectores; si surge el inter¨¦s por leer, encuentran los libros en las bibliotecas", se?al¨®.

Los bajos niveles de lectura en Am¨¦rica Latina se discutieron en este seminario. Graciela Guariglia, licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires fue clara: no es que los ni?os y j¨®venes no lean; es que no hay oportunidades para que ellos lleguen al libro. Y se quej¨® de la sobredosis de investigaciones y la falta de agilidad para implementar programas correctivos.

"S¨®lo si hay m¨¢s alumnos que estudien y con maestros mejor formados y remunerados, se podr¨¢n mejorar los indicadores en cinco a?os", asegur¨® Marchesi.