El genoma del c¨¢ncer de colon y mama
Un estudio identifica 189 mutaciones que causan los tumores m¨¢s frecuentes
Los cient¨ªficos han tardado 25 a?os en identificar los 200 genes relacionados con el c¨¢ncer que se conoc¨ªan hasta ayer. Desde hoy se conocen otros 189. Los ha descubierto de una sola tacada un consorcio de 11 laboratorios norteamericanos, y no son "genes del c¨¢ncer" en general, sino s¨®lo de colon y mama, dos de los tipos de tumores m¨¢s frecuentes.
La mala noticia es que cada tumor individual sigue su propio curso evolutivo, con mutaciones relevantes en unos 90 genes, de las que al menos 11 son cancerosas. La buena es que los farmac¨®logos tienen ahora 189 nuevas dianas contra las que dirigir sus dardos.
"El n¨²mero de mutaciones que ocurren durante la evoluci¨®n de los tumores humanos desde una fase benigna hasta otra metast¨¢sica es mucho mayor de lo que se pensaba", escribe en Science el equipo de 29 investigadores dirigido por Bert Vogelstein, Kenneth Kinzler y Victor Velculescu, del Instituto Howard Hughes en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE UU).
El trabajo es un buen ejemplo de las posibilidades que ha abierto para la medicina la secuenciaci¨®n del genoma humano. Hasta ahora, los genes implicados en el c¨¢ncer se hab¨ªan ido identificando uno a uno, a veces gracias a familias portadoras de tumores hereditarios, otras veces porque la alteraci¨®n del gen iba asociada a una aparatosa malformaci¨®n cromos¨®mica, y otras por una sospecha intuitiva. La gen¨®mica moderna permite coger un tumor y analizar todos sus genes, y eso es -casi- lo que han hecho Vogelstein y su equipo.
De los 23.000 genes humanos, los investigadores han examinado 13.023 -los que hasta la fecha est¨¢n bien descritos por los notarios del genoma- en 23 tumores de mama y otros tantos de colon. Cada tumor tiene decenas de miles de mutaciones (cambios de letra en el ADN), pero s¨®lo unas 90 han superado los exigentes criterios de "relevancia" que han aplicado los cient¨ªficos, y s¨®lo un promedio de 11 (la cifra oscila entre 3 y 23) afectan propiamente a "genes del c¨¢ncer": genes cuyas alteraciones estropean los controles de proliferaci¨®n de la c¨¦lula, o le confieren una ventaja selectiva en la competencia con las c¨¦lulas normales.
El hallazgo permite saber mejor qu¨¦ lleva a una c¨¦lula a descontrolarse hasta resultar cancerosa. Pero el mayor problema es que cada tumor tiene su propia estrategia gen¨¦tica para saltarse esos controles: ning¨²n tumor de mama, por ejemplo, comparte m¨¢s de seis genes mutantes con otros tumores del mismo tipo.
Si las esperanzas de encontrar estrategias terap¨¦uticas m¨¢s o menos generales contra el c¨¢ncer ya eran bajas, ?no son m¨ªnimas ahora?. "Est¨¢ claro que el enemigo es mucho m¨¢s formidable de lo que nos hab¨ªamos pensado", admite Vogelstein desde su laboratorio del Howard Hughes. "Pero el primer paso para derrotar a un enemigo es saber su plan de ataque, y siempre es mucho mejor conocerlo que subestimarlo", a?ade.
?En qu¨¦ puede ayudar el descubrimiento de esos 189 nuevos genes? "Para empezar, son 189 nuevas dianas contra las que desarrollar f¨¢rmacos", explica Vogelstein. "En segundo lugar, la descripci¨®n precisa de todas estas nuevas mutaciones ofrece muchas m¨¢s oportunidades para el diagn¨®stico". Algunas mutaciones podr¨¢n ser ¨²tiles para el diagn¨®stico temprano -pues habr¨¢n ocurrido cuando el tumor es todav¨ªa benigno- y otras para precisar el tipo de tumor de cada paciente concreto y decidir el tratamiento m¨¢s conveniente.
Vogelstein prosigue: "Cada c¨¢ncer parece tener unas 100 mutaciones que afectan la secuencia (el orden de los componentes) y la estructura de otras tantas prote¨ªnas. Estas prote¨ªnas anormales no est¨¢n en ninguna otra parte del cuerpo del paciente: s¨®lo est¨¢n en el tumor. Eso es como aportar 100 santos griales para los inmun¨®logos".
Por ¨²ltimo, el investigador puntualiza que la complejidad aparente puede muy bien reducirse cuando los nuevos genes se analicen m¨¢s en detalle. "Es cierto que hay un mont¨®n de genes diferentes implicados en estos c¨¢nceres, pero forman parte de unas pocas redes integradas, de unos pocos procesos que s¨ª podremos entender bien a fondo".
Vogelstein ha elegido para este estudio los tumores de mama y de colon por su alta frecuencia. Entre los dos, dan cuenta de 2,2 millones de nuevos casos diagnosticados al a?o en el mundo (un 20% de los diagn¨®sticos de c¨¢ncer), y de unas 940.000 muertes anuales (el 14% de todas las muertes por c¨¢ncer). Pero el cient¨ªfico no cree que estos dos c¨¢nceres tengan una especial complejidad gen¨¦tica. Su trabajo ha marcado la pauta que, a partir de ahora, deber¨¢n seguir los estudios gen¨¦ticos de los dem¨¢s tipos de tumor.
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