"Debemos aprender la lecci¨®n de Brasil"
Jos¨¦ Edmilson recuper¨® el pasado s¨¢bado la titularidad como medio centro del Bar?a en el partido contra Osasuna. Una vez superada la lesi¨®n en una rodilla que le impidi¨® participar en el Mundial de Alemania, su regreso a la selecci¨®n brasile?a ha sido impactante: Dunga, el nuevo seleccionador, le ha entregado el brazalete de capit¨¢n. Acaba de cumplir 30 a?os y el sol alumbra de nuevo su paso.
Pregunta. Parece que ha dejado de llover... M¨¢s que nada, por las lesiones, que le han martirizado.
Respuesta. Es una constante en mi vida encontrarme con dificultades. La lesi¨®n que me priv¨® de jugar el Mundial est¨¢ olvidada. Fue seguramente el golpe m¨¢s duro de mi carrera. Pero una vez m¨¢s toc¨® levantarse y volver a caminar.
P. A sus 30 a?os, ha ganado diez t¨ªtulos de manera consecutiva, es capit¨¢n de Brasil y medio centro del Bar?a. ?C¨®mo definir¨ªa un momento tan excitante?
R. Como ilusionante. Desde la perspectiva futbol¨ªstica, me siento muy maduro. Contra Osasuna, durante el partido, me sorprend¨ª a m¨ª mismo dando ¨®rdenes. Creo que empiezo a saber qu¨¦ es eso de la experiencia y para qu¨¦ sirve.
P. ?sta es su tercera temporada en el Bar?a, aunque, a efectos pr¨¢cticos, sea la segunda, que, dicen, es la m¨¢s dif¨ªcil...
R. La m¨¢s dif¨ªcil fue la primera. Por culpa de una grave lesi¨®n s¨®lo jugu¨¦ seis partidos. El curso anterior, 39. La ¨²nica manera que tengo de sentirme satisfecho es ser ¨²til al equipo. En la parte individual no he aparecido mucho, es cierto.
P. Ni siquiera ha marcado un gol en los dos ¨²ltimos ejercicios.
R. A eso me refiero. Mi aportaci¨®n no es vistosa, pero, t¨¢cticamente, estoy haciendo lo que me pide el entrenador y eso me deja satisfecho. Juego en una posici¨®n muy complicada, de mucha responsabilidad, y eso condiciona mi juego. Muchas veces tengo ganas de salir con la pelota y llegar al ¨¢rea contraria, pero no puedo hacerlo, no puedo perder el bal¨®n.
P. "Si falla el medio centro, la defensa est¨¢ vendida", dicen los entrenadores.
R. Es cierto, soy el ¨²nico jugador del equipo que no puede perder la pelota. Eso exige una mentalizaci¨®n muy grande. El error m¨¢s tonto nos puede costar un gol. El ejemplo es el partido con el Zaragoza el a?o pasado o el del Chelsea en la primera temporada. Si evitamos esos errores, tenemos mucho ganado. Sabemos que no vamos a ganar todos los partidos, pero lo que no podemos hacer es perderlos por culpa nuestra.
P. Como defensores que son del t¨ªtulo, ?aumenta la exigencia?
R. Claro. El Bar?a es como Brasil y tenemos muy presente la lecci¨®n del ¨²ltimo Mundial. Debemos hacer respetar nuestra camiseta, que el rival nos respete. Pero eso s¨®lo se conseguir¨¢ si sabemos controlar los egos y mantener una conducta humilde en el vestuario. No podemos complicarnos la vida crey¨¦ndonos los mejores.
P. ?Eso fue lo que le pas¨® a Brasil en el Mundial?
R. En l¨ªneas generales, el Mundial fue malo. Y en lo que respecta a Brasil, horrible. En el f¨²tbol de hoy d¨ªa no basta con tener talento. S¨®lo el espect¨¢culo no vale. Hay que ser m¨¢s pr¨¢ctico, como Italia: no hizo nada del otro mundo, pero gan¨® el t¨ªtulo.
P. No debe de ser f¨¢cil manejarse cuando todo el mundo, literalmente, les dio por ganadores del t¨ªtulo antes de empezar a jugar.
R. Con Brasil no puede jugar cualquiera. Mentalmente, debes ser muy fuerte. Para los brasile?os, el castigo a nivel mental es muy duro por la exigencia que les envuelve. Pero en el Bar?a pasa lo mismo. El riesgo es creerte el elogio. Entonces, est¨¢s perdido. Por eso nuestro ejemplo debe ser Brasil. En el Mundial nos ense?¨® el camino. Salvando las distancias, a nivel de club, el Bar?a es Brasil. Y, por muy buenos que seamos, tenemos que demostrarlo cada d¨ªa. Una tarde daremos espect¨¢culo, pero muchas otras tendremos que pensar s¨®lo en la victoria y ser pr¨¢cticos. Por ejemplo, en Par¨ªs no jugamos bien, pero era la final de la Copa de Europa y ganamos. Tambi¨¦n es verdad que el ¨¢rbitro se carg¨® aquel partido y lo condicion¨® al anular el gol de Giuly y expulsar a Lehmann.
P. Usted s¨®lo jug¨® la primera mitad de ese partido. ?Ya estaba lesionado?
R. S¨ª, ten¨ªa molestias.
P. ?Por qu¨¦ no lo dijo?
R. Despu¨¦s de jugar contra el Milan, tuve molestias. Los m¨¦dicos del Bar?a me miraron, pero no se advert¨ªa nada. Llegu¨¦ a Brasil y, tras unos d¨ªas de trabajo, ma?ana y tarde, ya eran insoportables. La vida es as¨ª. Yo, a los 14 a?os, beb¨ªa y beb¨ªa. No ten¨ªa nada m¨¢s en la vida. El f¨²tbol me dio otra oportunidad y aqu¨ª estoy.
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