D¨ªa de fiesta en Kazajist¨¢n
Vinok¨²rov certifica su victoria en la contrarreloj final, en la que se impuso con 19 segundos de ventaja sobre Valverde, tercero
Un ciclista termin¨® ayer al mediod¨ªa una prueba contrarreloj individual de apenas 28 kil¨®metros en las afueras de Madrid e inmediatamente, r¨ªase usted del efecto mariposa, a miles de kil¨®metros de distancia, en medio de las estepas asi¨¢ticas que separan Rusia de China, todo un pa¨ªs, llamado Kazajist¨¢n, se puso a dar botes de alegr¨ªa.
Nunca la Vuelta a Espa?a, veterana competici¨®n ciclista que dio sus primera pedaladas durante la II Rep¨²blica, hab¨ªa tenido una repercusi¨®n tan... ex¨®tica. Nunca, evidentemente, hab¨ªa tenido la carrera espa?ola un ganador como Alexander Vinok¨²rov, quien certific¨® el dominio ejercido durante la ¨²ltima semana con un resonante triunfo en la cronometrada de Rivas Vaciamadrid.
"No me he hecho un mal regalo para celebrar mi 33 cumplea?os", afirm¨® Vinok¨²rov, nacido en Petropavl, en la frontera norte de su pa¨ªs, el 16 de septiembre de 1973; "ha sido una gran motivaci¨®n ese hecho. Para m¨ª supone una gran alegr¨ªa y para mi pa¨ªs una gran victoria. Hoy es d¨ªa de fiesta en Kazajist¨¢n".
Las tremendas piernas de Vinok¨²rov martilleaban, infatigables, las calles de Rivas, motivadas por tan ¨ªntimos deseos tan vehementemente expresados pese a su escasez expresiva, pues pone la misma cara, modula igualmente la voz, siempre muy baja, para dar los buenos d¨ªas o un p¨¦same y para hacer patente su felicidad.
Al ciclista albino se le notaba extremadamente emocionado en la conferencia de prensa final y tambi¨¦n acelerado por las noticias que le llegaban v¨ªa pinganillo de Alejandro Valverde.
El ¨²ltimo duelo entre A.V. y A.V. por la V. pod¨ªa parecer de guante blanco, superfluo, visto que de la monta?a andaluza el kazajo hab¨ªa salido con 53 segundos de ventaja, suficientes para sentirse seguro vencedor. Pero, sin embargo, y como no pod¨ªa ser menos andando de por medio dos campeones, fue tambi¨¦n AV, de alto voltaje.
Y todo, porque Valverde, picado, por un lado, en el hotel por Andr¨¦i Kasheckin, quien se cruz¨® con ¨¦l en el pasillo y le dijo al o¨ªdo que se olvidara de ser segundo, que ¨¦l tambi¨¦n le iba a machacar; necesitado de recuperar la moral y la autoconfianza con vistas al Mundial de la pr¨®xima semana, por otro, y azuzado por la terca e inagotable fe en el car¨¢cter ilimitado de su talento y, por supuesto, en su capacidad para hacer milagros ciclistas, baj¨® la rampa de lanzamiento dispuesto a comerse el mundo o, en tono menor, m¨¢s realista, por lo menos las decenas de rotondas, s¨ªmbolo inmarcesible del urbanismo moderno, que se le pusieran por medio. Y, como esa sed, esa rabia, se vio muy acompa?ada por los innegables progresos que el murciano ha hecho en la contrarreloj, su punto d¨¦bil, a nadie le extra?¨® que Valverde, que parti¨® sprintando, a los 11 kil¨®metros marcara el mejor tiempo. S¨®lo tres segundos inferior al de Vinok¨²rov, pero inferior.
Y, mientras Vinok¨²rov, inalterable sobre su bicicleta -podr¨ªa haber transportado una botella de agua abierta de pie sobre su espalda recta sin derramar gota m¨¢s que en los ¨²ltimos metros, cuando sprint¨® furioso para superar a Samuel S¨¢nchez, el asturiano que tan bien traza las curvas, estilo motociclista, que se hab¨ªa colado entre medias de la pugna- avanzaba regular, Valverde, cada vez m¨¢s acoplado sobre la montura, ya ni el pico del casco se le levanta; cada vez m¨¢s convencido de que la verdadera fuerza est¨¢ en los ri?ones, manten¨ªa su estilo de correr a tirones, de sprintar a la salida de cada rotonda, de ponerse de pie en los repechos, de rozar con los hombros las vallas en las curvas, ara?ando d¨¦cimas, cent¨ªmetros...
Finalmente, la etapa, el honor, se decidi¨® en el ¨²ltimo repecho, al que Valverde, el que tan r¨¢pido parti¨® para asustar y meter presi¨®n al fr¨ªo kazajo, lleg¨® con la lengua fuera. Finalmente, Kasheckin, el terrible, no pudo con Valverde y m¨¢s tuvo que preocuparse de defender su tercer puesto final del asalto de Carlos Sastre, el Marino Lejarreta del siglo XXI, que se qued¨® rozando el podio en la tercera grande que corre en 2006.
Y, finalmente, Vinok¨²rov pudo celebrar, en plan cabal¨ªstico, su tercera victoria de etapa en la Vuelta, su 33 cumplea?os. Y as¨ª celebr¨® un d¨ªa antes del final su victoria en una cita a la que lleg¨® con dudas. "Vine para probar y me deprim¨ª perdiendo m¨¢s de dos minutos al quinto d¨ªa, pero, bajando hacia Granada, me convenc¨ª de que pod¨ªa ganar", resumi¨®.
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