Peligro en Flandes

En B¨¦lgica se celebran el pr¨®ximo 8 de octubre unas elecciones municipales en las que la xenofobia, el nacionalismo y la segregaci¨®n amenazan con ser los factores decisivos. Un partido ultraderechista, el Vlaams Belang (Inter¨¦s Flamenco), se puede hacer con m¨¢s de un tercio de los votos en la regi¨®n septentrional de Flandes. Es evidente que no ha obtenido los efectos deseados el cord¨®n sanitario contra el ultraderechismo y el racismo que establecieron a principios de los noventa los partidos democr¨¢ticos con su acuerdo de no pactar en ninguna circunstancia con VB.

Desde su posici¨®n de partido antisistema y beneficiado tanto por la escalada de hostilidad hacia los inmigrantes como por el antieurope¨ªsmo, el ultraderechismo flamenco prosigue su ascenso. Pero a la preocupaci¨®n sobre el crecimiento de la opci¨®n electoral xen¨®foba se a?aden los indicios cada vez mayores de que los grupos neonazis se est¨¢n organizando y revelan una disposici¨®n a la violencia hasta ahora desconocida. Este fen¨®meno deber¨ªa disparar la alarma general, y no s¨®lo de las autoridades policiales belgas.

La crisis de convivencia que se ha generado despu¨¦s del 11-S y posteriores atentados islamistas en Europa ha sido parad¨®jicamente m¨¢s aguda si cabe en naciones europeas con una ya larga presencia de poblaci¨®n procedente de una inmigraci¨®n de pa¨ªses isl¨¢micos como es tambi¨¦n el caso de B¨¦lgica. Los partidos democr¨¢ticos tradicionales no logran encontrar f¨®rmulas para desactivar el miedo que en lugares como Holanda y B¨¦lgica se ha disparado, pese a que no ha habido un aumento significativo de la inmigraci¨®n en estos pasados a?os a diferencia de los pa¨ªses meridionales de la Uni¨®n Europea.