Orgullo torero

Orgullo torero

Ayer tom¨® la alternativa en Ronda, de la mano de su hermano Francisco. Cayetano Rivera Ord¨®?ez, 29 a?os, ha querido ser torero contra el temor de los suyos y el escepticismo de los taurinos, que ahora alaban su temple y valor. Benjam¨ªn de gloriosas dinast¨ªas del oficio, dice que es feliz. Ha encontrado su sitio. Por Luz S¨¢nchez-Mellado. Fotograf¨ªa de Isabel Mu?oz.

Tito, tienes que ayudarme. Es Caye. Este loco dice que quiere ser torero. Hay que quit¨¢rselo de la cabeza".

Junio de 2003. Curro V¨¢zquez, matador de toros, recibe la llamada en su pl¨¢cido retiro de Madrid. Hace siete meses que se ha cortado la coleta en la plaza de Vista Alegre con 50 a?os, despu¨¦s de 33 temporadas en cartel. La revelaci¨®n le pone "los vellos de punta". Su sobrino Francisco Rivera Ord¨®?ez -Patti Domingu¨ªn, su esposa, es prima de Carmen Ord¨®?ez- le pide socorro. Su hermano Cayetano quiere ser torero, y "¨¦ste lo que dice, lo hace". Con 26 a?os. Sin haber matado un novillo. Siendo bisnieto, nieto, sobrino, hijo y hermano de quien es. Una locura. Hay que actuar. Ya.

En realidad, Cayetano llevaba un a?o rumiando la decisi¨®n. Discreto, callado, reservado. Como es ¨¦l. Obstinado. Tomada la determinaci¨®n, s¨®lo hab¨ªa esperado a que su hermano acabara sus faenas en la Feria de San Isidro para soltar la bomba. Porque, en efecto, Cayetano habla poco, pero claro.

De nada sirvi¨® el gabinete de crisis dise?ado por V¨¢zquez. "Intent¨¦ razonar con ¨¦l. Le dije que era muy peligroso, que se jugaba mucho, que qu¨¦ necesidad ten¨ªa. Pero estaba decidido y, vi¨¦ndolo tan dif¨ªcil, llam¨¦ a Juan Antonio, a ver si a ¨¦l, que le tiene tant¨ªsimo respeto, le hac¨ªa caso". Juan Antonio Ruiz, Espartaco, matador de toros desde 1979, se qued¨® helado. Cayetano, torero. "Aprecio a los hermanos desde chicos. Su padre, Paquirri, me ayud¨® much¨ªsimo, me ofreci¨® su finca para entrenar. Cantora era como mi casa. Francisco siempre estuvo m¨¢s metido en esto y no me sorprendi¨® que toreara. Pero Cayetano? Siempre estaba fuera, estudiando en el extranjero. Ni me lo pod¨ªa imaginar". As¨ª que, igualmente escandalizado con la salida de Caye, Espartaco se puso a disposici¨®n de Curro: "Lo que haga falta, maestro".

Planearon la estrategia. "Quedamos a comer en Madrid. Curro y yo antes, para prepararnos. Si ¨¦l dice esto, t¨² contestas lo otro; si te sale por aqu¨ª, t¨² replicas por all¨¢", recuerda Ruiz. La cosa estaba hecha. Pero lleg¨® Cayetano. Y no hubo forma. "Nos dej¨® hablar hasta cansarnos", explica V¨¢zquez, "y entonces dijo: 'Os agradezco la preocupaci¨®n, pero voy a intentar ser torero. Con vosotros o sin vosotros". Francisco Rivera, Curro V¨¢zquez y Espartaco dieron la batalla por perdida. Pero no la guerra. Ten¨ªan un plan B.

Hace tres a?os de ese almuerzo. Cayetano acaba de matar dos novillos en la plaza de toros de Alicante. Corrida con Julio Ben¨ªtez -hijo de El Cordob¨¦s- y Eugenio P¨¦rez -joven promesa local- compartiendo cartel. Un pinchazo al segundo, un jabonero alto y reserv¨®n, le ha negado la puerta grande a Cayetano, que ha cortado una oreja al primero de su lote. Es medianoche del 20 de junio de 2006, plant¨¢ de las Fogueres de Sant Joan, y ha llegado por pelos al ¨²ltimo servicio de cocina del Club de Regatas.

Los toreros cenan tarde. La corrida no acaba antes de las nueve y media. Hay que llegar al hotel, quitarse el vestido, limpiarse de sangre y arena y salir pitando. Hoy ha habido una inmersi¨®n en agua con hielo -"el mejor antiinflamatorio natural"- prescrita por Hip¨®lito Gallardo, Poli, fisioterapeuta de la Selecci¨®n Espa?ola de Baloncesto y miembro ocasional de la cuadrilla. Cayetano -vaqueros camel, camiseta negra, alpargatas de esparto- tiene hambre. Casi no ha almorzado: "Arroz a la cubana, poco, se me cierra el est¨®mago antes de torear", y se desquita ahora con el men¨² de la casa. Croquetas de chipirones, habitas baby, arroz a banda y mousse de yogur. De beber, Fanta de naranja.

"Decid¨ª ser torero a los 26 a?os, s¨ª.

Llevaba m¨¢s de un a?o sopes¨¢ndolo. Alguna vez se me hab¨ªa cruzado la idea. Es normal que cuando tu familia se dedica a algo, te tiente hacer lo mismo. Pero nunca sent¨ª el empuje definitivo. Creo que fue la edad, tener las cosas m¨¢s claras, meditar lo que quer¨ªa hacer con mi vida, lo que me dio fuerza para decidirme. Lo que m¨¢s me pes¨® fue que pertenezco a la dinast¨ªa taurina m¨¢s antigua del mundo, con todo lo que eso compromete. Pero me motiv¨® el no quedarme con la duda. Mirar atr¨¢s y arrepentirme de no haberlo intentado. No quer¨ªa vivir con esa sensaci¨®n".

-Hay quien piensa que lo suyo es un capricho, una aventura de joven consentido.

-Para m¨ª habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil intentar ser astronauta. Puede que al empezar tuviera las puertas m¨¢s abiertas que otros, pero no a favor. Nadie cre¨ªa en m¨ª. Todos esperaban que me estrellara. No lo dec¨ªan, pero lo s¨¦. Entiendo que hubiera rechazo de los m¨ªos, que saben lo dif¨ªcil que es esto, y de los profesionales, que no me conoc¨ªan. Pensaban que estaba loco. Pero me sosten¨ªa saber que s¨®lo depend¨ªa de m¨ª, que estaba en mi mano convencerlos.

-?Cuesti¨®n de amor propio, entonces, quer¨ªa cerrar bocas?

-Dilo as¨ª, si quieres. ?Mira, qu¨¦ bonito!

Un despampanante castillo de fuegos artificiales sobre el mar siega las confidencias. En esta plaza hay que lidiar despacio.

Es dif¨ªcil imaginar un entorno me

nos proclive a la liturgia taurina que el impoluto minimalismo de un hotel AC. Ramiro Cur¨¢, 34 a?os, argentino criado en Ronda, amigo de la infancia de Cayetano y estudiante de sociolog¨ªa reconvertido en mozo de espadas, ha reservado cuatro dobles y dos sencillas en el AC Alicante para el novillero y su cuadrilla. Cur¨¢ tiene instrucciones al respecto: "Hoteles c¨®modos y discretos, fuera del circuito taurino. El d¨ªa de la corrida, Cayetano no quiere ver a nadie". As¨ª que Ramiro ha "montado la silla" -con el vestido de torear, la camisa, el corbat¨ªn, las zapatillas, la montera- en el ultramoderno sill¨®n de cuero y acero de la casa. Desde por la ma?ana, que al torero le gusta "verla ah¨ª, preparada", mientras lee, ve pel¨ªculas, oye m¨²sica, bucea por Internet en su port¨¢til o simplemente deja pasar las horas, completamente solo, hasta el momento de la verdad. Entonces, Ramiro entra de nuevo en escena. Los Rolling, U2 o Bon Jovi se desga?itan de fondo mientras viste a Cayetano. "Nunca es bastante ca?a antes de ponerte delante del toro".

Pero eso ha sido hace una eternidad. Concluida la traca, Cayetano no ve el momento de encerrarse en su cuarto. All¨ª lleg¨® a las cuatro de la madrugada, hace 21 horas, desde Ledesma (Salamanca), donde tore¨® ayer. Setecientos kil¨®metros tumbado todo lo largo que es -1,76 metros- en el asiento de napa color mantequilla de su Peugeot 607 204 HDI gris ceniza. Al volante, Miguel L¨®pez, 30 a?os, su ch¨®fer. Buena paliza. "No creas. Desde Nimes (Francia) hasta Los Barrios (C¨¢diz), fueron 1.500 kil¨®metros en una noche, a 150 de media. Hay que llegar enseguida al hotel para que el torero duerma antes de la corrida. ?Los puntos? En el aire", admite el conductor.

Ramiro y el resto de la cuadrilla fueron en la Peugeot Boxer plata, cortes¨ªa de la firma francesa, que completa la flota de Cayetano. Atr¨¢s, milim¨¦tricamente encastrados, los bultos con los vestidos y los trastos de bregar, lidiar y matar. Capotes, muletas, espadas, estoques, y el vaso de plata para que el maestro se refresque durante la faena. Antes de cenar, Cur¨¢ y Roberto, el ayuda, han colgado en la azotea del hotel el traje frambuesa y azabache con el que Cayetano ha lidiado en Alicante, despu¨¦s de darle una mano con jab¨®n en la ba?era. Ma?ana estar¨¢ seco. Hay que ir a Badajoz. Otros 800 kil¨®metros m¨¢s para el cuerpo.

Tras el pinchazo en hueso de Madrid, los tres toreros: Curro V¨¢zquez, Espartaco y Francisco Rivera, pidieron refuerzos a sus mayores. Antonio Ruiz, Espartaco padre, 70 a?os de afici¨®n, recibi¨® el encargo de desbravar al aprendiz. El plan era ¨¦ste: julio y agosto encerrado en Majasviejas, la finca de Espartaco en Constantina (Sevilla). Solo. Sesiones intensivas de ejercicio f¨ªsico, toreo de sal¨®n, tientas, capeas, fil¨ªpicas taurinas a discreci¨®n. Del alba al ocaso. Con 40 grados a la sombra. Sol y moscas. Toro, toro y toro. Un m¨¢ster gratis. Un regalo envenenado.

"El objetivo era aburrirlo, que con la dureza del entrenamiento se le pasaran las ganas de ser torero", admite V¨¢zquez. "Si no tienes mucha afici¨®n, no lo soportas", corrobora Espartaco. Pero Cayetano aguant¨®. Los juramentados claudicaron. "Cuando vimos que segu¨ªa con su idea y que a ¨¦l solo le iba a costar mucho trabajo, dijimos: habr¨¢ que estar con ¨¦l".

Ah¨ª siguen. El 26 de marzo de 2005, Cayetano Rivera Ord¨®?ez, de azul celeste y oro, debut¨® de novillero en la plaza de Ronda, feudo de su abuelo Antonio Ord¨®?ez, apoderado por el maestro Curro V¨¢zquez. Ten¨ªa 28 a?os. Con ¨¦l en cartel, los diestros Espartaco y Francisco Rivera. Ayer, 102 novilladas y m¨¢s de 150 orejas despu¨¦s, Cayetano tom¨® la alternativa de la mano del instigador de la conspiraci¨®n, su hermano Francisco, en un mano a mano en el 50? aniversario de la goyesca de Ronda. El c¨ªrculo se cierra.

Cayetano Rivera Ord¨®?ez naci¨® el 13 de enero de 1977 en Madrid. Segundo y ¨²ltimo hijo del matrimonio compuesto por el matador de toros Francisco Rivera, Paquirri, y Carmen Ord¨®?ez -hija del m¨ªtico Antonio Ord¨®?ez; nieta de Cayetano, Ni?o de la Palma; sobrina de Luis Miguel Domingu¨ªn-, es una celebridad desde antes de nacer. Benjam¨ªn de las m¨¢s gloriosas dinast¨ªas taurinas, su vida est¨¢ profusamente documentada en las hemerotecas, videotecas y archivos gr¨¢ficos del pa¨ªs. Su bautizo. Su primer d¨ªa de colegio. Su comuni¨®n. Sus veranos en el campo con el abuelo Ord¨®?ez o en la playa con el abuelo Rivera. La separaci¨®n de sus padres y sus sucesivas nupcias. El nacimiento de sus hermanos Francisco Rivera Pantoja (1984) y Juli¨¢n Contreras Ord¨®?ez (1986). La agon¨ªa de su padre, cogido de muerte por el toro Avispado, en Pozoblanco, el 26 de septiembre de 1984. La carrera taurina de su hermano Francisco, de novillero a figura del toreo. La muerte de su abuelo Antonio Ord¨®?ez, el 19 de diciembre de 1998. Su propia boda con la modelo Blanca Romero, el 26 de octubre de 2001 en Gij¨®n, y su separaci¨®n, menos de tres a?os despu¨¦s. El declive y muerte de su madre, en fin, hallada sin vida en su casa de Madrid el 23 de julio de 2004, a los 49 a?os.

Muchas bodas y divorcios. Demasiados funerales. En las fotos, el ni?o guapo y rechoncho -Bolita, le llamaban-, con el pelo a taz¨®n y los ojos verdeazules, mira serio a c¨¢mara o baja los ojos con fastidio. Luego muta en adolescente desgarbado que, despu¨¦s de un mutis de a?os, se reencarna en un hombre de incontestable apostura con todo un pasado a la espalda.

Separado. Padre devoto de la hija de siete a?os de su ex esposa. El novillero de moda, a plaza llena por corrida. El pr¨ªncipe del toreo que ense?a maneras a Adrien Brody, Manolete para el cine. La esperanza de la fiesta para una afici¨®n desanimada por el tedio de un escalaf¨®n inm¨®vil desde hace una d¨¦cada. El presunto ¨²ltimo novio de Pen¨¦lope Cruz -irresistible posibilidad- para cierta prensa ¨¢vida de rentabilizar semejante concentraci¨®n de leyenda, belleza, tradici¨®n y modernidad en un hombre. Desde los tiempos del abuelo Ord¨®?ez -Hemingway le adoraba; Orson Welles est¨¢ enterrado en su casa El Recreo de San Cayetano de Ronda- o el t¨ªo Luis Miguel Domingu¨ªn y sus d¨ªas con Ava Gardner, Picasso o Cocteau, no se hab¨ªa generado tanta expectativa dentro y fuera del ruedo. Pero ¨¦l sigue sin decir esta boca es m¨ªa a los micr¨®fonos que le asedian. Otros declaran, confirman o desmienten. Cayetano calla.

Si, como dec¨ªa Max Aub, un es de donde hace el bachillerato, Cayetano Rivera Ord¨®?ez tiene algo de helv¨¦tico en el coraz¨®n. El colegio Beau Soleil de Villars-sur-Ollon, en plenos Alpes suizos, lleva desde 1910 dando mundo a los hijos de la buena sociedad internacional. All¨ª fue enviado a los 14 a?os Cayetano despu¨¦s de una infancia feliz en Sevilla y Madrid. "Recuerdo los veranos con mi padre, en Cantora. O con mi abuelo, en Ronda, en El Jud¨ªo o Los Tinaones. ?ramos unos cafres. Jug¨¢bamos al f¨²tbol con la cuadrilla de mi padre, o con mis primos a los sanfermines: los que iban en bici eran toros, y los que corr¨ªan, mozos. Luego he hecho alguna vez los de verdad. Tambi¨¦n jug¨¢bamos al escondite a caballo, o al Un, dos, tres; lo pas¨¢bamos genial".

Pero, pasada la EGB, Carmen Ord¨®?ez ten¨ªa otros planes para Cayetano. Francisco ya hab¨ªa debutado de novillero -el 7 de agosto de 1991, en Ronda- a los 17 a?os, de la mano del abuelo, y la posibilidad de otro torero en la familia la espantaba. Adem¨¢s, Caye era buen estudiante, y el padre y ella, en vida, hab¨ªan acordado la conveniencia de mandar a los chicos a estudiar fuera. Mejor poner tierra de por medio.

Gerardo Salvador, empresario valenciano de 30 a?os, fue compa?ero de Cayetano en Beau Soleil. Diez o doce estudiantes por clase, 150 alumnos en total. Adolescentes ricos de medio mundo -del hijo de un maharaja indio al heredero de un petrolero tejano- estudiando bachillerato en ingl¨¦s, lejos de casa. "?ramos unos bestias", admite Salvador. "El deporte era una apuesta escolar, y esqui¨¢bamos a diario. Disfrut¨¢bamos mucho de la adrenalina, era como una droga. Nos conoc¨ªamos todos los fuera de pistas, hac¨ªamos barbaridades. Cayetano era el m¨¢s r¨¢pido, atrevido y competitivo. Conoci¨¦ndole y sabiendo que los toros siempre estaban ah¨ª, no me sorprendi¨® su decisi¨®n. Eso s¨ª, siendo como es, no se conformar¨¢ con ser del mont¨®n".

Gerar recuerda a "Caye" como un estudiante "correcto". Le gustaba la historia y el franc¨¦s y flojeaba en matem¨¢ticas. "Cuatro a?os en aquel colegio, amable pero estricto; mixto, pero muy conservador, nos curti¨® el car¨¢cter. Esos inviernos a diez grados bajo cero, solos, nos hicieron como somos. Hab¨ªa ni?os mimados, malos estudiantes, como yo, y chicos como Cayetano que, simplemente, hab¨ªan ido a parar all¨ª, pero hemos acabado todos con el mismo molde". Chicos fuertes, estoicos, hechos a s¨ª mismos, acostumbrados al fr¨ªo fuera y dentro del cuerpo. "Cayetano es generoso, reflexivo, algo reservado, s¨ª, pero de una pieza. Tiene una gran vida interior. Si no habla, no es porque no tenga nada que decir, sino porque, ante el barullo que le ha rodeado siempre, ha elegido esa postura, y me parece un signo de su inteligencia".

Gerardo, que dice no haber visto a Cayetano sufrir -"claro que ha sufrido, y mucho, pero ¨¦l se lo come todo, no lo exterioriza"-, sabe de ese temple frente al dolor. "Mi padre muri¨® cuando yo ten¨ªa 22 a?os y tuve que ocupar su puesto". Propietario de la cadena de chucher¨ªas Bel Ros, Salvador ha pasado de 20 a 200 tiendas en ocho a?os. Mister Derek estar¨ªa orgulloso.

Derek Lineham era el jefe de estudios de Beau Soleil y el profesor favorito de Cayetano. Daba historia e international affaires. Ahora dirige el colegio y contesta encantado al correo electr¨®nico. "Cayetano es noble. Aceptaba las cr¨ªticas cuando estaban justificadas y apreciaba a los profesores firmes, pero justos", escribe. "Era, adem¨¢s, fuerte y bien coordinado, lo que imagino que le ayudar¨¢ en la carrera que ha escogido. No me ha sorprendido que quiera ser torero. Posee el coraje necesario para tener ¨¦xito en esa profesi¨®n". Lineham quiere enviarle un consejo a su ex pupilo: "S¨¦ t¨² mismo y, en caso de duda, relee a Kipling. Su poema If es, en caso de duda, una completa filosof¨ªa de vida".

As¨ª que parec¨ªa que Carmina se hab¨ªa salido con la suya. Cayetano no apuntaba maneras de torero. A la vuelta de Villars empez¨® empresariales. Pero "se aburr¨ªa much¨ªsimo". Y se tom¨® "un a?o sab¨¢tico" antes de irse a la mili -"infanter¨ªa de marina, en San Fernando, me gusta la acci¨®n"- y a estudiar cine en una elegante escuela de Los ?ngeles. De vuelta a Madrid, con 24 a?os, comienza a trabajar en General de Imagen, la productora de su t¨ªo Miguel (Domingu¨ªn) Bos¨¦, en la que se brega en el oficio cocinando desde el anuncio de un asador de pollos a la trastienda de El anfitri¨®n, la aventura televisiva de Boris Yzaguirre para Tele 5 (2000). Hasta 2001, el a?o en que se muda a "Gij¨®n".

El nombre de la ciudad asturiana es la elipsis que elige Cayetano para referirse a su matrimonio. Terreno vedado a prospecciones m¨¢s profundas. All¨ª monta el germen de una productora propia con la idea, "entre otras", de realizar un documental sobre Francisco Rivera, Paquirri. "Siempre me ha sabido muy mal que la ¨²nica imagen que mucha gente tiene de mi padre sea la del v¨ªdeo que ponen todos los a?os en el aniversario de su muerte. Nunca he podido verlo", admite. Pero, seg¨²n ¨¦l mismo reconoce, los toros empezaron a rondarle por la cabeza y, despu¨¦s de un a?o de darle vueltas, no hubo marcha atr¨¢s.

28 de julio de 2006. Cayetano se acuerda de Gerardo, por supuesto. De hecho, Gerar, con Nacho, el italiano Alejandro Banchio y otro mexicano del Beau Soleil son hoy los cinco de Villars, el n¨²cleo duro de sus amistades, aunque vivan en diferentes continentes. Llamadas telef¨®nicas, correos electr¨®nicos, peri¨®dicas "quedadas" para hacer esqu¨ª, rafting o submarinismo en cualquier punto del mundo les mantienen unidos. Tampoco ha olvidado a Mr. Derek -"choc¨¢bamos, pero nos respet¨¢bamos"-, ni el g¨¦lido Villars-sur-Ollon. As¨ª se llamaba el a?o pasado uno de sus capotes de brega. "Lo usaba cuando hac¨ªa viento y fr¨ªo, como all¨ª". El resto tambi¨¦n ten¨ªa nombre de ciudades: Los ?ngeles, Ronda? Gij¨®n: "all¨ª est¨¢ mi hija", concede.

Pero eso era el a?o pasado. Esta temporada, Cayetano ha puesto a sus telas nombres de artistas. Picasso, Van Gogh, Dal¨ª, Botero, Calatrava. Adora el arte y, con los emolumentos de sus dos temporadas de novillero, ha iniciado una ecl¨¦ctica colecci¨®n de piezas contempor¨¢neas. Su ¨²ltima adquisici¨®n, un dibujo de Jo?o Onofre (Lisboa, 1976), un artista multidisciplinar de la ¨²ltima vanguardia portuguesa, da idea de sus gustos. En las ant¨ªpodas del costumbrismo taurino.

"Igual le pongo a ¨¦ste Isabel", dice, desplegando un capote sin nombre y lanz¨¢ndole de paso un cumplido a la fot¨®grafa, que sigue sus evoluciones en la arena de la plaza de toros de San Agust¨ªn de Guadalix. En esta placita de pueblo entrena Cayetano cuando anda por Madrid. Hoy ha venido con ?ngel Prados y Fernando P¨¦rez, banderilleros de su cuadrilla. Prados, de 40 a?os, es el m¨¢s veterano de un grupo de hombres del toro "j¨®venes, pero profesionales con experiencia" creado a la medida de Cayetano por Curro V¨¢zquez. Aceptado lo inevitable, V¨¢zquez se ha desvivido por la carrera de su sobrino y apoderado.

"Lo primero era ense?arle a defenderse, a nadar como quien dice", recuerda Curro. Toreo de sal¨®n, que aprendiera y se sacrificara. Luego fuimos al campo, a tentaderos, a torear becerras. Tambi¨¦n le organic¨¦ charlas con Rafael de Paula o Anto?ete, grand¨ªsimos toreros de los que se aprende s¨®lo con escucharles. Antes de debutar mat¨® bastantes novillos, s¨ª, tenemos muchos amigos ganaderos. Al principio le ayudaban por amistad con su padre, pero luego ve¨ªan que Cayetano ten¨ªa posibilidades y se iban ilusionando. Se fue creando un runr¨²n muy bueno, y luego, gracias a Dios, ha ido todo muy bien".

M¨¢s all¨¢ de la peculiar contabilidad taurina: vueltas al ruedo, orejas, rabos, salidas a hombros, Cayetano, a secas -"estoy orgulloso de mis apellidos, pero quiero ser yo mismo"-, ha cosechado buenas cr¨ªticas. "Cayetano es otra pel¨ªcula", titulaba la suya Rosario P¨¦rez, de ABC, tras la tarde de Alicante. "Zapatillas clavadas", empezaba Paco Delgado su rese?a en La Raz¨®n.

"Cayetano ha removido el panorama, est¨¢ llevando gente a la plaza", confirma Manolo Mol¨¦s, veterano cr¨ªtico taurino de la SER y Canal +. "Domina la plaza, sabe andar, tiene gusto, pellizco, torer¨ªa, y eso se ve desde el principio y ni se compra ni se vende, aunque es evidente que ha tenido una carrera y una elecci¨®n de plazas y ganader¨ªas muy estudiada. Es un torero con personalidad y empaque, m¨¢s en la l¨ªnea de su abuelo Antonio Ord¨®?ez que de su padre, Paquirri. Un gran proyecto, a¨²n, pero muy ilusionante, que apetece mucho. Si cuaja, estamos ante un torero de culto que puede marcar una ¨¦poca".

Juan Antonio G¨®mez-Angulo, abogado, ex secretario de Estado para el Deporte en el ¨²ltimo Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, es quiz¨¢, despu¨¦s de la cuadrilla, la persona que m¨¢s veces ha visto torear a Cayetano. "Una de cada dos corridas", admite. Coge coche, avi¨®n, tren o autocar, se planta donde sea, y vuelve a Madrid a tiempo de abrir el despacho. Desde los tiempos de Joselito y Jos¨¦ Tom¨¢s, ning¨²n torero le hab¨ªa motivado tanto. "Cayetano ha roto la monoton¨ªa del escalaf¨®n, en el que Ponce lleva mandando 14 a?os. Voy a verle ego¨ªstamente, s¨¦ que lleva dentro el toreo que me gusta. Es como el arte: no se puede ir a una exposici¨®n de toreo, pero si vas a la plaza y ves un destello de lo que te gusta, el viaje habr¨¢ merecido la pena. Tiene un temple prodigioso, es un torero valiente, desprende magia. Te preguntas c¨®mo es posible que este hombre haya estado tanto tiempo sin torear toreando como torea".

El letrado ejerce, adem¨¢s, de cronista celular para el pu?ado de incondicionales -un grupo heterog¨¦neo de una docena de personas: aficionados, familiares, ganaderos- que sigue a Cayetano por las plazas del pa¨ªs. "Como saben que voy a los sitios m¨¢s raros, me han comisionado y les mando un SMS con el resumen de la faena". "Francia conquistada, Cayetano a hombros", rezaba el del 4 de junio, presentaci¨®n del novillero en la Arena de Nimes. Por pasi¨®n, que no quede, aunque nadie es perfecto: "Quiz¨¢ le falte algo de variedad con el capote", concede G¨®mez, "pero el toreo profundo no necesita m¨¢s que la ver¨®nica, y Cayetano, la ver¨®nica, la borda".

?ngel Prados, l¨ªder de la cuadrilla, entra al trapo de Cayetano con el carret¨®n de entrenamiento en la plaza de San Agust¨ªn. La cuadrilla est¨¢ "contenta" con "su torero". "Cuando me llam¨® Curro", admite Prados, no me convenc¨ªa mucho. Era su sobrino, y quiz¨¢ me hablaba con mucha pasi¨®n. Pero le vi en el campo y ya apuntaba maneras, aunque estaba muy verde. Ha tenido una evoluci¨®n muy buena. La t¨¦cnica se aprende, pero tiene dos cosas que o las tienes o no las tienes, te llames como te llames: temple y valor".

Cayetano, adem¨¢s, paga bien. ?l puede. Cobra m¨¢s que cualquier otro novillero y que muchos matadores de toros. Nunca menos de 18.000 euros por corrida, aunque, dependiendo de la plaza, la taquilla y la capacidad de negociaci¨®n del apoderado, la cifra puede alcanzar bastante m¨¢s del doble. A una media de 25.000 euros, cien corridas en dos temporadas, son dos millones y medio de euros. Un buen comienzo. Aunque de ese montante hay que descontar los honorarios de la cuadrilla, los gastos de log¨ªstica y el porcentaje del apoderado. Los contratos de imagen que mantiene con la firma de relojes suiza Victorinox, o las clases particulares que imparti¨® a Brody este invierno, contratado por Lola Films, la productora de Manolete, tambi¨¦n obran en el activo de la firma. Porque Cayetano es una empresa. Y sabe c¨®mo funciona el negocio.

Y si duda, para eso est¨¢ Francisco Gordillo, su "gestor de derechos de imagen". Amigo del alma -es otro golden boy del Beau Soleil-, Gordillo, 35 a?os, hijo del hist¨®rico manager Paco Gordillo -Raphael es su padrino-, vio enseguida las posibilidades del diamante Cayetano. "Es m¨¢s que un torero. Es una celebrity internacional", sostiene. Como tal, "se le hizo un estudio de atributos, y se le propuso un posicionamiento en el mercado". Cayetano es "el cliente principal" de Splendor, la firma de representaci¨®n creada por Gordillo y que lleva tambi¨¦n la imagen de Ronaldo. Un vistazo a la web www. cayetanorivera.es da idea de por d¨®nde van los tiros. Puro marketing. La zona Y, por ejemplo, pensada para fans, promete enviar pronto por SMS los resultados de las corridas. "Claro que hay gente que va a la plaza por ser quien es o para verle los ojos verdes. Cayetano es guapo, eso es un hecho, y nosotros no gestionamos hechos, potenciamos valores. Lo que tiene que hacer Caye es llenar plazas. La composici¨®n del p¨²blico no es asunto nuestro", arguye el web-master.

La jerga suena a chino en un oficio que ha evolucionado poco desde que Pepe-Hillo sentara las bases del toreo moderno en su Tauromaquia, all¨¢ por 1796. El maestro V¨¢zquez deja bien clara la raya: "Todo eso est¨¢ muy bien, pero mi parcela son los toros, y ¨¦sos, que no me los toquen".

Entre otras cosas, Cayetano despacha con Gordillo sobre la conveniencia, o no, de aparecer en determinados medios de comunicaci¨®n o asociar su nombre a seg¨²n qu¨¦ marcas. Ambos conocen, no obstante, el valor del silencio. Rechazar 400.000 euros de cierta revista rosa por las fotos con Brody y ced¨¦rselas a Vogue a cambio de un reportaje de m¨¢s de 20 p¨¢ginas puede ser una ¨®ptima inversi¨®n de futuro. Gordillo lo sabe. Cayetano, tambi¨¦n. Otros le aconsejan, pero siempre es ¨¦l el que decide.

Por cierto, que es la novia de Gordillo, responsable de exposiciones de la Sociedad Estatal para la Acci¨®n Cultural Exterior, la que asesora al Cayetano coleccionista. Todo queda en casa. Literalmente. Gordillo, Cayetano y Ramiro (Cur¨¢), el mozo de espadas, comparten casa en una urbanizaci¨®n madrile?a. ?Por qu¨¦? Porque s¨ª. "Trabaj¨¢bamos juntos y nos ven¨ªa bien a todos", explica Cayetano, que anuncia, no obstante, la ruptura del tr¨ªo para las pr¨®ximas semanas. El maestro, despu¨¦s de lograr rodearse de una corte de fieles que "le permite estar tranquilo y pensar s¨®lo en el toro" y, a la vez, le blinda del exterior, desea volar solo. En enero cumple 30 a?os. Quiere su finca, s¨ª: "Es muy bueno para un torero tener su espacio". Y su propio fund¨®n de espadas, para sustituir el de su t¨ªo, Curro V¨¢zquez, en el que guarda ahora sus cuatro estoques. Quiere ser ¨¦l mismo. De una vez.

"Es una de las cosas buenas de haber empezado tarde. Yo decido. La gente en quien conf¨ªo. Lo que quiero y lo que no quiero hacer. ?Que si voy por libre? No es eso, es tener las riendas de tu vida, de tu carrera".

-?Qu¨¦ siente toreando?

-Me siento vivo. Es por el miedo, el riesgo, la sensaci¨®n de dominio y poder. La adrenalina engancha. Yo me he enganchado.

-?Qu¨¦ le dir¨ªa a un chico de su edad, que pasa de los toros y prefiere ir al Festival de Benic¨¤ssim?

-Que los dos nos movemos por lo mismo: sensaciones. Y que es cierto que el mundo de los toros es de los que m¨¢s est¨¢n tardando en adaptarse a la modernidad. Creo que es un error.

11 de agosto de 2006. Ramiro llega de milagro a vestir a Cayetano. El atasco de la Operaci¨®n Virgen de Agosto -ocho millones de desplazamientos, avisa la DGT- est¨¢ a punto de dejarle varado en la N-VI camino de El Escorial, donde espera Cayetano para salir a la plaza en una de sus ¨²ltimas novilladas antes de la alternativa. En el callej¨®n, Cayetano se estira, rota el cuello, brujulea arriba y abajo, junta las manos sobre el burladero, muerde el capote. Siente el miedo "en los latidos de las sienes". 150 pulsaciones, aporta Poli. Pesa tres kilos m¨¢s que cuando acabe la faena. Dicen que Cayetano es feliz, que ha encontrado su sitio. "Puede que ¨¦ste sea mi lugar, en este momento. Pero no me veo 10 a?os toreando. Tengo unos retos, unos objetivos. Luego, me ir¨¦".