Guerra y paz
El Pleno del Congreso de los Diputados autoriz¨® el pasado jueves de forma pr¨¢cticamente un¨¢nime -hubo s¨®lo dos abstenciones y ning¨²n voto en contra- el env¨ªo de un contingente de tropas espa?olas a la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en L¨ªbano (FINUL), encargada de llevar a la pr¨¢ctica la Resoluci¨®n 1.701 dictada el 11 de agosto por el Consejo de Seguridad; una modificaci¨®n de la Ley de Defensa Nacional introducida por los socialistas en esta legislatura exige la aprobaci¨®n parlamentaria de esas operaciones. Los ataques a¨¦reos israel¨ªes sobre L¨ªbano de este verano y la resistencia ofrecida por Hezbol¨¢ a la invasi¨®n terrestre de la franja meridional del territorio hab¨ªan creado un clima de opini¨®n favorable a una intervenci¨®n internacional capaz de cortar la terrible sangr¨ªa (centenares de muertos, miles de heridos y un mill¨®n de desplazados durante un mes de hostilidades) y de impedir la propagaci¨®n del incendio a todo el Oriente Pr¨®ximo; tras una compleja negociaci¨®n plasmada en el tortuoso contenido de su resoluci¨®n, el Consejo de Seguridad decidi¨® ampliar la estructura de la FINUL (creada en 1978) hasta los 15.000 efectivos y encomendarle el objetivo prioritario -entre otros- de ayudar al Ej¨¦rcito de L¨ªbano a garantizar el cese de hostilidades ya aceptado por los beligerantes. La decisiva contribuci¨®n de Francia, Italia y Espa?a a la fuerza multinacional organizada bajo pabell¨®n de Naciones Unidas implica la asunci¨®n indirecta de un nuevo protagonismo por la Uni¨®n Europea.
Tras las vacilaciones durante las pasadas semanas de los portavoces del PP, el apoyo formal del Grupo Parlamentario Popular al env¨ªo de tropas espa?olas a L¨ªbano qued¨® envuelto por una espesa nube de reticencias, sospechas y recelos: la foto de las Azores y las bendiciones dadas por Aznar a la invasi¨®n de Irak explican ese contradictorio emparejamiento. La decisi¨®n final del PP de votar a favor de la participaci¨®n espa?ola en la FINUL brindaba en teor¨ªa a Rajoy una buena oportunidad para buscar un punto de encuentro con el Gobierno sobre pol¨ªtica exterior tras la ruptura del consenso en 2003. Sin embargo, el conflicto latente entre la imposibilidad de que los populares negaran su respaldo a una medida amparada por el Consejo de Seguridad y su oculto deseo de pasarles a los socialistas la factura pendiente de Irak impidi¨® ese acercamiento. A la vez que apoyaba con la boca peque?a la propuesta del Gobierno sobre L¨ªbano, el l¨ªder de la oposici¨®n acusaba a Zapatero de pecados sin cuento, desde saltarse la ley y faltar a la palabra dada hasta padecer el prurito incurable de hacer declaraciones engoladas y altisonantes "para pasmo del universo". La "inmadurez, improvisaci¨®n e irresponsabilidad" del presidente Zapatero y su af¨¢n por repartir "promesas enf¨¢ticas que duran lo que tarda en pronunciarlas" habr¨ªan guiado tambi¨¦n su comportamiento durante la crisis de L¨ªbano.
El l¨ªder de la oposici¨®n acus¨® al jefe del Ejecutivo de presentar el despliegue de la FINUL -una operaci¨®n de interposici¨®n de tropas bajo pabell¨®n de Naciones Unidas para garantizar el cese total de hostilidades entre Israel y Hezbol¨¢- como una misi¨®n de paz en contraste con la guerra librada en Irak: el demag¨®gico argumento de Rajoy para negar esa distinci¨®n es que el objetivo de los soldados espa?oles no es "pasear pl¨¢cidamente bajo los cedros" con el fin de distribuir "esparadrapos y tiritas". Sin embargo, las diferencias entre ambos supuestos para el derecho internacional resulta evidente: la neutralidad activa de los cascos azules desplegados como tercera fuerza -junto al Ej¨¦rcito de L¨ªbano- entre los dos contendientes no puede ser equiparada con el enfrentamiento b¨¦lico del ej¨¦rcito de Sadam Husein con Estados Unidos y sus aliados.
Nadie piensa que el contingente espa?ol de la FINUL haya sido enviado -como maliciosamente apunta Rajoy- a una "pac¨ªfica excursi¨®n campestre" para llevar a cabo una "id¨ªlica operaci¨®n de paz". El ministro de Defensa expuso ante el Congreso con detalle -antes de que el l¨ªder de la oposici¨®n subiera a la tribuna- los riesgos que afrontar¨¢n las tropas espa?olas en su misi¨®n: ?no ser¨¢ esa ridiculizadora caricatura de Rajoy una desleal forma de ir preparando el linchamiento del Gobierno para el caso de que tales peligros llegaran a materializarse?
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