La gran seductora
La cantante brasile?a Marisa Monte cautiva en su regreso a Madrid tras 6 a?os de ausencia
Un escenario a oscuras. Una sombra, que se adivina es la de Marisa Monte, se desliza hacia el fondo. Empieza a sonar Infinito particular ("Eis o melhor e o pior de mim / o meu term?metro, o meu quilate...") hasta que un fino haz de luz revela la tez p¨¢lida de la estrella brasile?a. Sentada, pr¨¢cticamente inm¨®vil sobre una plataforma, cant¨® tocando el ukelele -peque?a guitarra hawaiana de origen portugu¨¦s-, guitarras ac¨²sticas, kalimba o piano de pulgares y arm¨®nica. As¨ª las siete primeras canciones. Despu¨¦s se levant¨® y acerc¨® al p¨²blico para ofrecer Maria de verdade y sambas como Dan?a da solid?o, de Paulinho da Viola, que sintetiza la filosof¨ªa musical montiana: "Cuando pienso en el futuro / no olvido mi pasado".
Los nueve m¨²sicos -de negro riguroso- est¨¢n bien juntitos, casi toc¨¢ndose. Marisa Monte en lo m¨¢s alto, con los guitarristas a izquierda y derecha, un poco m¨¢s abajo los dem¨¢s. Todos alrededor de la jefa. Fue ella la que decidi¨® no darles la espalda. Quiere verlos, mirarles a los ojos. El abstracto escenario que podr¨ªa haber dibujado Mondrian consiste en cubos apilados y m¨®viles. Estrechan o ampl¨ªan el espacio y cambian -al igual que lo hace la luz blanca que irradian- en funci¨®n de la m¨²sica. El escen¨®grafo Wagner Baldinato ha recurrido a elementos cinematogr¨¢ficos como grandes proyectores, gr¨²as o los ra¨ªles sobre los que circulan enormes paneles.
Seis a?os despu¨¦s, Marisa Monte volv¨ªa a Madrid con los dos discos que public¨® simult¨¢neamente en marzo, Universo ao meu redor -la atm¨®sfera del mundo de la samba, bajo su prisma- e Infinito particular -prolongaci¨®n de su proyecto autoral-. No son tan distintos. De ambos ha nacido este brillante espect¨¢culo de m¨²sica contempor¨¢nea brasile?a bautizado Universo particular.
Combina un cuarteto de c¨¢mara -viol¨ªn (Pedro Mibielli), chelo (Marcus Ribeiro), trompeta (Maico Lopes) y fagot (Juliano Barbosa)- con guitarras (Pedro Baby), cavaquinho (Mauro Diniz), bajo (Dadi), teclados y programaciones electr¨®nicas (Carlos Trilha), bater¨ªa y percusi¨®n (Marcelo Costa). Una formaci¨®n id¨®nea para recrear con delicadeza las nuevas canciones y recuperar con sutil encanto cl¨¢sicos como Ao meu redor o Alta noite. La mayor¨ªa de las canciones llevan la firma de Marisa Monte junto a la de sus amigos tribalistas Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown. El repertorio no es inmutable: hay 30 listas de las que cada noche elige 23 o 24.
Canta maravillosamente con su personal estilo de encarar los temas a partir de un timbre algo opaco. Es una artista excepcional. Refinada y popular. Y lo controla todo. Absolutamente todo. Hasta sabe las toneladas que pesa el escenario. Esta gira -ma?ana y el domingo Marisa Monte actuar¨¢ en Barcelona (L'Auditori)- es un par¨¦ntesis en el largo periplo brasile?o que arranc¨® a finales de abril.
Para el final dej¨® la in¨¦dita y festiva N?o ¨¦ proibido, gui?o al mejor soul brasile?o en un concierto deslumbrante, y la pegadiza J¨¢ sei namorar, que pusieron al p¨²blico en pie. Como bien dijo alguien: la m¨²sica popular derrot¨® a los ejercicios aer¨®bicos.
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