El Atl¨¦tico toma San Mam¨¦s
El cuadro madrile?o, con Ag¨¹ero de protagonista, agranda la crisis del Athletic a base de orden y eficacia
Al Atl¨¦tico le aprietan las urgencias. Se le supone el equipo m¨¢s competitivo de los ¨²ltimos a?os y se le exige por ello. En realidad, al Atl¨¦tico se le exige por lo que sea en atenci¨®n a su pasado. El Athletic est¨¢ en el div¨¢n debati¨¦ndose entre las herencias del pasado m¨¢s reciente y el presente m¨¢s irrelevante. Lo f¨¢cil es decir que el Atl¨¦tico se sobrepuso con mayor personalidad a sus penurias y que el Athletic se durmi¨® mientras pensaba qui¨¦n es, ad¨®nde va y por d¨®nde va. Pero la realidad es m¨¢s deportiva que psicol¨®gica. Hoy por hoy, el Atl¨¦tico es mejor equipo, juega mejor y est¨¢ m¨¢s trabajado que un Athletic con aires de pretemporada, en la versi¨®n m¨¢s benigna, o con el list¨®n tan bajo que da miedo.
ATHLETIC 1 - ATL?TICO 4
Athletic: Aranzubia; Iraola, Luis Prieto, Sarriegi, Amorebieta (Garmendia, m. 71); Tiko (Javi Mart¨ªnez, 78), Gabilondo, Murillo, Yeste; Aduriz y Urzaiz (Llorente, m. 56). No utilizados: Exp¨®sito, Iturriaga, Be?at y Lafuente (p. s. )
Atl¨¦tico: Leo Franco; Seitaridis, Pablo, Perea, Antonio L¨®pez; Luccin (Gabi, m. 71), Costinha; Maxi (Galletti, m. 76), Ag¨¹ero, Petrov; y Mista (Maniche, m. 61). No utilizados: Pern¨ªa, Z¨¦ Castro, Jurado y Cu¨¦llar (p. s.)
Goles: 0-1. M. 18. Maxi, a pase de Ag¨¹ero y en semifallo.. 0-2. M. 36. Disparo de Petrov desde fuera del ¨¢rea. 0-3. M. 64. Ag¨¹ero culmina un contragolpe. 1-3. M. 85. Javi Mart¨ªnez, desde fuera del ¨¢rea. 1-4. M. 94. Penalti a Ag¨¹ero que transforma Galletti.
?rbitro: P¨¦rez Burrul. Amonest¨® a Perea y Amorebieta.
Unos 38.000 espectadores en San Mam¨¦s. Previamente, cientos de ellos se manifestaron por las calles en apoyo a Gurpegi, sancionado dos a?os por dopaje.
El Atl¨¦tico invadi¨® San Mam¨¦s sin lujos, pero con toda la grandeza de la humildad. Junt¨® las l¨ªneas, tir¨® con arte el fuera de juego, mand¨® a los laterales de expedici¨®n y le import¨® poco que Mista pasara inadvertido, con tal de que trabajara, o que Ag¨¹ero se moviera en un estado gaseoso, tan bello como pr¨¢ctico y siempre con atisbos de que algo pod¨ªa pasar. Y ocurri¨®. Primero, gracias a la fortuna en una colecci¨®n de fallos y semifallos que acab¨® en la red de Aranzubia gracias a Maxi, beneficiario de una colecci¨®n de errores. Despu¨¦s, gracias a un disparo perfecto de Petrov, de los que guarda en su zurda para los momentos importantes. Y, finalmente, con un gol marca de la casa del joven argentino y cl¨¢sico en la defensa del Athletic: Ag¨¹ero movi¨® la cintura y Sarriegui se pas¨® dos estaciones en la frenada. Luego, hubo un penalti para sangrar a¨²n m¨¢s al Athletic.
No eran tanto las ocasiones como la sensaci¨®n de superioridad global que manifestaba el equipo de Aguirre o la sensaci¨®n de inferioridad absoluta que despertaba el Athletic de Sarriugarte. No puede decirse que el t¨¦cnico del Athletic diera con la tecla que necesita el equipo: juega lento, sin bandas, sin director de juego, con la defensa separada y sin un solo futbolista con capacidad de desbordar o de inventarse un regate. En la primera mitad, el Atl¨¦tico mand¨® en todo el campo y en tres ocasiones marc¨® dos goles. En la segunda mand¨® en el suyo aun a riesgo de someterse a la energ¨ªa del Athletic, en realidad su ¨²nico argumento porque el f¨²tbol es una asignatura pendiente. Quiz¨¢s el Atl¨¦tico de ayer, especialmente el de la primera mitad, sea lo m¨¢s parecido a lo que pretende Aguirre: r¨¢pido en la defensa, aunque Perea sigue cometiendo errores impensables, infantiles; fuerte en el centro del campo, donde Costinha hace gala de experiencia y posicionamiento: no es que juegue, es que permite jugar a su equipo, y con una delantera en la que ayer cont¨® con el arte de Ag¨¹ero y la solidez de Petrov para ocultar las intermitencias de Maxi o la inoperancia de Mista. ?se era el lamento de un Atl¨¦tico plet¨®rico. En el Athletic no hab¨ªa donde agarrarse. Hoy por hoy, el Athletic a¨²n no es nada. Ni se le ve ni se le atisba. Dos remates fuera en San Mam¨¦s son para desmoralizar a los m¨¢s ac¨¦rrimos. Ni una sola jugada combinada, ni un viso de intenci¨®n en el centro del campo, ni un grado de jerarqu¨ªa que no fuera el de Yeste para sacar todas las faltas.
Y el Atl¨¦tico, a vivir de las rentas razonables de su juego. A vivir con calma, la que pone Costinha para estar en casi todos los sitios; a vivir con placidez, la que le da la confianza de tener arriba al Kun Ag¨¹ero con el que siempre puede pasar algo. Y a hacer debutar a Maniche, muy fuera de forma, pero al que partidos tan poco exigentes como el de ayer le vienen de perlas para ponerse a punto para ser quien debe ser.
Y el Athletic, con la cabeza como un bombo, sin saber a qu¨¦ juega ni a qu¨¦ quiere jugar, ni qu¨¦ espera conseguir ni lo que puede esperar. Al final, hizo un gol, precioso, de Javi Mart¨ªnez, curiosamente el damnificado de la alineaci¨®n titular, que en dos minutos hizo m¨¢s que todo el Athletic en el resto del encuentro: un magn¨ªfico centro y un magn¨ªfico gol. Bien es cierto que todo iba a beneficio de inventario. El partido se hab¨ªa muerto en el descanso. Hasta el p¨²blico pas¨® del f¨²tbol y core¨® insistentemente "Lamikiz, vete ya", reclamando la dimisi¨®n del presidente. San Mam¨¦s vol¨® sobre el nido del entrenador y alcanz¨® el palco.
![Ag¨¹ero corre alborozado tras su gol mientras Maniche se apresura a felicitarle.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XA7ANXMLQ25PPWERUHUWLGTFIM.jpg?auth=0648ce340f62340b13bf787c8f34e433d2975992b0af337243fee08cb5cafbf6&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.