Emigraci¨®n
Entre los grupos de inmigrantes que residen en Espa?a, el n¨²cleo latinoamericano alcanza cerca de los 1,4 millones de personas, el 36% del total y casi el 50% si excluimos pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. La mayor representaci¨®n la ostentan Ecuador (386.000), Colombia (237.000) y Argentina (175.000). Puede resultar parad¨®jico que en los a?os de mayor bonanza que se recuerdan en Am¨¦rica Latina la emigraci¨®n est¨¦ alcanzado las cotas actuales. Mientras que, por tercer a?o consecutivo, se espera que Suram¨¦rica y M¨¦xico en conjunto superen el 4% de crecimiento del PIB, la poblaci¨®n de estos pa¨ªses intensifica la b¨²squeda de nuevas oportunidades fuera de sus fronteras.
Dado que las condiciones de estabilidad pol¨ªtica en la regi¨®n latinoamericana no son peores que en periodos precedentes, la justificaci¨®n es de naturaleza econ¨®mica. El salario m¨ªnimo no super¨® en 2005 los 3.000 d¨®lares en ninguno de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, mientras que en Espa?a alcanz¨® los 8.000. A esto habr¨ªa que sumarle un grado de cobertura social con menores garant¨ªas y un mercado laboral menos eficiente que en los pa¨ªses desarrollados.
La menor volatilidad de la cuenta corriente por las remesas tiene un contrapunto en el riesgo de descapitalizaci¨®n de Am¨¦rica Latina
El contrapunto a la entrada de flujos de personas en Espa?a lo encontramos en el env¨ªo de dinero de los inmigrantes a sus pa¨ªses de origen. Frente a la recepci¨®n neta de remesas de trabajadores que se registraba a finales de los noventa por valor superior a 2.000 millones de euros, en 2005 se alcanz¨® un d¨¦ficit de 315 millones. El volumen de las divisas percibidas por este concepto en muchos pa¨ªses latinoamericanos supera al de la entrada de Inversi¨®n Extranjera Directa (IED) y de ayuda al desarrollo. Esta circunstancia, junto a la regularidad de los env¨ªos, dota a la cuenta corriente de una mayor estabilidad.
Sin embargo, no debe olvidarse que la salida de abundante mano de obra provoca un proceso continuado de descapitalizaci¨®n de las econom¨ªas, especialmente si las remesas tienen el gasto corriente como destino principal. De esta manera, la continuaci¨®n del actual ciclo expansivo y la consolidaci¨®n de los logros alcanzados en materia de pol¨ªtica econ¨®mica en Am¨¦rica Latina son clave para sentar las bases de la implantaci¨®n de un sistema productivo generador de empleo y valor a?adido. ?sta debe ser la v¨ªa para que la poblaci¨®n alcance un mayor grado de confianza en las expectativas de bienestar futuro.
David M. Tur¨¦gano es economista de BBVA.
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