Reyes, la ¨²nica chispa

El Madrid es un tost¨®n. Por mucho que Fabio Capello haga bailar la peonza en la zona m¨¢s pl¨¢stica del equipo, el Madrid de este arranque de curso tiene plomo en todas sus l¨ªneas. No tiene que ver con una previsible italianizaci¨®n del equipo: por ahora, el Madrid es tan hueco que ni siquiera tiene nacionalidad. Frente a la Real, el equipo tuvo el mismo aire desangelado que en Lyon, pero, claro, el equipo donostiarra est¨¢ a varias lunas del campe¨®n franc¨¦s. La Real, con un ataque de p¨¢nico desde que subray¨® la fecha en el calendario, entreg¨® la cuchara mucho antes del calentamiento y se sostuvo de pie algo m¨¢s de una hora por la levedad del equipo blanco.

Capello mantuvo firme todo el mecano defensivo y le dio otra vuelta de tuerca al frente de ataque: sent¨® al supuestamente dolorido Beckham y al presuntamente rehabilitado Cassano y envid¨® por Reyes, el ¨²nico capaz de agitar algo la noche. Ra¨²l se mantuvo, pero esta vez m¨¢s cerca de Van Nistelrooy, m¨¢s pr¨®ximo al sector en el que ha hecho una brillante carrera.

Sin Emerson, un par de pedaladas de Robinho y dos toques de Guti dieron aire a los blancos

Con Guti por Beckham, Capello enquist¨® a tres zurdos en la zona de tres cuartos, con Reyes a pierna cambiada. En nada mejor¨® el Madrid y s¨®lo Reyes dej¨® huella. El sevillano fue el actor principal de las dos grandes jugadas del partido, un pase interior a Van Nistelrooy, cuya vaselina desvi¨® Riesgo, y el primer tanto madridista, un lanzamiento de falta que el mismo Riesgo convirti¨® en gol.

Antes y despu¨¦s del zurdazo de Reyes, el Madrid s¨®lo emiti¨® un se?al positiva. Y lleg¨® por parte de Capello, que por una vez se atrevi¨® a divorciar al d¨²o Emerson-Diarra. Emerson, que ten¨ªa disgustada a la hinchada de Chamart¨ªn, se fue al banquillo en favor de Robinho. Un trago de aire fresco para el Madrid, tan anodino como el propio Emerson. El brasile?o, un ministro de Capello desde sus tiempos en el Roma, carece de la energ¨ªa que le distingui¨® en su momento. A d¨ªa de hoy, es una r¨¦mora: no tiene pase y no tiene quite. La afici¨®n sabe que es el ide¨®logo del t¨¦cnico italiano y le marca de cerca, le ha tomado la matr¨ªcula.

La ausencia de Emerson tuvo un efecto m¨¢s psicol¨®gico que efectivo. Y algo de casual. Un par de pedaladas de Robinho, su relevo, y dos toquecitos en corto de Guti -ya entonces como socio de Diarra- aliviaron a la grada, que lleva tres cursos aburrida y teme otro igual. O peor. Con un poquito de picante y un par de arreones con br¨ªo, el Madrid se sacudi¨® algo las telara?as. Por si fuera poco, casi al instante de irse Emerson lleg¨® el gol de Reyes, un azote sideral para un equipo como el que intenta sostener Bakero. Frente a un Madrid tan amuermado, la Real -sin un extranjero en su alineaci¨®n titular- fue un conjunto esquel¨¦tico, timorato y rampl¨®n de principio a fin. Ni a un Madrid tan encogido fue capaz de hacerle cosquillas a lo largo de la noche. Hace tiempo que la Real se ha desnaturalizado y, entre penurias financieras y sacrilegios deportivos, se ha convertido en un equipo sin identidad alguna. No sabe a qu¨¦ juega ni cu¨¢l es su papel en esta Liga, de la que ha estado a punto de verse desterrada en las ¨²ltimas temporadas. Con vistas a esta campa?a, Miguel Fuentes, el presidente, y Jos¨¦ Mari Bakero, el t¨¦cnico, se inclinaron por barnizar a la plantilla con unos cuantos nacionales con horas de vuelo en Primera, caso de Juanito, Diego Rivas, Gerardo... En el Bernab¨¦u fracasaron todos, los de antes y los de ahora. Al equipo no se le adivina un plan. En Chamart¨ªn fue un monigote que se mantuvo en pie por la palidez madridista. Con un gol en contra y Aranburu expulsado, se entreg¨® de tal forma que regal¨® el segundo tanto. Con toda la caballer¨ªa en el ¨¢rea de Casillas, un rechace dej¨® a cuatro jugadores locales solos ante Riesgo. Beckham, que condujo la pelota desde medio campo, se regal¨® el gol. En un d¨ªa tan inquietante para ¨¦l, por aquello de su suplencia y su sospechosa tendinitis, quiso hacer un gui?o a la grada. Puro maquillaje para un partido sin gas, de los muchos que cabe esperar en este Madrid que cose Capello.

Del entrenador italiano se conoce su espl¨¦ndido curr¨ªculo y su et¨¦reo discurso basado en palabras como orden, trabajo, sudor... De f¨²tbol, de t¨¢cticas o posicionamientos, al menos en su vuelta a Madrid, nada se le ha escuchado. Y el Real necesita un mensaje m¨¢s clarificador despu¨¦s de tres a?os en el desierto. Por ahora es un sopor.