Marat¨®n del pase
Diarra, el jugador m¨¢s activo de la Liga con una cesi¨®n cada minuto, regresa a Ly¨®n, escenario de su consagraci¨®n
"?Siii...!", asiente Sergio Ramos, cuando le preguntan si, como central, siente la presencia de Mahamadou Diarra. "Baja a ayudar a la defensa, roba muchos balones, pero tambi¨¦n le gusta irse para arriba y participar en ataque. Emerson es m¨¢s est¨¢tico, m¨¢s de guardar la posici¨®n. Pero s¨®lo por una cuesti¨®n de fondo aer¨®bico. ?Diarra no para de correr!".
Diarra, esa extra?a especie de jugador-maratoniano surgido de la cantera del N¨ªger, regresa al estadio de Gerland tres semanas despu¨¦s de haberlo abandonado jurando que ese no era lugar para un futbolista como ¨¦l. "Mi Dios lo ha querido as¨ª", dice ¨¦l, con la convicci¨®n de que ante los ojos de Al¨¢ "est¨¢ todo escrito". Incluso su vuelta.
Hace exactamente un a?o, el 13 de septiembre de 2005, el Madrid cay¨® goleado en el estadio Gerland de Ly¨®n (3-0). Aquella noche Diarra fue un rodillo. Ayer, con la camiseta cambiada, dijo: "No he regresado para perder".
Durante los cuatro a?os que jug¨® con la camiseta del Lyon se convirti¨® en un hombre admirado por los entrenadores como Capello. La semana pasada, el t¨¦cnico italiano se asom¨® a la puerta de los vestuarios del Madrid, se acomod¨® las gafas de montura azul cobalto, y estir¨® los pliegues de su cara en un gesto profundo, como si su cerebro estuviese a punto de destilar la ¨²ltima gota del filtro m¨¢gico del f¨²tbol. "Diarra es un gran jugador", mascull¨®, con voz de marinero.
Desde hace tres semanas, Diarra est¨¢ a las ordenes de su gran patrocinador. Ning¨²n futbolista representa m¨¢s perfectamente lo que Capello espera de un centrocampista. A tenor de las mediciones de los dos primeros partidos de Liga, el maliense es el jugador del Madrid que m¨¢s kil¨®metros recorre de media. Tambi¨¦n es el que m¨¢s balones recupera. Con diferencia: un bal¨®n robado cada diez minutos, frente a uno cada 12 de Cannavaro y cada 19 de Emerson.
La hiperactividad de Diarra llega m¨¢s lejos. En las dos primeras jornadas del campeonato ha dado m¨¢s pases que nadie en toda Espa?a. En total, 172 env¨ªos (uno por minuto), dos m¨¢s que Deco y 25 m¨¢s que M¨¢rquez, que le siguen en la lista. Para conseguirlo, Diarra ha recorrido todos los rincones de la cancha. Acompa?¨® todas las jugadas y hasta se luci¨® con un toque de primera, con Cassano como destinatario, en el gol de Van Nistelrooy que abri¨® el marcador contra el Levante.
Diarra es el hombre sobre cuyos hombros Capello ha depositado al equipo. Queda por ver si todo este volumen de acciones, esta exhibici¨®n de buena salud, se traduce en f¨²tbol bien hecho. Dicen en Bamako, capital de Mali, que all¨ª Diarra es respetado como un pr¨®cer. Que cuando se sienta en las terrazas a tomar zumo de pi?a, los juglares entonan himnos en su honor: "Diarra, el guerrero, hijo y nieto de guerreros (...) Te saludamos, a ti, que no bajas jam¨¢s los brazos. Te hemos visto, creemos en ti, no hay otro que haga lo que t¨² haces".
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